Economía

José Domingo de Ampuero y Osma: "La OPA BBVA-Sabadell está mal planteada desde el inicio"

José Domingo de Ampuero y Osma, durante su entrevista con elEconomista.es. / JON BERNÁRDEZ
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José Domingo de Ampuero y Osma (Getxo, 1949) nunca ha tenido pelos en la lengua y es conocido por decir lo que piensa. En su entrevista con elEconomista.es no defrauda y dice las cosas tal y como las piensa. Como ex vicepresidente del BBVA y nieto de uno de los fundadores del Banco de Bilbao, no titubea y lanza su opinión con valentía. Conoce bien la historia de la banca vasca y no ve con buenos ojos la OPA hostil realizada sobre el Sabadell.

El que fuera presidente del Círculo de Empresarios Vascos y CEO de Viscofan, la multinacional navarra que llegó al Ibex 35 y ahora cotiza en el IBEXC (Medium Cap), se encuentra cómodo en esta liga, asegura, al igual que con su nuevo cargo como presidente no ejecutivo. Son cambios que exige el paso del tiempo y hay que ir desprendiéndose de los cargos con naturalidad.

No obstante, en el ámbito macro se muestra muy preocupado "por la pérdida de competitividad de Euskadi" y, aunque considera positivo el Plan Industrial que está elaborando el Gobierno vasco, considera que es necesario establecer cambios en materia impositiva, pero también en política lingüística, además de reducir la burocracia y frenar la conflictividad y el absentismo laboral.

-¿Cómo ve la situación económica a nivel nacional?

-A nivel nacional tenemos un problema tremendo, pero el tema económico no se está viendo tan afectado como el tema político, aunque sí nos va a afectar a futuro en relación al prestigio de España y a las inversiones internacionales. Tenemos mucho turismo, que es lo que está fomentando el crecimiento, pero es volátil, porque de repente los turistas deciden irse a Grecia o a México, y tenemos mucha deuda, que es una losa.

-¿Qué opina de la guerra arancelaria y de porcentajes de defensa abierta por Donald Trump?

-El País Vasco vende más en Europa que en Estados Unidos, pero afecta en gran medida. El sector del vino está súper preocupado, porque ese marginal que se vende en Estados Unidos de vino es importantísimo para La Rioja y pasa lo mismo en la industria.

-BBVA Research acaba de presentar sus previsiones económicas para Euskadi, en las que habla de un 1,9% del PIB este año y de la mitad, un 0,8%, para el que viene. ¿Cómo ve la situación económica a corto plazo teniendo en cuenta los vaivenes de la geopolítica mundial?

-Desgraciadamente mis presagios se han confirmado. Caminábamos hacia la mediocridad y ahora estamos peor. No es que estemos mal, estamos bien, pero si te comparas con los que han mejorado y han hecho las cosas bien pues estamos peor comparativamente hablando.

-¿A quiénes se refiere?

-Pues dentro de España está claro que destaca Madrid. Málaga también está acertando y Aragón está fenomenal. Nosotros partimos de una base fuerte, pero no estamos haciendo nada importante ni significativo y es una pena, porque nos están adelantando.

-¿Vivimos de las rentas en Euskadi?

-En la historia estamos viviendo claramente de las rentas, está claro. Si pasea por la Gran Vía de Bilbao lo ve. Ya no hay tiendas buenas y, aunque la ciudad está más bonita que nunca, a nivel económico y financiero el deterioro es evidente para cualquiera que haya vivido en Bilbao los últimos 25 ó 30 años. Estamos perdiendo ese 'punch', tal y como se ve. Cada vez que paso por la antigua torre del Banco de Vizcaya y veo el Primark me produce cierta depresión...

"Cada vez que paso por la antigua torre del Banco de Vizcaya y veo el Primark me produce cierta depresión"

-¿Y es posible cerrar también las heridas abiertas que el terrorismo dejó también en la economía?

-El terrorismo ha sido lo peor, lo que ha destruido el tejido industrial, lo que ha destruido la moral del país y lo que ha hecho que la gente de talento se vaya. Ese ha sido el gran destructor del País Vasco y ha hecho que haya pasado a Segunda División. Pero una vez asumido, hay que actuar para no seguir bajando, porque seguimos caminando hacia la mediocridad, aunque hay señales de que, por lo menos, nos damos cuenta de que tenemos cosas que cambiar.

