Economía

Manuel Aguilera (Mapfre Economics): "La incógnita en Argentina es si va a haber respaldo para seguir con el ajuste macroeconómico"

  • "Desde la salida del Reino Unido, Europa sigue teniendo pendiente ese momento de reencontrar el paneuropismo"
  • "En el corto plazo, el gasto en defensa tiene efecto positivo, en el largo plazo, la salida no es invertir en gasto neto"
  • "No sé si es la mejor opción controlar la presencia china en Sudamérica con aranceles"
Manuel Aguilera, director general de MAPFRE Economics
Santander (Cantabria)icon-related

Latinoamérica atraviesa un momento clave en su desarrollo económico. Entre oportunidades de crecimiento, desafíos estructurales y un contexto global cambiante, la región se enfrenta a decisiones que marcarán su rumbo en las próximas décadas. Para entender mejor el panorama actual, en el que Estados Unidos marca la agenda a través de los aranceles, el director general de Mapfre Economics, Manuel Aguilera, conversa con elEconomista.es, en el marco del X Encuentro de empresas Multilatinas, celebrado en Santander.

México ha estado muy presente en la campaña arancelaria de Trump y parecía que este año iba a entrar en recesión pero, la economía mexicana, dentro de la ralentización general, parece que resiste a pesar de los aranceles.

La economía de México, si bien sigue creciendo, está creciendo por debajo del promedio de América Latina y por debajo del promedio de los emergentes.El dato de crecimiento anualizado al primer trimestre del año fue de apenas 0,4%. Nosotros estamos estimando un crecimiento para todo el año 2025 de 0,5%, pero los hay que son incluso más pesimistas que nosotros.

Aunque siempre hay un margen de incertidumbre enorme en este momento por el asunto de los aranceles. El problema de la economía mexicana en este momento es que el país son dos economías en una. Es una economía que es el centro y norte del país, muy vinculada a los Estados Unidos, que es la que le ha venido dando dinamismo al crecimiento económico en los últimos años.Y otra del centro al sur del país, que no está vinculada a Estados Unidos, que no tiene el mismo desarrollo manufacturero e industrial y que crece a tasas sensiblemente menores. Ahora, con el tema de la incertidumbre, los aranceles que en el caso de México sí se han impuesto, al acero y al aluminio, ahora al tomate también, esto ha frenado un poco la actividad económica en el centro y norte del país y por eso estas tasas de crecimiento menores a los promedios latinoamericanos. Yo creo que la gran incógnita en este momento, como para la mayor parte de las economías del mundo, es cuál va a ser el resultado final del tema de los aranceles.

Pronto será la negociación del tratado de libre comercio ¿Cómo cree que acabará?

México ha tenido una estrategia un poco basada en el hecho de que tenemos firmado un tratado comercial con los Estados Unidos y que eso debiera darnos alguna ventaja en términos de esta negociación que el gobierno Trump está planteando hacer, pero claramente el resultado neto, el final de todas estas discusiones, será un peso arancelario superior al que teníamos antes del tratado.

Efectivamente, tenemos la renegociación del tratado de libre comercio con Canadá y con Estados Unidos para principios del año próximo, lo cual, otra vez, para muchos países quizás este año termine la incertidumbre en términos de cuál va a ser su nueva relación comercial con Estados Unidos, pero para México se extenderá buena parte del año siguiente respecto a qué productos entrarán o no en el tratado, si se pondrán algunas barreras arancelarias o no arancelarias, otros productos que no las tenían, en fin, cuando se abren estas cosas...

Pero hay muchos sectores económicos que no verían con buenos ojos más restricciones al comercio. Me refiero a los fabricantes de automóviles, por ejemplo, que se han beneficiado durante años del tratado e incluso han hecho enormes inversiones al otro lado de la frontera.

Sí, en ciertos temas o en ciertos sectores en los que la integración con empresas norteamericanas o estadounidenses es muy fuerte, yo creo que tiene razón, pero el tratado cubre un área de productos y manufacturas más amplia que los automóviles, en esos donde no necesariamente hay una integración con empresas estadounidenses, sino que por alguna razón ha habido una integración con otro tipo de empresas, incluso chinas. Yo creo que habrá nuevas restricciones que limitarán en el conjunto las exportaciones. En el caso de los automóviles tiene razón, quizás haya algún lobby en Estados Unidos de las propias empresas armadoras estadounidenses para evitar que los aranceles vuelvan inviable la producción a través de los países.

