
El consumo de los hogares tomará el relevo del gasto público como principal motor del crecimiento de la economía española en 2025. CaixaBank Research revisa al alza el PIB del próximo año hasta el 2,3%, impulsada por una leve aceleración del gasto privado -que aportará entorno 1,4 puntos a la actividad total- mientras la inversión pública deshará posiciones fruto de las mayores restricciones en la regla de gasto que implica el cumplimiento de las reglas europeas.
En concreto, la entidad espera que las familias continúen recuperando poder adquisitivo durante los próximos meses, gracias al final del periodo de presión inflacionista. A ello, se suma el sostén permanente de la creación de empleo. "El mercado laboral continuará siendo un impulsor del crecimiento: prevemos la creación neta promedio de algo más de 400.000 puestos de trabajo en 2025 y una pequeña caída de la tasa de paro, elementos que permitirán crear más riqueza y afianzar el consumo de los hogares", destaca el informe de previsiones difundido este lunes.
Detrás de la fortaleza de la economía se encontrará también el turismo, que seguirá tirando del PIB entre 0,4 y 0,5 puntos, una cifra que -no obstante- se situará por debajo de la alcanzada en este 2024, tres décimas menos, lo que indica una cierta normalización de este sector, tras la fuerte recuperación iniciada tras la pandemia. Por último, la demografía continuará soplando a favor del PIB. En los últimos dos años, la población ha crecido aproximadamente un 1% interanual, debido en gran medida a la llegada de un millón de inmigrantes. Este flujo ha incrementado y rejuvenecido la fuerza laboral. Las proyecciones indican que la población seguirá aumentando en los próximos años a un ritmo del 1%.

Aun así, las previsiones de CaixaBank contemplan varios riesgos en el corto plazo. Uno de ellos apunta al mercado de la vivienda, al que señalan como "un cuello de botella" capaz de frenar los flujos de inmigración. No obstante, si las políticas inmobiliarias se consolidan, y España inicia una etapa de construcción de obra nueva, esto podría incrementar la llegada de inmigrantes dedicados a la mano de obra que será necesaria para incrementar el parque público de vivienda prometido desde la administración central y las diferentes CCAA.
Por su parte, la retirada de los descuentos fiscales sobre energía y alimentos y de las rebajas al transporte tendrán un pequeño impacto a la baja también sobre el crecimiento, vía su efecto alcista sobre la inflación de estas partidas. No obstante, las dinámicas de la inflación en agregado serán positivas. El departamento de análisis prevé que la inflación núcleo (aquella que excluye la energía y los alimentos) pase de crecer un 2,7% en 2024 a cerca del 2% en 2025.
De hecho, España contará además con otros dos aliados para afianzar sus cifras de crecimiento. La rebaja de los tipos y la aportación de los fondos europeos, darán mayor margen de avance a la inversión, especialmente aquella dedicada a vivienda y equipos. De hecho, el documento espera que el BCE siga normalizando la política monetaria a lo largo de 2025, con cuatro rebajas consecutivas que llevarán a los tipos de interés hasta el 2,5%. Esto ayudará a movilizar el ahorro retenido por los hogares, que comenzará a ir a parar al consumo. "Hay que recordar que el impacto de una bajada de tipos presenta cierto retraso en transmitirse a la economía", reconoce la entidad. Estas demoras explican que el impacto positivo de los descensos en los tipos de interés sobre el crecimiento del PIB se proyecte de forma relativamente modesta en 2025 y similar en magnitud al de la tasa de ahorro.
Es aquí, donde CaixaBank apunta uno de los riesgos que contempla. El documento afirma que, si la tasa de ahorro disminuye más rápido o a niveles más bajos a los estimados, esto tendría un impacto negativo sobre el crecimiento del PIB. A ello, se suman los riesgos adicionales relacionados con los conflictos geopolíticos que se mantienen abiertos, la intensificación de la crisis en Oriente Próximo y, sobre todo, la aceleración de la espiral arancelaria que podría agudizarse tras la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de EEUU. Todo ello, podría elevar el precio de la energía y reducir las exportaciones, arañando décimas al avance pronosticado sobre la economía española, pero sobre todo la europea. De hecho, las proyecciones ya descuentan que la contribución del sector exterior será más modesta que en 2024, en parte por un repunte de las importaciones al calor del mayor vigor de la demanda interna.