
Alemania viraba de rumbo ayer y apuntaba a un cambio de era tras el acuerdo entre los principales partidos políticos para poner fin a la regla sagrada de la deuda. Tan solo un día después de que Berlín deje atrás su fobia a la deuda, y en el marco de la Cumbre de líderes de la UE centrada en defensa y Ucrania, el canciller alemán saliente, Olaf Scholz, ha abogado por que el bloque comunitario modifique sus reglas fiscales para que los Gobiernos puedan incrementar el gasto a largo plazo, no solo en los próximos años.
El líder socialista germano ha indicado que Europa debe "cambiar las normas a largo plazo" en un momento que considera "importante" para el Viejo Continente y "para garantizar que se mantenga el apoyo a Ucrania", en el plano económico y militar. "Estoy a favor de que no tengamos una discusión para los próximos uno o dos años, sino que dejemos claro que a largo plazo los Estados puedan gastar en defensa lo que consideren oportuno", ha sostenido Scholz.
La conversación de los líderes de la UE de este jueves pivota en torno a las garantías de seguridad para Ucrania en un momento en el que el apoyo de Estados Unidos al país invadido se ha congelado. Los jefes de Estado y de Gobierno dialogan también sobre la necesidad de incrementar el gasto en defensa del bloque, después de que la jefa del Ejecutivo comunitario haya puesto sobre la mesa fórmulas de financiación a través del Banco Europeo de Inversiones, redirigir partidas del presupuesto comunitario, un fondo de 150.000 millones en préstamos para defensa o la flexibilización de las reglas fiscales a nivel nacional para que el gasto en seguridad no compute para el cálculo del déficit.
Es precisamente de esto de lo que habla Scholz. Si Von der Leyen ha planteado una suspensión de las reglas fiscales, únicamente a nivel nacional y no comunitario, y para los próximos años, de manera que el alza del gasto en defensa se considere excepcional; el canciller alemán saliente aboga por ir un paso más allá. Tanto es así que, el último borrador de conclusiones de la Cumbre de este jueves, los líderes piden a la Comisión Europea que proponga "fuentes adicionales de financiación para defensa a nivel de la UE". Un mensaje que se alinea con la posición germana de ir más allá de la suspensión de las normas fiscales a nivel nacional.
El giro de Alemania es sustancial como motor económico y de decisiones de la UE. El reclamo de Scholz de una mayor flexibilidad fiscal para el gasto en defensa a largo plazo, y el plan anunciado por Berlín de 500.000 millones en gasto para impulsar su seguridad, suponen un antes y un después. Berlín se aleja de su tradicional posicionamiento entre los países frugales de la UE, en donde se situaba hace tan solo un par de semanas, y deja solo a Países Bajos con una postura contraria a disponer de recursos europeos para el gasto en defensa y una oposición firme a los eurobonos.
Con la vista puesta en que Europa se rearme en un momento de intensa tensión geopolítica y de un cambio de reglas del juego propiciado por la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, son varios los líderes de la UE que piden más flexibilidad fiscal. Portugal, Grecia, Irlanda o Dinamarca, entre ellos.
Si la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, resaltaba la necesidad de "rearmar Europa" e impulsar el "gasto en defensa y disuasión" porque "no tenemos mucho tiempo", el primer ministro portugués, Luís Montenegro, ha puesto en valor la intención de la UE de reforzar las "medidas de financiación y estrategias para que no haya duplicidad en la inversión" no para comprar a países terceros, como Estados Unidos o Corea del Sur, sino "para invertir en nuestras propias capacidades".
Como suele ocurrir, han sido los más vocales los países bálticos que han abogado por ir más allá de ese 2% de gasto en defensa. La primera ministra letona, Evika Sili?a, reclamaba que estas decisiones de financiación tengan una perspectiva a largo plazo y que se "movilice la financiación rápidamente". El primer ministro irlandés, Taoiseach Micheál Martin, ha subrayado que es "indispensable" incrementar el gasto en defensa y considera que no se puede tener una economía fuerte sin una seguridad fuerte.
También se ha pronunciado en este sentido el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, que ha subrayado que "Grecia y yo personalmente llevamos mucho tiempo luchando para poder convencer a las instituciones europeas de que lo que hoy empieza debería haberse hecho hace mucho tiempo".