Ya más al sur. Otra de las grandes economías de la región, Argentina, está experimentando lo que se conoce como 'el milagro económico de Milei'. ¿Cómo ve desde su equipo la evolución que experimentará la economía argentina?

En el caso de Argentina, desde el punto de vista económico, ha sido un relativo éxito, nosotros estimamos también un crecimiento en torno al 5% este año, que en buena medida es un efecto base por lo que pasó el año pasado, entonces este rebote que se está dando era previsible. Lo que es un hecho, es que el ajuste macroeconómico que se ha venido haciendo en Argentina ha sido relativamente exitoso, respecto a lo que muchos opinaban en torno a los posibles frenos por reacciones sociales que pudieran darse, sobre todo al ajuste fiscal. Estas trabas sociales no han sido de la magnitud esperada y ha permitido que el ajuste se lleve adelante.

"El crecimiento en torno al 5% de Argentina, en buena medida, es un efecto base por lo que pasó el año pasado"

En lo que respecta a la inflación, uno de los grandes problemas estructurales del país, ¿Cómo cree que acabará este año?

Digamos que la inflación es como en los enfermos es la fiebre, que lo que dice es que hay una enfermedad que la está provocando y aquí pues básicamente los desequilibrios macroeconómicos son los que lo provocan. Desde Mapfre Economics estamos estimando la inflación promedio anual del 44% de media, por lo que es posible que acabe un poco más baja. Para el año siguiente -2026- estamos pronosticando una promedio de 32%.

Entonces, ¿Ha sido un éxito?

Creo, insisto, que ha sido un éxito en el caso del ajuste macroeconómico. Aquí la incógnita importante es la política, si cuando vengan las siguientes elecciones de medio término en octubre habrá el suficiente respaldo para que un ajuste así se extienda durante el tiempo que es necesario, porque el ajuste es fácilmente revertible. Esta es la incógnita importante.

¿El siguiente paso es levantar el cepo cambiario?

Sí, todavía queda un poco abierto el tema del monetario, es decir, el peso. Ahora mismo no quieren levantar lo que se llama el cepo cambiario porque eso devaluaría todavía más la moneda. Realmente, una de las anclas que ha encontrado el gobierno para contener la inflación ha sido el tipo de cambio. Hicieron una devaluación muy fuerte al inicio y han mantenido esto, que es una forma de control cambiario que realmente va perdiendo eficacia en la medida que económicamente la moneda va valiendo menos y se va sobrevaluando el tipo de cambio.

Todavía no es el caso. Pero llegará un punto en el que esto ocurrirá y ahí hay que tomar una decisión que en experiencia de otros países latinoamericanos debe tomarse a tiempo, y es la de mudarse nuevamente a un esquema flexible de tipo de cambio donde sea el mercado el que esté definiendo cuál es el tipo de cambio y no el gobierno controlándolo para frenar la inflación. Es una decisión que tendrá que tomar en algunos meses el gobierno argentino para evitar que se vuelva una bomba, porque lo que pasa es que si no haces este cambio a un régimen flexible llega un momento en que ya no puedes sostener el tipo de cambio y viene una devaluación muy fuerte que retroalimenta la inflación y muchos de los esfuerzos que hicieron se van por la borda.

¿Esta decisión se hará antes o después de las elecciones?

Políticamente sería lo lógico después de las elecciones.

¿Qué pasos debe dar ahora Argentina para, como dice, no se revierta todo lo conseguido?

En mi opinión, creo que es más un tema de credibilidad, porque lo que sigue ahora es que controlen la inflación, tengan otra vez un entorno de crecimiento, una política económica favorable a la inversión privada, y lo que en teoría debiera ocurrir es que la inversión privada regrese y empiece a generar esta dinámica positiva en la economía. Pero hay ahí un factor de credibilidad que tiene que ver con esta cuestión política que yo señalaba respecto a qué tan perdurables son los cambios que están haciendo la economía argentina. Si la percepción es, después de una nueva elección, que las últimas tuvieron mucho éxito, por cierto, pudiera sostenerse este gobierno, un gobierno con una visión económica similar, quizás eso traería nuevamente esa confianza, esa credibilidad en la política macroeconómica en la Argentina, y eso detonaría este crecimiento más sostenible de la realidad.