-¿Qué debe hacer el territorio para ganar competitividad, evitar cierres y conseguir atraer nuevas empresas

-Yo creo que es necesario abordar cuatro cuestiones fundamentales: menos burocracia, menos impuestos, menos euskera y menos conflictividad y absentismo laboral.

-Vayamos por partes entonces, ¿considera que la burocratización está sobredimensionada?

-Sí y en el Plan Industrial presentado recientemente por el Gobierno vasco se hablaba de agilizar un 30% el tema burocrático. Es la primera vez que leo que la Administración vasca, que se creía la mejor del mundo, se da cuenta de que no lo es. También creíamos que Osakidetza era el mejor sistema de sanidad del mundo y ya nos hemos dado cuenta de que tampoco lo somos, ni tenemos la mejor universidad del mundo tampoco. Funcionamos mal. Tenemos tres administraciones, tres Diputaciones Forales, un Gobierno Vasco, unas Juntas Generales y un montón de ayuntamientos, lo cual nos sigue quitando eficiencia y conlleva la creación de más puestos burocráticos.

-¿Qué opina de la fiscalidad actual? ¿Cree que el concierto económico se traduce en beneficios reales a nivel práctico?

-No se ha utilizado el concierto económico para nada en los últimos quince años. Se utilizó muchísimo en tiempos de Pradera, a veces con errores, pero se utilizaba. En cambio, ahora, tenemos una fiscalidad muy alta y parece que por fin se está revisando. No hablo de quitar los impuestos, pero sí de que haya menos impuestos y sobre todo más sencillos y más claros.

"No hablo de quitar los impuestos, pero sí de que haya menos impuestos y sobre todo más sencillos y más claros"

-¿Qué impuestos deberían revisarse, en su opinión?

-El impuesto de patrimonio se creó como transitorio y extraordinario, para controlar el impuesto de la renta. Se ha visto que no aporta riqueza, produce muchísimas fugas de grandes fortunas y hace que no venga ninguna.

Con respecto al impuesto de sociedades, al menos, habría que unificarlo en las tres provincias. Además, las deducciones deberían ser más claras y sencillas. En China, por ejemplo, con Viscofan, pagamos el 15% del impuesto de sociedades y ya está.

Y en el impuesto de la renta de las personas físicas establecer unos límites razonables. No del 25%, porque no queremos ser un paraíso fiscal, pero que no sea del 75% tampoco.

-¿Y el de la banca y las energéticas?

-No tiene sentido. La banca tiene años buenos, pues que aprovisione y dé buenos dividendos, y en los malos, pues que cada palo aguante su vela. Esas excepciones no me parecen razonables.

-Como ex vicepresidente de BBVA, ¿qué opina de la OPA sobre el Sabadell?

-Sólo puedo decir que lo que se hace mal, acaba mal. La OPA está mal planteada, mal ejecutada... se ha hecho mal y no se han tenido en cuenta factores humanos ni factores de tiempo. Lo han hecho mal y ya está.

-¿Y de las condiciones impuestas por el Gobierno de España?

-Soy partidario de que el Gobierno no intervenga para nada. Ni el central, ni el vasco, ni ninguno.

-¿Entendería que el banco saliera ahora a litigar?

-Tendrán que analizarlo, pero por desistir no pasa nada. El Banco de Sabadell es una asignatura pendiente desde hace 30 años, como el Banco Popular también lo era en su día, y forma parte de los objetivos estratégicos del BBVA por ser bastante complementarios. Se ha intentado, pero siempre amistosamente y con sentido común, pero no se han dado las condiciones oportunas.

-Otra de las operaciones más candentes en estos momentos es la de Talgo, ¿cree que se cerrará pronto?

-No lo sé. Es una operación que no entiendo. Lo único que podría salvar a Talgo es CAF y CAF tiene claro que no le encaja. Y cuanto más se tarde en cerrar la venta más daño se va a causar en la compañía porque el mercado desconfía, pide más garantías y hay menos pedidos. Y Renfe no va a levantar la multa por si se produjera una suspensión de pagos.

"Lo único que podría salvar a Talgo es CAF y CAF tiene claro que no le encaja"

-Y, siguiendo por donde lo habíamos dejado, otra causa de la falta de competitividad que usted señala es el euskera como requisito, ¿de qué forma cree que la política lingüística repercute en la esfera económica?

-Se está produciendo un retroceso en este ámbito. Una cosa es que queramos al euskera porque es una de nuestras lenguas, que tenemos dos, y otra cosa es que como no acaba la gente de hablar euskera, lo imponemos. Eso significa una huida de toda la gente de fuera y que a alguien de Frankfurt que se plantee venir con su familia y sus hijos para unos años le suponga un lío y se vaya a otro sitio. Es un 'espantatalento' tremendo y me parece un disparate.

