
Vestidos de alta costura, joyas plagadas de diamantes y una alfombra roja. No son los Oscar, sino los Globos de Oro, los galardones archiconocidos como la antesala de los premios de la Academia. Mucho lujo y mucho dinero en una noche en la que la agencia tributaria también representó un pequeño papel, pero de malo.
Este año los Globos de Oro no tenían regalos para los asistentes. La organización decidió no entregar las "cestas de bienvenida" después de que la IRS, la agencia tributaria estadounidense, anunciara su decisión de cobrar impuestos a las estrellas del celuloide por las cestas de bienvenida con las que la organización de los Globos de Oro obsequió a los asistentes en 2006.
En estas cestas se incluían todo tipo de presentes de alta gama -desde una Blackberry a estancias de una semana en hoteles de lujo en Hawai- que podían llegar a alcanzar un valor de 100.000 dólares.
Lujo y glamour
La alfombra roja y una actriz famosa son mejor escaparate que una modelo famélica sobre una pasarela. Esto lo saben bien las casas de moda y cada año prestan sus mejores trajes y joyas a las nominadas, que lucen prendas que suelen rondar los seis dígitos.
Este año se han visto vestidos de Chanel, Valentino, Gucci, Prada, Dior, Versacce, Calvin Klein o Dolce Gabanna entre otros, y complementos de Cartier o Bulgari.