Economía

La 'Airef francesa' corrige el plan fiscal del Gobierno para que la reducción de la deuda sea menos dolorosa

El presidente de Francia, Emmanuel Macron. /EP.

El Observatorio Francés de Coyunturas Económicas (OFCE) -algo así como la Airef de París- corrige el Plan Presupuestario a Medio Plazo (PEMP) que el gobierno del primer ministro galo, François Bayrou, envió a Bruselas para que sea "menos doloroso". Este plan tiene como objetivo corregir el enorme descuadre que tienen las cuentas públicas francesas. Según el Observatorio, París podría hacer un ajuste necesario de 3,5 puntos del PIB, es decir, de 100.000 millones de euros, a 2050, frente a los 110.000 que plantea el Ejecutivo para 2029. Esto llevaría el pasivo del Estado a corregirse al 110% del total de su economía. Para llevarlo a cabo, los expertos hablan de dilatar los ajustes en el tiempo.

A principios de julio, el Tribunal de Cuentas galo estimó que se necesitarían cerca de 105 000 millones de euros de ahorro (gasto o ingresos adicionales) para reducir el déficit público por debajo del 3% del PIB para 2029, como pretende el Gobierno.

En el estudio titulado ¿Qué caminos tomarán las finanzas públicas francesas?, la entidad plantea el escenario que provocará el plan presupuestario que Bayrou envió a Bruselas. En sus cuentas, el Ejecutivo galo plantea una hoja de ruta rápida para hacer un ajuste estructural de 40.000 millones de euros en 2026, sin recurrir a subidas de impuestos. Para ello, harán recortes de gasto público. El objetivo de déficit para el año que viene es del 5,4% del PIB, desde cerca del 6% actual, y que siga bajando al 4,6%. En este escenario planteado por el Ejecutivo, el esfuerzo acumulado total para reducir el saldo primario de las Cuentas Públicas llegaría al 3,8% del PIB en 2029, es decir, 110.000 millones de euros.

El impacto de este plan, presentado en el mes de octubre de 2024, sería mucho más lesivo para la economía francesa, con un incremento del desempleo abrumador, que rozaría el 9% en 2026 y se estancaría hasta 2029, cuando la curva empezaría a descender, auguran los expertos.

Este plan fue avalado este mismo lunes por el Fondo Monetario Internacional. En su informe de consulta del Artículo VI para 2025, califican este plan a medio plazo de "adecuado" para fortalecer las finanzas públicas. Aunque reiteran que debe ir "acompañado de un paquete de medidas creíble y bien diseñado".

"Los directores coincidieron en que los planes de ajuste fiscal de las autoridades son apropiados para colocar la deuda en una senda descendente y destacaron la necesidad de aprobar un paquete de medidas adicionales bien diseñado y creíble para apuntalar este ajuste en el futuro", reza el documento.

En cambio, desde el OFCE plantean un horizonte menos dañino, pero que requeriría más tiempo para llevarse a cabo y solamente implicaría un ajuste del 3,5% del PIB, hasta los 100.000 millones de euros. Así, en el escenario planteado por el Observatorio, la recuperación sería más lenta pero menos dolorosa, e incluso con un coste menor.

La reducción del saldo primario se limitaría al 2,8% del PIB para 2029, lo que equivaldría a 80.000 millones de euros y llegaría a ese 3,4% del PIB para 2050 -100.000 millones-. Esto haría que la deuda siga aumentando hasta el año 2031, hasta llegar al 123,6% del PIB, pero tomaría una senda descendente mucho más rápida que la del plan del Gobierno, llegando al punto de estabilizarse en el 110% del PIB para 2043.

"El impacto sobre el empleo sería menor si la consolidación se extiende en el tiempo", aseguró el presidente de OFCE, Xavier Ragot. En concreto, en este escenario 'suave', el desempleo alcanzaría una tasa del 8,7% en 2027, pero al año siguiente volvería a la senda descendente. "Es hacer un poco más hoy y un poco menos mañana", recalcó Ragot.

Macron ha deteriorado las cuentas

El informe destaca algo que, ya de por sí, era evidente y es que durante la etapa de Macron, las Cuentas Públicas de Francia "han sufrido un deterioro". Según reza el documento, el deterioro de las finanzas "no se atribuye a un aumento más pronunciado del gasto público, sino a una disminución significativa de los ingresos". En concreto, el informe señala que el gasto se redujo en 0,3 puntos porcentuales del PIB desde que Macron entró en el Elíseo.

Cuando fue elegido presidente, el 7 de mayo de 2017, a la cabeza de su agenda estaba la reforma de los subsidios por desempleo y el pleno empleo. Cuando el presidente llegó al cargo, la tasa de paro era del 10,1%. Asimismo, otro de los adalides de su política era la reducción del impuesto sobre la renta y el de Sociedades, del 33% al 25%.

El país vecino cerró 2024 con un déficit presupuestario del 5,8%, es decir, 169.600 millones de euros. El consenso y el propio Ejecutivo galo esperaban que fuese del 6%. Eso sí, se incrementó cuatro décimas con respecto al de 2023, un descubierto que también marcó un récord y supuso un duro golpe para el Gobierno de entonces, que no se lo esperaba.

El responsable del instituto de estadística galo INSEE, Jean-Luc Tavernier, ya explicó en su momento que este deterioro se debe "a un aumento de los gastos por una disminución de los ingresos". Es decir, en 2024 el tipo de los impuestos cayó hasta el 42,8% del PIB, lo que llevó a una situación similar "anterior a las subidas de impuestos del año fiscal 2012-2013", dijo el experto. En cambio, el gasto se disparó hasta el 51,7% del PIB, lo que lo pone casi al mismo nivel que a comienzos de la década, reiteró Tavernier.

Por tanto, se confirma que este descontrol de las cuentas públicas se debe a que, a partir de 2017, cuando Emmanuel Macron entró a presidir la República, los sucesivos gobiernos se dedicaron a bajar impuestos de manera descontrolada sin pensar en recortar el gasto. Tanto Édouard Philipe, pasando por Jean Castex, Élisabeth Borne o Gabriel Attal quisieron deshacer las políticas tributarias de François Hollande, pero sin modificar sus políticas de gasto.

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