-Sin embargo, según un análisis realizado por Laboral Kutxa, en 2036, el País Vasco no podrá cubrir 30.000 puestos de trabajo por falta de mano de obra.

-Claro, y el euskera es una barrera más que ponemos y además una imposición absurda, que no entiendo, porque aquí nos estamos descapitalizando de población y nos hace falta que venga gente de fuera con talento, porque la emigración que estamos teniendo no es la emigración que quisiéramos tener.

-Y, por último, hablaba de la conflictividad laboral y el absentismo como otra de las principales rémoras para la realización de inversiones empresariales.

-Sí. Aquí tampoco avanzamos. A los sindicatos no les he oído decir ni una palabra todavía de que sea un problema, incluso casi fomentan el orgullo de la conflictividad, de hacer más huelgas y tener un absentismo que es el más alto de España. Y es preocupante, porque eso produce gran rechazo para nuevas inversiones.

"Creo que sí es compatible la reducción de la jornada con la subida de la productividad, pero dejaría libertad"

-¿Qué opina de la reducción de la semana laboral a las 37,5 horas? ¿Cree que repercutirá en la productividad?

-Creo que sí es compatible la reducción de la jornada con la subida de la productividad, pero dejaría libertad, porque hay negocios que a lo mejor no lo pueden hacer y otros que sí.

-¿Ha leído el borrador del Plan Industrial recién presentado por el Gobierno vasco?

-Está muy bien hecho, pero ¿alguien va a invertir en el País Vasco por leerse el plan industrial? La gente invierte por otros motivos mucho más humanos y mucho más de sentido común. Es decir, con una situación de terrorismo ya puedes hacer mil planes industriales que aquí no invierte nadie, y con una fiscalidad horrible, tampoco. Venezuela tendrá un plan industrial, Cuba tendrá otro plan industrial, Rusia el suyo... Luego hay que llevar todas estas cosas a la práctica. Creo que tenemos mimbres para hacerlo bien, pero no lo estamos haciendo bien.

-Para poder llevar a cabo inversiones es necesario contar con unas buenas comunicaciones, ¿hasta qué punto penaliza al País Vasco el retraso en la llegada de la alta velocidad?

- Exactamente. Lo del AVE es la hecatombe. El tiempo va pasando y seguimos sin él. Tiene AVE hasta la Puebla de Sanabria, pero Bilbao no tiene y eso que recuerdo cuando hace más de treinta años di permiso en mi caserío de Durango para realizar los sondeos para las excavaciones. El Ayuntamiento todavía no ha definido la entrada del AVE y aún hay discrepancias con el tema del trazado entre Álava y Gipuzkoa. En el País Vasco llevamos 33 años de retraso sobre Sevilla, pero también con Barcelona, Valencia... y todo por no tomar decisiones.

"Tiene AVE hasta la Puebla de Sanabria y en el País Vasco llevamos 33 años de retraso sobre Sevilla"

-También cobran un protagonismo muy importante las redes eléctricas, analizadas ahora con lupa tras el apagón.

-La energía es clave para la industria, eso ya lo sabemos, y mientras estamos aquí discutiendo, Aragón se ha llevado todos los Big Data y los centros logísticos de España. ¿Por qué? Pues porque van allí y lo aprueban. En cambio aquí queremos hacer un parque eólico, una línea eléctrica que llegue al puerto o una central nuclear y resulta imposible. Tenemos un país precioso para pasear, pero no hay industria.

-¿De quién es responsabilidad lo que ocurrió?

-Es un tema muy complejo pero parece claro que se ha ido arriesgando por codicia. Si tenemos coste cero con renovables, vamos a lo barato, pero lo barato sale caro y como no queremos que las fábricas se pongan en ningún sitio, luego hay que pagar lo que traemos de Aragón o de Burgos porque no se están haciendo líneas importantes aquí y la industria pide energía.

"Aquí queremos hacer un parque eólico, una línea eléctrica que llegue al puerto o una central nuclear y resulta imposiblle"

-¿Y apuesta por impulsar de nuevo las centrales nucleares en España?

-No apostaría por la nuclear como energía fundamental, porque tenemos sol y viento en España, así que mi apuesta es por las renovables como base, pero apostar al cien por cien por ellas y desmantelar las nucleares que ya estaban funcionando me parece que es como darse un disparo.

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