El Banco de España incrementa su previsión de crecimiento del PIB para España hasta el 2,7% en 2025, dos décimas más que lo que proyectaba el organismo en el mes de diciembre por la expectativa de mejora en el consumo privado. Con esta cifra, el crecimiento se modera en comparación con el año anterior, cuando alcanzó un 3,2%. Así lo desprende el Informe trimestral de la economía española, proyecciones macroeconómicas, publicado esta mañana que detalla que el aumento del PIB este año será fruto de la evolución favorable de la renta disponible de los hogares, el aumento del empleo y el incremento poblacional previsto. Unas proyecciones, sin embargo, que "están sometidas a una extraordinaria incertidumbre" y que "presentan riesgos a la baja" por el actual contexto geopolítico y las presiones arancelarias, algo sobre lo que también ha incidido el director general de Economía del organismo, Ángel Gavilán, en la presentación del documento.
Tal y como explica la nota editorial del informe, las previsiones publicadas por el Banco de España no incorporan explícitamente el posible impacto adverso sobre la actividad de los mayores niveles de incertidumbre y de tensiones geopolíticas que se vienen observando a escala global desde la llegada de la nueva Administración estadounidense. Por tanto, no incluye el impacto de los aranceles ni la posibilidad de flexibilizar las reglas fiscales en la Unión Europea para aumentar el gasto en defensa. En este sentido, advierten que la evidencia histórica que un aumento de la incertidumbre "puede tener efectos significativos sobre la actividad económica, si los agentes posponen sus decisiones de consumo e inversión, lo que reduciría la demanda agregada y -por tanto- el avance del PIB".
No obstante, por ahora, los indicadores sugieren que la actividad española seguirá creciendo "a un ritmo robusto" en el primer trimestre. Con un incremento de entre el 0,6 y el 0,7% en comparación con el trimestre anterior. Una cifra que es algo menor a la registrada en los trimestres precedentes. Además, a medida que pasan los años, el organismo refleja una desaceleración gradual en las tasas de crecimiento, con un aumento del PIB del 1,9 y 1,7% en 2026 y 2027 respectivamente. Unas cifras que se mantienen intactas en comparación con la previsión realizada por el organismo en el mes de diciembre, pero que quedan supeditadas a los cambios en el contexto mundial derivados de la llegada de Trump a la Casa Blanca.
Según a evidencia histórica la incertidumbre tiene un efecto adverso en el PIB
El propio organismo advierte en su publicación que "la evidencia histórica sugiere que estas tensiones y creciente incertidumbre podrían tener un significativo efecto adverso sobre la actividad". Sin embargo, Gavilán ha resumido que existen dudas sobre cómo van a ser dicha inseguridad. Es decir, no se sabe cuánto van a durar los aranceles, que alcance van a tener, ni la respuesta del resto de países a la política económica estadounidense.
"A pesar de todo ello, y de algunas correcciones que se han observado en las últimas semanas, los mercados financieros internacionales siguen exhibiendo valoraciones relativamente elevadas y primas de riesgo muy contenidas, lo que plantea la posibilidad de que puedan llegar a producirse episodios de correcciones bruscas en dichos mercados" agrega el banco central en su análisis de las previsiones. Episodios que, de materializarse, también podrían incidir de forma muy adversa sobre el crecimiento económico y la confianza de los agentes.
En cuanto a su impacto en nuestro país, Gavilán ha explicado que, según la experiencia, "al cabo de cuatro trimestres, el PIB de la economía española se acaba resintiendo a un momento de incertidumbre".
Además del contexto geopolítico y los aranceles, existen otras cuestiones que tampoco se han incluido en la previsión del Banco de España y que sí podrían afectar al crecimiento. Por ejemplo, menciona la posibilidad de que el desacoplamiento entre la actividad económica de España y de la Unión Europea —especialmente de Francia y Alemania, dos de nuestros principales socios comerciales— se reduzca en el futuro. Si ese fuera el caso (por ejemplo, porque las exportaciones españolas al área del euro volvieran a responder a la actividad de nuestros socios comerciales en una magnitud similar a la observada históricamente), el crecimiento de la economía española podría ser inferior al proyectado.
Aumento en la inflación prevista
Por su parte, las proyecciones del banco central también ha revisado al alza la tasa de inflación prevista para este año, que aumenta cuatro décimas hasta el 2,5%. Una subida que se explica por los mayores precios de la energía observados ya a principios de este año; mientras que presiona a la baja la caída en el coste del transporte por las ayudas del Gobierno, extendidas hasta junio de 2025.
La inflación aumentó hasta el 2,9% en el mes de enero y permaneció estable en el mes de febrero. Un incremento también explicado por el componente energético del IPC, que creció por la subida del IVA y por el encarecimiento del petróleo.
Impacto del mercado laboral
Según las proyecciones del Banco de España, la creación de empleo se prolongará entre 2025 y 2027, pero irá reduciendo su ritmo. Prevé que el número de ocupados aumente in 1,9% este año (frente a la subida del 3 y el 2% registrada en 2023 y 2024). Después, irá ralentizando progresivamente su crecimiento hasta un 1% en 2027.
Por su parte, la tasa de paro seguirá cayendo, pero también a un ritmo menor. En un contexto de menor creación de empleo y en una disminución de la población activa, la tasa se reducirá desde el 11,3% del 2024 hasta el 9,5% de 2027. Lo que implicaría que España no alcanzaría el objetivo del pleno empleo (que supondría una tasa de desempleo del 8%) para el fin de la legislatura de Pedro Sánchez -una de las promesas que el Ejecutivo trasladaba en campaña-.