Economía

El Eurogrupo pide coordinar la política industrial y movilizar capital privado para impulsar la competitividad

  • Insta a utilizar la financiación pública para catalizar la privada en ciertos sectores
El presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe y el comisario de Economía, Paolo Gentiloni.
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La competitividad de la UE, en un contexto geopolítico altamente incierto y de pujante rivalidad entre las principales potencias mundiales, vertebra las conversaciones comunitarias de esta semana. Ha arrancado con la declaración del Eurogrupo, que este lunes, que llama a una movilización de capital privado para aupar la competitividad del bloque, utilizar los fondos públicos como catalizadores de inversión en determinados sectores y a una coordinación de las políticas industriales para evitar mayor fragmentación del mercado único.

"Deben explorarse formas eficaces de catalizar y movilizar el capital privado a escala nacional y europea, incluso mediante la participación del Banco Europeo de Inversiones", apuntan los Veinte en su declaración conjunta de este lunes. Aunque la inversión privada es vital, la financiación pública también desempeña un papel importante. "Los fondos públicos son escasos y se utilizarán mejor como catalizadores para movilizar capital privado en áreas con beneficios positivos".

Los ministros de Economía y Finanzas del euro han instado a movilizar capital privado para impulsar la competitividad del bloque, aunque todo ello, considerando que, en este momento los gobiernos están llamados a la consolidación fiscal. En este sentido, la declaración considera "esencial" y "urgente" avanzar en la unión de mercado de capitales para que se movilice financiación privada en la UE y, por tanto, insta a la Comisión Europea a presentar una propuesta que permita avanzar.

Sin embargo, el Eurogrupo llama a evitar políticas industriales "generalizadas" a nivel nacional para eludir sus repercusiones en una mayor fragmentación del mercado único. En su lugar, aboga por la coordinación a nivel comunitario y apunta que, en casos específicos "la política industrial puede servir para hacer frente a los fallos del mercado y mejorar nuestra capacidad de resistencia y nuestra autonomía estratégica abierta. Sin embargo, debe diseñarse cuidadosamente, combinarse con unas condiciones marco adecuadas para las empresas y aplicarse correctamente para evitar riesgos", como las distorsiones comerciales.

Los ministros apuntan que las políticas industriales nacionales "deben tener un alcance limitado, estar orientadas al futuro, crear un entorno empresarial favorable para impulsar la inversión y centrarse más en las tecnologías y los sectores que en las empresas". Es decir, una serie de condiciones que abogan por una coordinación a nivel europea en lugar de nacional y que alejan que las ayudas que pueden proporcionar determinados Estados miembro con mayor músculo fiscal contribuyan a fragmentar el mercado único.

La declaración del Eurogrupo hace hincapié sobre los desafíos de los países del euro que todavía quedan por abordar: "un bajo crecimiento, el estancamiento de la productividad, unos niveles de innovación insuficientes y el reto demográfico". Por estos motivos, considera "imperativo" y "urgente" afrontar el rendimiento rezagado de la economía "aumentando su productividad" e "impulsando la competitividad" a través de reformas e inversiones.

Los Veinte recogen en su declaración las recomendaciones de los dos exprimeros ministros italianos, Enrico Letta y Mario Draghi en sus respectivos informes para impulsar la competitividad de la UE. Las conversaciones del Eurogrupo, desde octubre de hace un año, han pivotado alrededor de los precios de la energía, la fragmentación comercial, la brecha de productividad, la falta de innovación, el rol de la política industrial o la falta de financiación en la UE para proyectos estratégicos.

Los titulares del Economía del euro han considerado "prioritario abordar el bajo rendimiento de la productividad de Europa mejorando las condiciones para que las empresas inviertan e innoven". Responsabilizan de esa falta de productividad en la UE a la carencia de un ecosistema innovador, lo que ha propiciado que el bloque se quede atrás en sectores de alto valor, como las tecnologías de telecomunicaciones y las industrias digitales.

Además, consideran necesario estimular la inversión en investigación y desarrollo de tal manera que se fomente la participación del sector privado. Para tal empeño, proponen mejorar las condiciones de inversión, realizar reformas estructurales y mejorar la coordinación de la financiación pública también a nivel europeo.

En este sentido, también proponen que se movilice el capital riesgo para financiar startups y scaleups para lo cual se requiere un buen funcionamiento y una mayor integración del mercado de capitales. Todo ello, ayudaría a canalizar ahorros e inversiones tanto de dentro de la UE como de países terceros.

En línea con algunas de las recomendaciones ya realizadas por Letta y Draghi, el Eurogrupo ha considerado esencial impulsar la formación y la recapacitación de profesionales en la UE para evitar la falta de mano de obra. Se complementaría, a su vez, con un mercado laboral más flexible, una mayor movilidad laboral en la UE y políticas que permitan atraer y retener talento. "Atraer talento extranjero también es crucial para mitigar las consecuencias del envejecimiento de la población", apunta la declaración.

Los efectos de los altos precios de la energía en la competitividad del bloque es otro de los puntos a los que se refiere el Eurogrupo. "Una buena planificación de la transición verde y de la seguridad energética no solo son imperativos complementarios, sino que puede presentar oportunidades para que las economías aumenten su productividad", aseguran.

Más allá de la implementación de más capacidad renovable, se refiere a inversiones para atender a una mayor flexibilidad en la demanda, infraestructura de almacenamiento o más interconexiones. Es por ello que defienden disponer una estrategia a nivel comunitario, complementaria con la estrategia nacional, para impulsar la electrificación y las interconexiones, especialmente entre países, lo que propiciaría una bajada de precios. "Bajaría la presión fiscal al reducir la necesidad de ayudas energéticas y apoyaría el crecimiento económico al tiempo que reduciría los costes para las empresas y los hogares.

"La brecha de productividad se ha ampliado entre la UE y sus socios comerciales, como Estados Unidos, mientras las economías emergentes, como China continúan impulsando la presión competitiva ", argumentan los ministros de Economía del euro.

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