
El pequeño Liechtenstein se ha convertido en uno de los estados más ricos de toda Europa. Los grandes capitales han acudido en masa a este microestado por su baja fiscalidad (las empresas solo pagan un 12% y sociedades y el tope al IRPF es el 22%). Esto sumado a su inusitada potencia exportadora han elevado a esta nación para convertirse en el segundo país de toda Europa en PIB per cápita solo por detrás de Mónaco, con unos 185.000 dólares. Ostensiblemente más que países como Luxemburgo (133.000 dólares). Este ecosistema idílico se ha encontrado con una crisis inusitada, una explosión de empresas zombi que están poniendo en riesgo su modelo.
El gobierno local de los Alpes ha creado un grupo de trabajo especial para afrontar una verdadera crisis. El motivo es que cientos de entidades vinculadas a propietarios rusos han quedado atrapadas en un vínculo legal que las ha dejado totalmente paralizadas. Todos sus directores y juntas han tenido que renunciar en los últimos seis meses con las últimas sanciones de EEUU. En consecuencia, 800 sociedades se han quedado en tierra de nadie, existiendo, pero sin ninguna persona a cargo de supervisar su liquidación o gestionar sus activos.
Esto puede devenir en una verdadera crisis dado que estas empresas tienen compromisos bancarios y de crédito con todo tipo de sociedades del país. Por lo tanto está parálisis puede desatar una crisis financiera en la nación de los Alpes. "Estamos hablando de fideicomisos zombi flotantes multimillonarios. Y aún no hay solución. Nunca he visto nada igual", declaró un abogado de Vaduz, cuyos clientes incluyen varios de los fideicomisos afectados, en una entrevista con Financial Times.
Liechtenstein fue los países que se incluyeron en las sanciones de la UE en 2022 pero realmente no fue hasta 2024 que se dio un impulso verdadero a las entidades con sede en Liechtenstein. Esto se debía que las grandes fortunas rusas operan con intermediarios que no habían sido objetivo de Washington hasta el tramo final de la era Biden. En ese sentido, el microestado trata de dilatar la aplicación de la normativa pero EEUU le lanzó una advertencia formal de que podrían sancionarles a ellos si no colaboraban e imponían las normativas a los 'clientes' de las fortunas rusas.
Ante la amenaza de la Casa Blanca la acción de Liechtenstein fue brutal y se ordenó a la Autoridad del Mercado Financiero (FMA, por sus siglas) una actividad de tolerancia cero. La autoridad exigió la desvinculación total con cualquiera vinculado con Rusia como forma de evitar riesgos. Esto, provocó un verdadero tsunami de dimisiones en las altas esferas del millonario país. "Las acciones estadounidenses han sido "inesperadas y eso ha causado pánico", afirmó Schwärzler. "Incluso las autoridades dijeron que no sabemos qué podría pasar mañana, y mucho menos en uno o dos meses", en declaraciones al Financial Times.
Según cifras oficiales ya son 350 entidades las que están en suspensión de pagos y 40 de ellas en liquidación. El estado ha declarado que 85 están totalmente huérfanas al no poder nombrarse alguien que coordine la liquidación. Esto son solo las estimaciones actuales pero la cifra podría llegar a las 800. Todo ello vehículos millonarios de ciudadanos rusos que usaban Liechtenstein. En su gran mayoría se trata de personas que no son objeto de sanciones y que viven en Europa u Oriente Medio.
Esta crisis podría socavar uno de los principios que ha hecho realmente rico al microestado. Su capacidad para atraer la fortuna del planeta. Lichenstein no es solo un lugar donde se pagan bajos impuestos. Se trata de una isla financiera, un paraiso oculto entre los Alpes, donde da igual que el mundo arda en llamas, en sus idílicos parajes el dinero siempre está protegido. Al menos esa es la imagen que se proyectaba hasta este crisis. "Esto puede ser un gran problema para que nuestro país siga siendo un centro financiero" comentaba el diputado Thomas Vogt .
El gobierno de Liechtenstein afirmó que "concede la máxima prioridad a una respuesta fuerte y coordinada a la actual agresión de Rusia contra Ucrania entre nuestros socios, incluido Estados Unidos". Ahora queda por ver si esa respuesta es capaz de mantener el status de Liechtenstein. Este fue construido durante décadas desde la Segunda Guerra Mundial y, ahora, está en juego por los vaivenes de la geopolítca.