Economía

El IEE advierte de que la inversión privada sigue siendo "la gran debilidad" de la economía española

  • La formación bruta de capital fijo todavía no ha recuperado los niveles previos a la pandemia
  • El servicio de estudios ligado a CEOE estima que el PIB se moderará hasta el 2,1% el próximo año
  • La inflación pone la nota positiva: volverá a las tasas del 2% que persigue el BCE en 2025
El presidente del IEE, Íñigo Fernández de Mesa, y el director general, Gregorio Izquierdo. EE
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La economía española encara un nuevo ejercicio en el que tendrá que hacer frente a varios retos: la moderación del PIB, la debilidad de la inversión o la ralentización del empleo. El presidente del Instituto de Estudios Económicos (IEE), Íñigo Fernández de Mesa, asegura que la inversión sigue siendo "la gran debilidad" de la economía española y así lo destaca el informe de coyuntura del servicio de estudios. El escaso avance, especialmente en el sector privado, explica que los diferentes componentes de la formación bruta de capital fijo (FBCF) todavía no hayan recuperado los niveles previos a la pandemia, especialmente la inversión en maquinaria y bienes de equipo.

La economía española crecerá este año un 3% pese al impacto de la DANA, que restará unas décimas al avance trimestral del último trimestre. De cara al próximo curos, el PIB se moderará hasta el 2,1% por "la pérdida de intensidad de los factores tractores de la actividad (exportaciones de servicios y consumo público)", explica el estudio, presentado por Fernández de Mesa y Gregorio Izquierdo, director general.

Será la menor tasa de crecimiento tras la recuperación de la pandemia, lo que el IEE considera el final del ciclo económico. Esto motiva la importancia que los economistas otorgan a la inversión. "Aunque la inversión pública, gracias a la implementación de los fondos NGEU, está siendo algo más dinámica, no puede compensar la caída de la inversión privada", afirman.

La incertidumbre, la rentabilidad de las inversiones o la inseguridad regulatoria frenan la actividad inversora. Todo ello podría redundar en un frenazo tras el periodo expansivo que ha vivido la economía española tras la recuperación, creciendo por encima de su entorno. "De continuar esta tendencia podría suponer una pérdida de competitividad y de potencial de crecimiento para la economía española".

Prácticamente la mitad del crecimiento del PIB nacional entre 2019 y 2024 se debe a la expansión del gasto público. "A medio y largo plazo no es sostenible", explica el presidente del IEE, que receta a España una composición del PIB con mayor peso del consumo privado, menor presión fiscal y unas cuentas públicas más sanas.

Freno del empleo, pero menos inflación

El mercado laboral se ralentizará hasta crecer un 1,7%, desde el 2,2% de 2024, y firmará el crecimiento del empleo más moderado de los últimos cinco años, como consecuencia de la elevación de los costes laborales en un contexto de estancamiento de la productividad y de debilidad de la inversión empresarial. Para el próximo curso, los costes laborales subirán otro 2,5%. La tasa de paro descenderá por debajo del 11% y todavía quedará lejos de la tasa de 'pleno empleo' que persigue el Gobierno durante la presente legislatura y que rondaría un hipotético 8%.

La inflación se moderará en el 2025 hasta situarse en promedio en torno al 2%, dejando atrás el episodio inflacionario que comenzó en 2021 y consiguiendo alinearse con las tasas que persigue el Banco Central Europeo (BCE) en su búsqueda de la estabilidad de precios. La tasa subyacente también se moderará al 2,4% de media en 2025, frente al 3% de 2024. "Es necesario evitar en este contexto indeseables efectos de segunda ronda, que se acaban convirtiendo en un problema en sí mismo", advierte igualmente el IEE.

Las mayores amenazas en la economía española provienen ahora de los riesgos geopolíticos, la incertidumbre política y los cambios regulatorios sobrevenidos. "El ciclo positivo de actividad y empleo de los últimos años no se va a poder prolongar en el tiempo si se siguen subiendo los impuestos empresariales o se incorporan nuevas cargas sobre las empresas que aumenten sus costes y/o deterioren su productividad", explica el documento.

El sector exterior sigue tirando

El saldo por cuenta corriente del sector exterior españoles es una de las grandes (y positivas) sorpresas de economía española durante la última década. En los últimos años ha ayudado a conseguir que España tenga una balanza exterior positiva, con ventas al exterior por mayor valor de lo que importamos a nuestras fronteras, también de una mayor calidad.

Las exportaciones de bienes y servicios no turísticos, asociadas a los servicios empresariales de mayor valor añadido, "es un factor positivo que refleja que España no es solo un país exportador de Turismo, sino que probablemente sea uno de los países con mayor diversidad exportadora, tanto en los bienes y servicios como en los destinos", explica el IEE. "Es importante no romper esta dinámica con una imposición excesiva o con una regulación que impida que España siga siendo competitiva", sentencian.

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