Economía

El país más rico de Europa y con el mayor superávit teme caer en una recesión histórica por una decisión a miles de kilómetros

  • Irlanda tiene un superávit público del 7% del PIB y una deuda de solo el 40%
  • La tasa de paro se encuentra en el 4,1% y la economía crece con mucha fuerza...
  • ... un solo movimiento de EEUU podría derribar todos estos pilares tan sólidos

Irlanda es el país más rico de Europa en términos de PIB per cápita. Su tasa de paro es del 4,1%, la deuda pública está a punto de caer por debajo del 40% del PIB (recuerden que la de España se encuentra en el 100% del PIB) y el último dato referente a sus cuentas anuales habla de un superávit fiscal del 7% del PIB, un 'desequilibrio positivo' que no tiene parangón en la zona euro. Sin embargo, y pese a todo lo anterior, Irlanda teme que su economía pueda sufrir una recesión histórica. Lo que en el pasado fue una bendición, hoy podría convertirse en el mayor castigo para este país con poco más de cinco millones de habitantes. Ser una economía muy abierta y expuesta al exterior (junto al Impuesto de Sociedades más bajo del euro) ha sido clave para que Irlanda viva un auténtico milagro económico. Sin embargo, esto mismo se ha convertido ahora en la gran amenaza. Un pequeño cambio en EEUU puede destruir de la noche a la mañana el milagro irlandés.

Cientos de empresas, 200.000 empleos, miles de millones de euros en ingresos por impuestos de sociedades. Si sumamos todo esto, la dependencia de Irlanda de la inversión estadounidense es más que evidente. Esto al mismo tiempo, la convierte en uno de los países más vulnerables a los esfuerzos de Donald Trump por reestructurar el comercio global. Irlanda depende de EEUU y un acuerdo desfavorable entre Washington y Bruselas puede hacer saltar por los aires su economía.

Medios como Fortune también han advertido de una pérdida repentina de miles de empleos en Irlanda si finalmente se aprueban algunos aranceles que entorpecerían la actividad de las filiales farmacéuticas que comercian directamente con sus matrices en EEUU. Todo ello podría poner en jaque la economía y generar una poderosa recesión pese a los sólidos pilares en los que parece sostenerse la economía irlandesa.

Desde la agencia Fitch explican que la economía irlandesa es sólida, "pero se enfrenta a riesgos sustanciales, en particular por la política comercial estadounidense, que podría reducir las exportaciones, y la competencia internacional en los tipos impositivos corporativos, que podría incentivar a las empresas multinacionales a trasladarse fuera de Irlanda. Los bancos se verían afectados negativamente por el debilitamiento de la economía nacional y el aumento del desempleo".

No solo eso, Fitch destaca que las exportaciones son un componente crucial de la economía irlandesa y podrían verse significativamente afectadas por los posibles aranceles estadounidenses sobre los productos farmacéuticos. "En 2024, un tercio de las exportaciones irlandesas de bienes se dirigieron a Estados Unidos, y los productos farmacéuticos representaron casi dos tercios de estas. Sin embargo, el alto valor añadido de los productos farmacéuticos debería mitigar el impacto, y no prevemos que muchas empresas farmacéuticas abandonen Irlanda a corto plazo debido a la complejidad de las aprobaciones regulatorias y al considerable tiempo y coste necesarios para reubicar las instalaciones de fabricación", avisan desde la agencia de calificación.

Desde el ministro de finanzas hasta los banqueros, la opinión es que la economía pequeña y abierta, con su bajo desempleo y un sólido superávit presupuestario, parte de una posición sólida ante posibles impactos. Creen que el país puede aprovechar su reputación de estabilidad, una regulación clara y un ambiente favorable a las empresas para garantizar que Irlanda siga siendo un destino atractivo para la inversión... pero todo depende de Donald Trump.

