Otra de las consecuencias del acuerdo sobre Gibraltar es que la colonia británica se verá obligada a subir el impuesto sobre transacciones, que pasará del 3% actual al 15% cuando entre en vigor.
Este aspecto era importante para España, que quería incluir en la negociación impuestos al Peñón con la finalidad de "proteger la comarca" gaditana del Campo de Gibraltar, sobre la que se asienta La Roca.
Así, el acuerdo alcanzado tras las negociaciones entre el Reino Unido, España y la Comisión Europea incluye la aplicación de un mecanismo fiscal con el objetivo de que Gibraltar se sitúe en un nivel "aceptable" de imposición para la Unión Europea.
Gibraltar quintuplicará su impuesto de transacciones hasta situarlo en el 15%, que el tipo mínimo en el IVA que pueden aplicar los estados miembros de la UE, según la directiva europea. Eso sí, el gravamen se aplicará a las transacciones de bienes, pero no a las de servicios.
Era una de las exigencias de la UE, que demandaba que Gibraltar aplicase "un régimen tributario muy cercano" al comunitario sin la necesidad de adherirse al sistema europeo del IVA. Sin embargo, las autoridades gibraltareñas quería mantener su estatus en ese sentido, al considerar que subir el impuesto encarecería los productos.
Al final, se llegó a un acuerdo que la UE ha calificado de "aceptable" durante un periodo de tres años desde la entrada en vigor del acuerdo y, además, se creará un grupo de trabajo de expertos que, de manera independiente, comprobará si el mercado gibraltareño se resiente tras la aplicación de ese 15%.
En el caso de que no haya distorsiones, el impuesto de transacciones podría mantenerse en ese nivel del 15%, aunque también podría estudiarse elevarlo hasta el 17%, que es el IVA que aplica actualmente el estado miembro de la UE con menor tipo de gravamen.