
Esteban Alcalde preside desde hace 12 años la Fundación para la Aplicación de Nuevas Tecnologías en la Agricultura, el Medio Ambiente y la Alimentación (Antama) una organización que este año cumple 25 años en España apoyando la investigación y el desarrollo biotecnológico para la mejora genética en la agricultura.
Ingeniero agrónomo y doctor en Farmacia, Esteban Alcalde fue uno de los científicos que desarrolló el primer cultivo de maíz transgénico en España. Es también director de Asuntos Regulatorios en Europa, África y Oriente Medio de Syngenta.
La Fundación Antama cumple 25 años en España ¿Por qué surgió y qué balance podemos hacer?
La idea de Antama surgió en una conversación entre Delfín Biosca (entonces director de Novartis Seeds) y Jaime Costa (director técnico de Monsanto), de la que fui testigo, sobre la inesperada dificultad de explicar los beneficios que la biotecnología aplicada a las plantas podía traer a la sociedad. Nos dimos cuenta de que conceptos muy sencillos, como que los alimentos contienen genes de forma natural, resultaban extraños incluso a personas con una educación universitaria. Era necesario realizar un trabajo de educación para una sociedad muy lejana de la agricultura y con un desconocimiento total de la biotecnología. La idea de crear una fundación que diera respuesta a esta necesidad fue rápidamente acogida por otras personas e instituciones. En especial quiero recordar al fallecido investigador Armando Albert, presidente de la SEBIOT (Sociedad Española de Biotecnología) que fue un colaborador esencial para asegurar el rigor científico en la comunicación. El balance de la fundación, teniendo en cuenta los medios de los que disponemos y el reto al que nos enfrentamos, es muy positivo, pero siendo conscientes de que queda por hacer un trabajo inmenso y aparecen nuevos retos, como la edición genética, que hay que abordar.
"Las estimaciones son que los agricultores podrán realizar la primera siembra comercial con edición genética en 2028"
¿Qué han aportado los cultivos biotecnológicos en estos últimos 25 años en España en términos de productividad?
Desde que se iniciara el cultivo en nuestro país del maíz Bt, única semilla MG autorizada para siembra en la UE, en 1998, son muchos los beneficios ambientales, económicos y sociales que ha aportado a nuestra agricultura y a nuestro medio rural. Cuando se cumplían en España 20 años de cultivo continuado de maíz Bt, los economistas Francisco J. Areal de la Universidad de Newcastle (Reino Unido) y Laura Riesgo de la Universidad Pablo Olavide realizaron un informe para analizar la sostenibilidad del maíz Bt en España de 1998 a 2021. De este análisis se concluye que la productividad para nuestros agricultores se ha visto claramente incrementada. Este cultivo ha permitido a nuestros agricultores obtener una producción adicional de 1,76 millones de toneladas y para alcanzar esos niveles de producción con maíz convencional habría sido necesario cultivar una superficie agrícola adicional de 166.934 hectáreas en el mencionado periodo. Y con ello también su competitividad o aspectos tan relevantes como un importante descenso en nuestras necesidades de importación de maíz. Descárguese aquí gratis elEconomista Agro
¿Y en términos de sostenibilidad medioambiental?
Son muchos los beneficios ambientales del cultivo de maíz Bt a lo largo de estos años en aspectos tan importantes para la sostenibilidad de nuestro medio natural como son la fijación de carbono, la reducción de la huella hídrica o de un recurso tan importante como es la tierra. Solo durante el periodo 1998-2021, el cultivo de maíz Bt en España permitió una fijación de carbono adicional equivalente a 1,37 millones de toneladas de CO2, lo que supone compensar las emisiones de más de 9.103 millones de km recorridos por vehículos. Si miramos la huella hídrica, España ahorró 93 millones de metros cúbicos de agua en este periodo. Y de estos 93 millones, 65 millones corresponderían a agua de riego y 28 millones al agua utilizada para diluir los fertilizantes nitrogenados. Son cantidades que habrían tenido que ser utilizadas para alcanzar la misma producción con el maíz convencional. Solo el agua de riego ahorrada equivale a abastecer de agua durante un año a toda la ciudad de Zaragoza.
