Economía

Varias ciudades de EEUU se enfrentan a la demolición para poder sobrevivir

Parece una paradoja, pero no lo es. Varias ciudades estadounidenses podrían vivir la demolición de áreas completas para hacerlas más eficientes y ahorrar costes, según recoge el diario Telegraph.

Así, el Gobierno está llevando a cabo un plan pionero en Flint (Michigan), una de las ciudades más pobres de Estados Unidos, que consiste en demoler barrios íntegros y devolver el suelo a fines rústicos o naturales. Según han afirmado políticos locales, la ciudad se va contraer aproximadamente un 40%, concentrando las viviendas y los locales en "un área más viable".

Este radical experimento fue idea de Dan Kildee, tesorero del condado de Genesee County, en el que se encuentra Flint. Kildee resumió su plan al presidente Barack Obama durante la campaña electoral, y ahora el Gobierno quiere ahora que aplique su experiencia en Flint a otras ciudades de todo el país.

Luchar contra la pérdida de crecimiento

Según el tesorero de Genesee, actualmente hay 50 ciudades susceptibles de ser reducidas o concentradas para luchar contra su pérdida de crecimiento, que han sido identificadas en un reciente estudio de la Brookings Institution, un influyente comité de expertos de Washington. La mayoría de ellas son urbes industriales que se encuentran en el llamado 'cinturón del óxido' (rust belt), una franja que se extiende desde Filadelfia hasta Chicago. De hecho, entre las posibles candidatas figura la primera, además de Detroit, Pittsburg, Baltimore y Memphis.

"Lo verdaderamente importante no es que estas ciudades se contraigan, sino si lo hacemos de un modo destructivo o sostenible", afirma Kildee. "La decadencia es un hecho en la vida diaria de Flint. Tratar de resistirse es como luchar contra la gravedad", recalca. Karina Pallagst, directora del programa Perspectivas Globales de las Ciudades en Contracción de la Universidad de Berkeley, California, asegura que era "un tabú político y cultural admitir la decadencia de América. Lugares como Flint han tocado fondo. Están en ese punto en el que es mejor destruir y empezar de cero".

Flint, a poco menos de 100 kilómetros al norte de Detroit, fue el lugar donde estuvo la primera sede del gigante General Motors. En su día, la factoría llegó a emplear a 79.000 habitantes de la región, pero hoy en día sólo se mantienen 8.000 puestos. Ahora, el desempleo de la ciudad supone el 20% de una población de 110.000 habitantes. El éxodo de población, sobre todo de los más jóvenes, sumado al colapso de los precios de las viviendas de la ciudad han dejado barrios en Flint que están prácticamente deshabitados.

Una ciudad a punto de quebrar

Recordada como una ciudad modelo en los años de boom de la industria del automóvil, hubo un tiempo en que Flint fue emulada. Pero Kildee, que ha vivido allí prácticamente desde siempre, afirma que es necesario superar la creencia, fuertemente arraigada en la mentalidad norteamericana, de que "lo grande es bueno. La obsesión con el crecimiento es tristemente algo muy Americano".

"En Estados Unidos se asume que todos los tipos de desarrollo son buenos, que si las comunidades crecen es que están teniendo éxito, mientras que si se contraen algo falla. Sin embargo, en algunos barrios de Flint, hay camiones de basura que solo recogen una bolsa de basura a la semana, las calles están muy estropeadas y la policía prácticamente sin efectivos, todo porque apenas hay gente que pague para mantener los servicios. Si la ciudad no reduce su tamaño, terminará por quebrar", sentencia Kildee.

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