Economía

El grueso de países de la UE respalda eximir de la fiscalidad energética al transporte aéreo y marítimo

  • Malta y Grecia, por contra, rechazan el periodo transitorio de 10 años y piden que la excepción sea permanente
El nuevo comisario de Economía y Productividad, Valdis Dombrovskis
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El grueso de los países de la UE acepta relajar la ambición de la directiva de fiscalidad energética y eximir a los sectores del transporte marítimo y aéreo de la tributación que se aplicará a los combustibles fósiles. La mayor parte de los ministros de Economía y Finanzas de la UE se han mostrado este martes a favor de conceder una excepción a la bonificación del combustible profesional para transporte marítimo y aéreo con un periodo transitorio de diez años.

La presidencia húngara del Consejo de la UE ha puesto sobre la mesa un texto de compromiso. Sin embargo, no ha habido acuerdo entre los Estados miembro. Su postura varía en función de si excluir al transporte marítimo y aéreo de la tributación que exige esta directiva o si incrementar el periodo de adaptación de la industria a 10 años.

En concreto, el texto de compromiso de la presidencia húngara mantiene la exención al queroseno de la tributación fiscal, para la pata del transporte aéreo, y del fueloil pesado, para la parte del transporte marítimo. Una exención que se extendería diez años, hasta 2035, y por la que se ha mostrado a favor España.

Bélgica, Francia y Países Bajos rechazan rebajar la ambición que planteaba la propuesta de Bruselas. Consideran que se limita la intención última de reducir las emisiones en el bloque comunitario. De hecho, el comisario de Fiscalidad, Wopke Hoekstra, avisaba que las emisiones que no recorte un sector repercutirá reducciones en en otro sector económico.

En línea con la idea de descarbonizar la economía del bloque para 2050, y reducir un 55% las emisiones hasta 2030, la Comisión Europea planteaba una directiva que pretendía eliminar las bonificaciones que considera obsoletas al combustible profesional. Una cuestión que ha tenido en pie de guerra al sector pesquero y que la presidencia húngara incluye en su intento de compromiso.

La propuesta sobre la mesa no solo obtuvo el rechazo de los países más ambiciosos en términos medioambientales sino también del lado opuesto. Otros como Malta y Grecia han abogado por eliminar ese periodo de transición de diez años y dejar tal exención como permanente, en el caso de Malta argumentando su condición de isla y la dependencia del transporte marítimo.

Las negociaciones, que aún están teniendo lugar a nivel de Estados miembro, continuarán durante el próximo semestre durante la presidencia polaca del Consejo de la UE, sobre una directiva que en un primer momento procuraba eliminar las bonificaciones obsoletas a combustibles fósiles en favor de la implementación de tecnologías limpias.

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