Fue uno de los científicos precursores en el desarrollo de los OGM ¿Por qué cree tienen tan mala prensa?
Porque luchar contra la desinformación y las falsas noticias es muy difícil y por otro lado las empresas y científicos trabajando en biotecnología no están preparados para comunicar su innovación en una sociedad tan compleja como la actual.
Perdida la guerra de los OGM en la UE, el sector mira ahora a la edición genética. ¿Qué diferencias hay entre ellas y qué pueden aportar la tecnología CRISPR al sector agrícola?
La edición genética da una esperanza a que los agricultores europeos se beneficien de las ventajas de la innovación en mejora de plantas. La principal diferencia con los OMGs (las plantas "transgénicas") es que estas plantas no contienen ningún gen procedente de otro organismo. La tecnología CRISPR permite editar de forma muy precisa genes para que la planta se adapte mejor a las condiciones medioambientales, se defienda de una enfermedad o no produzca compuestos que puedan ser perjudiciales. Por ejemplo, el equipo del Dr. Fernando Barro del Instituto de Agricultura Sostenible en Córdoba ha desarrollado un trigo bajo en gluten que puede ser muy interesante para personas afectadas por la enfermedad celíaca.
La UE sí ha abierto la puerta a la edición genética. Tal y como se ha diseñado su regulación ¿responde a las expectativas del sector o se queda corta?
Los criterios en los que se basa la regulación propuesta por la Comisión son muy "conservadores", sin embargo, creemos que en este momento, aun siendo en nuestra opinión muy restrictivos, darían un gran impulso a la innovación en Europa. Desde ese punto de vista el sector los considera positivos.
Otro problema es el retraso en su tramitación ¿La Presidencia española fue una oportunidad perdida?
El trabajo del equipo del Ministerio de Agricultura en este tema durante la Presidencia española fue magnífico. Esto ha sido reconocido por las representaciones de muchos países y por las asociaciones europeas relacionadas con el tema. Ha sido tan bueno que dio esperanzas de que hubiera podido alcanzarse una posición en el Consejo antes de cualquier fecha pronosticada. Desafortunadamente la delegación polaca ha estado obstruyendo la posibilidad de acuerdo, también durante la presidencia belga, y nos tememos que el retraso continuará durante los próximos meses.
¿Cuándo podríamos ver los resultados de la edición genética en Europa?
El desarrollo de una nueva regulación en la UE es exasperadamente largo, además después de conseguir el visto bueno de una edición genética, cualquier variedad de cultivo debe seguir un periodo de ensayo por las autoridades para comprobar su valor agronómico. Las estimaciones actuales son que los agricultores podrán realizar la primera siembra comercial en 2028.
El sector agrario europeo se ha movilizado, entre otras razones, por la paradoja de imponerles exigencias que no se piden para los países importados. ¿Ocurre lo mismo con los OGM, que algunos no están permitidos cultivarlos pero sí importarlos?
Desafortunadamente es así. En Europa no se pueden cultivar los OGM que estamos importando a gran escala. Por ejemplo, más del 90 por ciento de la soja que se consume en Europa es modificada genéticamente, sin embargo, su cultivo no está autorizado para los agricultores europeos, que se encuentran injustificadamente en una fuerte desventaja frente a los productores externos, lo que agrava la crisis en el campo Esto no tiene ningún sentido. El esperado Informe Draghi, presentado el 9 de septiembre y que podría servir como una hoja de ruta para la nueva Comisión Europea, denuncia que el exceso de regulaciones está ahogando la competitividad europea. Aunque no lo menciona directamente, este es un caso claro de cómo la normativa europea puede reducir la competitividad de nuestros agricultores.