
En el universo de las pymes, donde cada decisión afecta al margen de maniobra, hay elementos estratégicos que siguen infravalorados. Uno de ellos es el pavimento. Suelo firme para sostener una actividad empresarial más sólida. Así lo entienden ya muchas compañías que han descubierto que la superficie sobre la que se pisa —y se trabaja— puede marcar diferencias en eficiencia, costes operativos y prevención de riesgos. "Un suelo mal elegido puede condicionar la actividad de una empresa desde la base: afecta al mantenimiento, a la seguridad del personal, a la durabilidad de la inversión e incluso a la imagen que proyecta la compañía", explica Juan Antonio Reyes, jefe de ventas de Flooring en Construction Solutions de Molins. "Y sin embargo, sigue siendo una de las decisiones más desatendidas en muchos proyectos".
España cuenta con más de 2,9 millones de pymes, según datos del Ministerio de Industria, que representan el 99,8?% del tejido empresarial nacional. Muchas de ellas, con recursos limitados y estructuras ligeras, afrontan el reto de optimizar cada gasto. En ese contexto, elegir el pavimento adecuado no es un capricho, sino una medida de eficiencia. "Invertir en un buen suelo es, paradójicamente, una forma de ahorrar: menos paradas por mantenimiento, menos riesgos laborales, más facilidad de limpieza y una mejor conservación de las instalaciones", resume Reyes.
La elección del pavimento incide en múltiples sectores: desde quirófanos donde se requiere resistencia química y disipación electrostática, hasta naves logísticas que demandan soportar grandes cargas sin comprometer la adherencia. "Cada sector tiene sus propias exigencias técnicas. El suelo debe adaptarse, no al revés", añade Reyes. En la industria alimentaria, por ejemplo, cualquier fisura puede suponer un problema sanitario. En la hostelería, un suelo degradado afecta tanto a la seguridad como a la percepción del cliente. Y en la industria o la construcción, los errores se pagan en forma de accidentes, deterioro acelerado o interrupciones de servicio.
Además, la presión normativa y la demanda de los mercados están empujando hacia soluciones más sostenibles. "Las nuevas formulaciones permiten pavimentos con componentes reciclados, menor huella de carbono o más eficiencia energética. Esto ya no es un 'extra', en muchos sectores es un requisito", señala Reyes. La base de un negocio no siempre se ve, pero sus consecuencias sí se sienten. Para muchas pymes, elegir bien el suelo puede ser una decisión tan estratégica como un plan financiero o una campaña comercial. Porque la competitividad, a menudo, empieza literalmente desde abajo.