
Bruselas oficializa los aranceles a los vehículos eléctricos importados de China. La Comisión Europea ha anunciado que empezará a aplicar mañana tasas adicionales de hasta el 35,3% a las importaciones de coches eléctricos de Pekín durante los próximos cinco años. Una medida con la que pretende contrarrestar las ayudas que el Ejecutivo de Xi Jinping concede a las empresas del gigante asiático, que suponen una violación de las reglas de competencia y proporcionan a firmas chinas la capacidad de vender sus productos a precios más bajos, incurriendo en prácticas de dumping.
A la tasa del 10% que la UE ya aplicaba a los vehículos eléctricos procedentes de Pekín, habrá que sumar, finalmente un arancel máximo del 35,3% que el bloque comunitario aplicará a aquellas compañías que no hayan colaborado con la investigación. El arancel mínimo se reduce también, hasta el 17%. Estas tarifas empezarán a aplicarse el día siguiente de su publicación en el diario oficial de la UE, es decir, a partir de mañana.
Bruselas adopta estos aranceles después de llevar a cabo una investigación "rigurosa", ha defendido el vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis. "Estamos defendiendo un mercado justo y la base industrial europea. Paralelamente, seguimos abiertos a una posible solución alternativa que sea eficaz para resolver los problemas detectados y compatible con la Organización Mundial del Comercio (OMC)".
A efectos prácticos, las conversaciones entre el Ejecutivo comunitario y el Ejecutivo chino continúan en aras de dar con una solución al descuerdo, que pasa por un compromiso por parte de los exportadores de no comercializar en la UE por debajo de determinados niveles de precios. Una solución que sustituiría a los propios aranceles y que encajaría con la normativa de la Organización Mundial del Comercio. El último encuentro, a nivel político, tuvo lugar el pasado viernes y se zanjó en la línea de los últimos meses: sin una postura común.
La última advertencia de China llegó esta misma semana. Reprendía a la UE que llevara a cabo negociaciones individuales con los fabricantes de vehículos eléctricos sobre los precios a los que podrían comercializar. Pekín avisaba que tales prácticas podrían repercutir negativamente en la confianza entre ambas partes y perturbar el proceso de negociación entre ambos Ejecutivos.
El portavoz comunitario, Olof Gill ha puntualizado que Bruselas ha seguido los pasos de negociación según las normas de la OMC y ha formulado la respuesta al mensaje de China: "la negociación de la Comisión con la Cámara de Comercio china no excluye las conversaciones con exportadores individuales. Dado que estos exportadores individuales presentaron diferentes ofertas de compromiso, la Comisión tiene de hecho el deber de analizarlas por sus propios méritos, lo que significa que no podemos discriminar entre las ofertas de compromiso presentadas por diferentes partes".
Por lo pronto, Bruselas concede cierto margen de maniobra, los importadores pueden solicitar una devolución si consideran que su productor no ha recibido estas subvenciones o si la ayuda percibida resulta ser inferior a las tasas pagadas por los importadores. Dicha solicitud debe estar debidamente justificada y respaldada por las pruebas respectivas y será sometida a una investigación por parte del Ejecutivo comunitario.
La última revisión de Bruselas rebaja al 35,3% el tipo máximo que se aplicaría a las empresas chinas que no han colaborado con la investigación, desde el 37,6% que fijaba en julio y que, a su vez, suponía una rebaja desde el 38,1% que planteaba inicialmente. En cuanto a las empresas que han colaborado en el proceso, la Comisión Europea rebajó la tasa al 20,7% para estas empresas, desde el 20,8% de julio y el 21% del inicio. Tales cifras se sumarían al arancel del 10% que ya se aplica a las importaciones de vehículos eléctricos de China. Aunque esta tasa adicional quedaría reducida al 7,8% en el caso de Tesla, una cifra que responde a la cantidad de subsidios que la firma de Elon Musk percibe del Gobierno china y que, al fin y al cabo, se traduce en una cuantía sustancialmente inferior frente a las empresas del gigante asiático.
Para las tres firmas principales de baterías de vehículos eléctricos investigadas, la Comisión Europea plantea tarifas del 35,3% para SAIC, 18,8% para Geely y 17% para BYD, frente a al 37,6%, 19,9% y 17,4%, respectivamente que planteaba en julio. Las tarifas no tendrían efecto retroactivo y se aplicarán también a las joint ventures entre empresas europeas y chinas.
Fuentes comunitarias aseguran que, aunque la medida entre en vigor en los próximos días, no debería hacerse notar para los consumidores de forma inmediata. Según ha argumentado un portavoz comunitario, en los últimos meses se han incrementado las importaciones de vehículos eléctricos de China, por lo que el stock actual permite a los vendedores comercializar estos coches sin verse sometidos a los aranceles que se aplicarán en los próximos cinco años.
El gigante asiático ya ha tildado los aranceles europeos de "proteccionistas" y ya ha llevado la medida de la UE ante la OMC. Como respuesta, ha abierto investigaciones antidumping contra las importaciones de carne de cerdo, de lácteos y de brandy de la UE. Esta última finalmente se zanjó con aranceles por parte de Pekín. Por su parte la UE ha abierto investigaciones por competencia desleal a las importaciones de China de paneles solares, aerogeneradores eólicos y productos sanitarios.