Queda menos de un año para las elecciones en Canadá, y el primer ministro, el liberal Justin Trudeau, está hundido en las encuestas, 20 puntos por detrás del Partido Conservador. Y su respuesta a la grave crisis de popularidad que enfrenta ha sido abrazarse al populismo fiscal: estas Navidades, el Gobierno retirará el IVA de juguetes, videojuegos, comidas preparadas, vino, cerveza, bombones y caramelos, con la esperanza de que Papá Noel se acuerde al ir a las urnas.
El anuncio llega de la mano del Nuevo Partido Democrático, el partido de centro-izquierda en el que los Liberales se han visto obligados a apoyarse desde que Trudeau perdió la mayoría absoluta en 2019. Estas ayudas formaban parte de sus exigencias para apoyar los últimos presupuestos antes de los comicios, en un intento de "compensar" a los ciudadanos canadienses por el alza inflacionaria de los últimos años.
En concreto, el programa tiene dos patas. Por un lado, el Gobierno anulará el IVA de juguetes, ropa infantil, videojuegos, comidas y bebidas 'navideñas', árboles de Navidad, libros, pasteles, comida preparada y restaurantes. El IVA es del 13% en Ontario (donde está Toronto), del 15% en las pequeñas provincias del extremo este del país, y de apenas el 5% en el resto del enorme territorio canadiense.
A eso se suma que todas las personas que hayan declarado menos de 150.000 dólares de ingresos en su última declaración de la renta, unos 19 millones, recibirán un cheque por valor de 250 dólares canadienses (171 euros) el próximo mes de abril. En total, el Gobierno ha calculado un coste de 1.600 millones de dólares (1.100 millones de euros).
Trudeau ha decidido que ese gasto merece la pena porque su déficit es relativamente pequeño según los estándares internacionales: apenas un 1,4% de su PIB. Pero el país acumula una deuda del 107% de su PIB, y la oposición ya ha decidido atacarle por gastar el dinero en "sobornar" a los ciudadanos en vez de rebajar el precio de la vivienda, uno de los principales problemas del país. Canadá sufre las mismas crisis que el resto del mundo: la pregunta es si dar vino y videojuegos más baratos a los ciudadanos durante unos meses ayudará a detener la ola antigobiernos que ha marcado todas las elecciones celebradas este año.