La carrera para liderar el Eurogrupo, la reunión de ministros de Economía y Finanzas de la eurozona, se despeja. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, acaba de anunciar que retira su candidatura a presidir el organismo. Una coyuntura que allana el camino a su actual presidente, Paschal Donohoe, para revalidar en el cargo, que solo se disputa con el ministro de Finanzas socialista, el lituano Rimantas Šadžius.
Los titulares de Economía y Finanzas del euro deberán decir este lunes en votación quien será el próximo responsable de llevar las riendas del organismo, durante el próximo mandato de dos años y medio que arranca a finales de julio. A la concurrencia del puesto se han presentado el actual presidente del organismo desde hace dos mandatos, es decir, cinco años, el irlandés Paschal Donohoe y el ministro de Finanzas lituano, Rimantas Šadžius.
"Después de semanas intensas de contactos con mis colegas, de recabar apoyos con mis compañeros, ministros de Finanzas del Eurogrupo, y de conversaciones que han ido hasta este fin de semana, hemos llegado a la conclusión de que no teníamos garantizados los apoyos necesarios para llevar adelante la candidatura", ha indicado el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, en declaraciones a la prensa en Bruselas
Es el motivo por el que ha decidido, "en un ejercicio de responsabilidad", "dar un paso a un lado y favorecer una candidatura de consenso para la próxima presidencia del Eurogrupo", que considera "exige un elemento de unidad" y "evitar la fragmentación".
Cuerpo "agradece a sus homólogos que le hayan expresado su apoyo, que ha sido transversal, más allá de afinidades políticas, ideológicas y geográficas". Según el ministerio, el proceso de elección ha sido positivo y se ha transmitido un mensaje generalizado acerca de la necesidad de reforzar el impacto y la eficacia del Eurogrupo.
El ministro español se postuló oficialmente al cargo el pasado 27 de junio después de haber sondeado los apoyos entre sus compañeros. Lo hizo después de semanas en las que su nombre había sonado como posible aspirante y después de haber emprendido ya los sondeos entre sus homólogos.
Entre los altos cargos comunitarios de apetencia para candidatos españoles, la presidencia del Eurogrupo es un habitual. Se ha convertido en una suerte de trampolín para que los españoles hagan maniobras de reconocimiento y prospección en el entramado comunitario que les permita dar un paso hacia alguna cúpula de una institución europea.
La candidatura de Cuerpo sigue la misma deriva que otros ministros de Economía españoles que, anteriormente, han sido aspirantes a presidir el Eurogrupo. Sucedió lo mismo con Nadia Calviño que en 2020 perdía la carrera para llevar las riendas del organismo frente al actual presidente Paschal Donohoe. Sin embargo, ni en su caso, ni en el de Luis de Guindos se retiraron de la carrera antes de la votación. Este último perdió también la posibilidad de hacerse con las riendas del Eurogrupo ante al socialista Jeroem Dijsselbloem en 2015.
A favor de Cuerpo jugaban factores como el buen nombre que se ha labrado como negociador de difíciles expedientes legislativos, como la reforma de las reglas fiscales, durante la presidencia española del Consejo de la UE, en 2023. En su contra, sin embargo, apuntaban otros factores fuera de su control, como el alto número de españoles en altos cargos en las instituciones comunitarias. En todo caso, hay quien ve la candidatura de Cuerpo como una fórmula para darse a conocer en sus aspiraciones futuras a la cúpula comunitaria.
En estas últimas semanas, Cuerpo ha tomado una posición muy clara sobre cual debe ser la deriva que debe tomar el Eurogrupo, cuyas reuniones tuvieron mucho peso y relevancia durante la crisis económica del 2008 pero cuya función se ha ido diluyendo en el tiempo. En una carta conjunta, suscrita también por las grandes economías del euro, Italia, Francia, Alemania y Países Bajos, llamaban a "redefinir el futuro del organismo", dotar de una mayor relevancia a estas reuniones y avanzar en la unión de mercados de capitales.
Un mensaje que reclama más dinamismo frente al mandato del irlandés y que, si bien no podía leerse como un respaldo explícito a la candidatura de español, sí puede interpretarse como una perspectiva alineada que le abra la puerta a ganarse el favor de sus homólogos del euro.