¿Y el hecho de no invertir en infraestructura, o sea, que se haya parado toda la inversión en le puede afectar económicamente al futuro?

Sí, por supuesto, a cualquier economía le afecta. Aquí, otra vez, el tema es que el gobierno argentino, por el poco espacio fiscal que tiene, difícilmente pueda hacer las inversiones en infraestructura necesarias para soportar un crecimiento de la inversión. Aquí tiene, otra vez, mucho que ver la percepción que tenga el sector privado respecto a la política, o el rol que el gobierno argentino le quiera asignar a la inversión privada.

Lo sensato en esos casos es acudir a mecanismos de asociaciones públicas privadas para la creación de infraestructura, donde no presiones el déficit fiscal y al mismo tiempo generes las infraestructuras necesarias para estimular la inversión.

"En mi opinión, hay más espacio para las inversiones chinas en América Latina"

En ese sentido, estamos viendo nuevos socios inversores como es China, no solo en Argentina, sino en otros países de Sudamérica. ¿Cómo ve la presencia ahora del gigante asiático en la región después de todo lo que está pasando con el tema de Trump?

La estrategia de los chinos es la de tratar de ir teniendo una participación más importante en las economías latinoamericanas. Yo creo que buena parte de esto fue resultado de una retracción en la práctica de los Estados Unidos de ciertas funciones económicas que desarrollaba en América Latina y creo que la administración Trump lo único que ha hecho es acrecentar esa postura. Con lo cual, en mi opinión, hay más espacio para las inversiones chinas en América Latina.

La forma en la que los Estados Unidos están tratando de controlar esto es a través del tema de los aranceles, que no sé si es el mecanismo efectivo, ya que es un mecanismo disuasivo más que colaborativo, que es el que Estados Unidos había tenido históricamente en América Latina. Yo creo que en este momento todavía, en ausencia del acuerdo final respecto a la estructura de los aranceles para los países latinoamericanos, considero que el avance de la estrategia china en Sudamérica, sobre todo, sigue en el mismo sentido.

Brasil parece que está como tomando la iniciativa de desvincularse de Estados Unidos.

Quizás la economía brasileña es la economía más cerrada de América Latina. Yo creo que lo que está pasando con Brasil ahora tiene más un sesgo político. El signo político del gobierno brasileño como que lo ha hecho un protagonista más o menos natural de esta oposición geopolítica global que se está presentando. Yo creo que está un poco tratando de posicionarse en ese espacio. Creo que la reunión que organizaron sobre los BRICS en Brasil hace unos días es una buena muestra de esta intención que también fue rápidamente notada por los Estados Unidos, porque el tema de los aranceles fue respuesta exclusivamente, en mi opinión, a esa organización. Entonces, no sé si esta postura brasileña de tratar de situarse en un eje geopolítico es una cuestión que tiene que ver con una coyuntura política en Brasil que podría cambiar si hay un cambio de gobierno o es algo más estructural que le pueda generar alguna ventaja.

¿Pero Brasil económicamente está en una posición en la que puede llegar a hacer este tipo de cosas?

Puede ser, pero yo creo que económicamente no tiene sentido, no le reporta más beneficios, los beneficios son mucho menores que las pérdidas que tiene, porque independientemente de la relativa poca integración que tiene Estados Unidos hacia su economía, buena parte de las exportaciones brasileñas también se dirigen hacia allí.

"Mercosur tiene muchísimos años operando y realmente los impactos económicos regionales para los países son mínimos"

Algunas personas hablan de que es posible que Mercosur pueda desaparecer.

Yo creo que alguna vez lo dije también, yo soy bastante escéptico respecto a los acuerdos regionales en América Latina. No creo que Mercosur tenga riesgo de caer, yo creo que más bien Mercosur nunca ha logrado consolidarse, eso es lo que yo creo. Quizás el acuerdo con la Unión Europea sería un factor de cohesión para darle viabilidad futura al Mercosur, pero Mercosur tiene muchísimos años operando y realmente los impactos económicos regionales para los países que están empleados ahí son mínimos. Yo creo que quizás una de las tesis que voy a hacer en estos días es que un impulso exógeno en acuerdo con la Unión Europea revitalizaría el poder de viabilidad.

Se habla siempre de los beneficios económicos que reportaría un acuerdo de la UE con el Mercosur, ¿existe algún cálculo o algo que nos diga que realmente eso sí que sería como esa bomba de oxígeno impulsaría la economía de ambas partes del mundo?

No lo sé, no tengo una estimación cuantitativa, yo lo miro más bien cualitativamente. Yo sostengo la tesis de que uno de los principales factores que limitan el desarrollo de América Latina, es que ese potencial que no se materializa por una debilidad institucional y que esa debilidad institucional quizás ya no tiene factores endógenos que la generen y que se requieren de factores exógenos.

Yo creo que la ventaja que tendría para Europa y para América Latina un acuerdo con el Mercosur es la ese factor que le diera solidez institucional que es lo que necesita la inversión para poder materializarse, inversión tanto local como inversión europea. Yo creo que las ventajas del acuerdo del Mercosur van más allá de la cuantificación del impacto económico inmediato y tienen más que ver con el hecho de ser un factor exógeno que induzca esta solidez institucional que requiere la región para poder tener una dinámica de crecimiento más próspera. ¿Se va a producir? No lo sé, díganme ustedes, que son los europeos.

Aquí, en Europa, como economista, cree Alemania por fin encontrará su sitio y dejará de depender de Rusia para que su industria vuelva o este programa de endeudamiento de repente le va a ir bien y si Francia estos recortes también le van a ir bien para volver a retomar un poco la senda de crecimiento que no tiene.

Pues yo creo que Europa tiene retos individuales en los países y tiene un reto como región. Como países, bueno, tienes el tema fiscal de los franceses, que yo creo que es el gran talón de aquiles de la economía francesa. El elefante en la habitación. Los alemanes con su dependencia hacia los energéticos rusos, ahora con esta idea de que el gasto militar puede ser el que reactive a la región. Es paradójico. Las economías del sur europeo están aprovechando el turismo y esto por el lado de los servicios crecen. Yo creo que individualmente las economías tienen su reto. Luego, como región, mientras Francia, Alemania e Italia no recuperen ese ritmo de crecimiento más dinámico, difícilmente se tendrá un efecto económico. Pero más allá otra vez, en términos más cualitativos, yo creo que desde la salida del Reino Unido, Europa sigue teniendo pendiente ese momento de reencontrar el paneuropismo.

"Llegar a un nivel de federalismo europeo no creo que lo veamos en ningún nivel"

Muchos economistas hablan de la unión de mercados financieros y también de una unión fiscal.

En ese sentido creo que ya sería un poco complicado, pero llegar a un nivel de federalismo europeo no creo que lo veamos en ningún nivel. Más allá de eso, que sería muy provechoso desde el punto de vista del manejo macroeconómico de la región, yo creo que tiene más que ver con esta convicción europea de que vale la pena, merece la pena seguir unidos.

¿Cree que el gasto en defensa va a venir bien o es algo simbólico?

En el corto plazo sin duda. Es un mecanismo de muy corto plazo para estimular la demanda agregada en una economía y con eso estimular el crecimiento. Decía Keynes que hay pagarle a la gente para hacer agujeros y pagarle a otra gente para que los tape. Eso genera actividad económica porque finalmente estás pagando salarios, ellos consumen y esto genera actividad. Claro, eso en el corto plazo tiene su impacto económico positivo. En el largo plazo, hacer agujeros y taparlos, no te genera infraestructuras o bases para otras inversiones, otra formación de capital en el futuro.

Pasa lo mismo con el gasto en defensa. Si no usas todo ese armamento y demás en una guerra, pues llega un momento en el que eso tiene un límite y no creaste infraestructuras, no creaste otras condiciones para el crecimiento de la economía. Entonces, sí y no. En el largo plazo, yo creo que la salida no es invertir en gasto neto.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky