
La economía de Argentina se ha convertido en la gran sorpresa positiva de los emergentes y casi de la economía global en el último año y medio. La llegada de Javier Milei a la Casa Rosada se produjo en medio de un profundo escepticismo entre expertos, economistas y bancos de inversión, que veían en este político a otro 'charlatán' populista (valga la redundancia) que había llegado al poder a base de promesas imposibles y un plan económico descabellado, que no se podía llevar a cabo en la práctica y cuyo resultado sería más recesión y pobreza en Argentina. Sin embargo, Javier Milei no solo está cumpliendo su plan, sino que encima está funcionando. La economía de Argentina ha salido de la recesión, el PIB crece con fuerza, la pobreza cae rápido, los salarios reales aumentan y la inflación está en plena moderación. Poco a poco, bancos como JP Morgan, BBVA o Commerzbank (también el prestigioso semanario The Economist) han comenzado a admitir que las políticas liberales de Milei están funcionando pese a la todavía muy frágil situación de las finanzas argentinas (el éxito no está ni mucho menos garantizado, puesto que el punto de partida era de una economía coma profundo). El último en subirse al 'carro' de Milei ha sido el prestigioso analista Matthew Lynn en una columna en The Telegraph donde pide al mundo que despierte para presenciar el milagro económico de Milei en Argentina.
La semana pasada, la agencia de calificación Moody's otorgó a Argentina su segunda subida de rating desde que el presidente libertario Javier Milei llegó al poder. Con la inflación interanual en el 39% (a finales de 2023 estaba por encima del 200%) y la economía creciendo a un ritmo del 6% esta "es otra prueba más del espectacular giro que ha experimentado el país. El crecimiento se ha acelerado, la inflación empieza a controlar, los precios del alquiler bajan y su deuda se vuelve cada vez más manejable. Las advertencias alarmistas de la ortodoxia económica, que vaticinaban que el experimento de Milei de recortar el tamaño del Estado acabaría en desastre, han resultado estar erradas con estrépito".
La economía de Argentina está disfrutando de una recuperación potente, marcada por el auge de los salarios reales, la desinflación (ha pasado del 292% de finales de 2023 al 39% de hoy) y la mejora de indicadores 'sociales' como la tasa de pobreza, que se ha desplomado con contundencia. No solo eso, la semana pasada se conoció otro dato revelador que ha sorprendido también a parte de los analistas y agentes del mercado: las políticas liberales de Javier Milei han logrado que los salarios disparen su peso en la economía, mientras que los beneficios empresariales pierden peso. Esto puede resultar contradictorio para ciertos sectores o grupos que suelen relacionar el liberalismo con una ideología que 'favorece' directamente a las empresas. Sin embargo, una mayor libertad económica real suele tener como consecuencia una mayor competencia y, por ende, un menor margen de beneficios para las empresas. Esto dice la teoría y ahora la práctica en Argentina. Argentina se recupera a base de más consumo e inversión.
"La única pregunta que queda ahora es: ¿cuándo despertará el resto del mundo ante el milagro argentino? Mientras Francia elimina festivos para tranquilizar a los mercados de bonos, la canciller Rachael Reeves lucha por tapar los agujeros en las cuentas del Reino Unido, e incluso el mercado de bonos de Estados Unidos está preocupado por la independencia de la Reserva Federal, hay un país —y muy inesperado además— que recibe una mejora de rating", comenta Lynn
Subida de rating en Argentina
Moody's elevó la semana pasada la calificación de Argentina, un país que se ha caracterizado durante 50 años por rescates y mala gestión. La agencia ha subido la nota de Caa3 a Caa1. Lo que es más relevante, el propio informe de Moody's cita "la amplia liberalización de los controles sobre el cambio y (en menor medida) de capital" como razón para una perspectiva más optimista. Técnicamente, sigue siendo considerado 'bono basura', es cierto que es un país que en los últimos 200 años ha registrado nueve impagos, incluido el mayor en la historia del FMI. "Pero la tendencia es inequívocamente positiva", asegura Lynn.
Sin embargo, Lynn señala en The Telegraph que este es solo un indicador entre muchos. En conjunto, se espera que la economía crezca un 5,7% este año, a pesar de los recortes masivos del gasto público y la 'motosierra' que el presidente aplicó en el empleo estatal y en otras muchas partidas que estimulaban el gasto público y, por ende, el PIB. Por otro lado, la inflación se ha reducido hasta el 1,6?% mensual en junio, algo que obviamente "no es estabilidad suiza, pero es muchísimo menos que el más del 200% que había cuando Milei asumió el cargo", explica Lynn.
También, el FMI ha renovado el importante préstamo otorgado al país bajo la administración anterior. Los alquileres, un problema grave al hacer inaccesible la vivienda para muchos, han caído un 40% en un año tras eliminar el gobierno todos los controles, lo que ha provocado una avalancha de inmuebles en el mercado. Los precios de los bonos suben y el Estado vuelve a financiarse en los mercados globales.
Lynn admite que los retos aún son muchos y que la economía de Argentina está de lejos de haber abandonado el atolladero, pero la situación ha cambiado drásticamente en poco tiempo: "Hay una constatación clara: en los 18 meses que lleva Milei en el poder, la economía argentina se ha transformado por completo. Lo ha logrado reduciendo drásticamente el tamaño del Estado. Prometiendo una 'terapia de shock' económica, el Gobierno ha despedido a más de 50.000 trabajadores públicos, cerrado o fusionado más de 100 organismos estatales, paralizado obras públicas, recortado subsidios a la energía y el transporte, e incluso ha devuelto el presupuesto nacional al superávit. Aunque no ha cumplido todas sus promesas (como sustituir el peso por el dólar como moneda oficial) ha avanzado más rápido y más profundamente en la liberalización económica que cualquier político moderno", señala este economista.
¿Dónde están ahora los alarmistas?
Lynn tira de hemeroteca y memoria para recordar en su columna que los resultados contrastan notablemente con el desastre que muchos economistas que habían pronosticado una catástrofe —y probablemente la esperaban—. Al asumir el cargo, 103 economistas destacados, entre ellos el francés Thomas Piketty, emitieron una carta pública advirtiendo de que "las soluciones aparentemente simples pueden ser atractivas, pero es probable que causen más devastación en el mundo real". No ha ocurrido: Argentina se recupera de décadas de mala gestión.
"La pregunta relevante es: ¿cuándo se darán cuenta el resto del mundo? Porque la mayoría de la élite económica y política cree todavía que el crecimiento solo se impulsa con gasto público, que la regulación fomenta la innovación, que los 'campeones nacionales' deben guiar las nuevas industrias, y que el sector privado solo debe acompañar al ministerio de Economía. Se ve en el Reino Unido con el National Wealth Fund, en la Unión Europea con regulaciones que bordean lo kafkiano, en Estados Unidos con Trump imponiendo aranceles a golpe de decreto, y sobre todo en China, donde autos, aeroespacial e inteligencia artificial reciben apoyo estatal descomunal", comenta Lynn.
Este experto creen que en estos momentos todo el mundo se dirige hacia una mayor intervención pública y estatal, mientras que "solo Argentina camina hacia otro rumbo. Quizá porque los subsidios, controles y proteccionismo la habían convertido en un caso perdido, estaba dispuesta a probar el camino contrario. Hoy los frutos son visibles: los mercados libres y un Estado reducido se revelan como la vía para reactivar el crecimiento, y Milei lo está demostrando de nuevo. Moody's y otras agencias ya lo han advertido —y quizás algún día lo hagan también electores y políticos del resto del mundo", sentencia este experto.