El modelo del éxito... hasta ahora

Es un modelo que ha funcionado durante mucho tiempo para el país (la economía pasó de ser más pobre que España a convertirse en la más rica de Europa), pero se enfrentará a pruebas en los próximos años. Reconociendo esto, el banco central, el ministerio de finanzas y los principales bancos han recortado sus previsiones económicas en los últimos meses. "Nos centramos en lo que podemos controlar", declaró esta semana el ministro de finanzas, Paschal Donohoe. Desde la perspectiva irlandesa, no podemos influir en el desarrollo del comercio global, pero sí en la competitividad de nuestra economía. Irlanda es en la actualidad el país más rico de Europa cuando se analiza el PIB per cápita en euros corrientes con el permiso de Luxemburgo, un pequeño país con 660.000 habitantes.

Según el instituto de estadística nacional, se prevé que el crecimiento se desacelere a aproximadamente el 2% en 2025, desde el 2,7% del año pasado (una previsión llena de incertidumbre). Gran parte de la preocupación en Irlanda se centra en las implicaciones de los aranceles para sus sectores tecnológico y farmacéutico, dominado por empresas como Apple, Alphabet o Pfizer.

La recaudación del impuesto de sociedades, muy concentrada en un pequeño número de empresas, ascendió a 39.000 millones de euros en 2024, lo que representa el 36% de la recaudación fiscal total. Esta cifra resume la destreza de Irlanda para atraer capital extranjero y su dependencia del dinero estadounidense. A pesar de los riesgos para la inversión y el empleo, la élite financiera del país continúa expandiéndose. Este mensaje se puso de manifiesto esta semana en el evento "El Futuro de las Finanzas" organizado por Bloomberg en Dublín, donde intervino Donohoe.

El sector de los servicios financieros ha crecido sustancialmente en la última década, en parte gracias a la estabilidad que Irlanda ha alcanzado desde la crisis financiera de 2008. En términos de activos, el sector alcanzó un tamaño de 8 billones de euros en 2023. El total de activos bajo gestión de fondos de inversión y del mercado monetario de residentes irlandeses asciende a 5,5 billones de euros, más del triple que en la última década, según el banco central.

Además de la competitividad, el otro argumento de venta de Irlanda es una regulación coherente y clara. La idea es establecer barreras de seguridad y estabilidad, pero no elementos disuasorios indeseados. Mary-Elizabeth McMunn, vicegobernadora del banco central de Irlanda, lo califica de enfoque "pragmático".

"Queremos que las instituciones financieras estén presentes tanto en los buenos como en los malos momentos", asegura McMunn. "Así que, en cierto modo, diría que nuestros intereses están completamente alineados, porque si soy directora general de una institución, quiero estar presente a largo plazo. No quiero que se produzca una crisis que interrumpa realmente mi negocio".

Venta de acciones

Un movimiento o hecho simbólico que revela la potente recuperación financiera de Irlanda se ha producido este mes: el gobierno se deshizo del resto de su participación en AIB Group. Esto supone que los dos bancos más grandes del país ya no son propiedad estatal. Un tercero, PTSB, seguirá su ejemplo en algún momento, según las previsiones de analistas y gobierno. Los rescates costaron miles de millones de euros (solo el de AIB ascendió a unos 20.000 millones de euros), pero el gobierno afirmó que alcanzó el punto de equilibrio con base en los precios actuales del mercado.

"El sector es fundamentalmente diferente de lo que era", comenta el director ejecutivo Colin Hunt. Cuando asumió el cargo, hace seis años y medio, "la exposición a riesgos morosos representaba el 10% de los préstamos brutos. Ahora es inferior al 3%, y eso se refleja en todo el sector", añade.

Pese a todo, el Gobierno de Irlanda y la propia sociedad saben que si EEUU termina implementando una parte sustancial de sus planes, miles de puestos de trabajo podrían evaporarse de la noche a la mañana, los balances de la banca podrían entrar en terrenos resbaladizos y la economía podría caer en una profundísima recesión. El PIB de Irlanda ya es de por sí extremadamente volátil, con trimestres de crecimiento inmenso y otros de caídas profundas. La inversión de las multinacionales y sus resultados vapulean el PIB de una nación muy rica, pero también muy pequeña. Un movimiento leve en EEUU puede derrumbar a Irlanda entera de un plumazo.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky