Madrid
La gestión de activos en España presenta un panorama positivo, respaldado por una regulación sólida y un sistema de supervisión constante que asegura la integridad de los fondos de inversión tanto a nivel nacional como en Europa. Sin embargo, a pesar de esta fortaleza en el sector, persiste una preocupante brecha en la educación financiera de la población.
El objetivo es claro: aumentar la cultura financiera entre los ciudadanos para que puedan tomar decisiones de inversión más informadas y alineadas con sus necesidades. En este contexto, España se encuentra rezagada en la formación sobre inversiones a largo plazo y ha lanzado un ambicioso plan de estímulo destinado a fomentar que tanto españoles como europeos dirijan una mayor proporción de sus ahorros hacia instrumentos financieros sostenibles, en lugar de optar por alternativas menos beneficiosas para su salud financiera. Este proceso, que avanza lentamente, requiere una inversión en educación que abarque tanto a jóvenes como a adultos.
Según el Estudio Actualidad: Educación Financiera del Observatorio Cetelem, el 59% de los españoles reconoce tener conocimientos financieros básicos, pero más de un tercio de los encuestados entre 18 y 64 años admite no poseer la información necesaria para tomar decisiones financieras adecuadas, según la Encuesta Funcas 2023. Asimismo, el informe del bróker XTB revela que un 40% de la población carece de capacidad de ahorro.
Además, la falta de educación financiera impacta de manera significativa en las mujeres jóvenes; casi la mitad de las mujeres menores de 40 años (49 %) se sienten poco preparadas en este ámbito, un porcentaje superior al de los hombres de la misma franja etaria (36 %). Esta deficiencia también afecta a las nuevas generaciones, ya que ocho de cada diez españoles consideran que la educación financiera que reciben sus hijos es insuficiente, deseando que se ofrezcan actividades extraescolares relacionadas. Casi el 50% de los jóvenes finalizan la educación secundaria sin haber cursado esta asignatura.
Para que la educación financiera deje de ser un desafío en España, es crucial dedicar tiempo y recursos a la formación, apoyándose en profesionales que empleen metodologías efectivas y probadas.
En el marco del Día de la Educación Financiera (7 de octubre), hablamos con Enrique Castellanos, director del Instituto BME, que enfatiza que los conocimientos esenciales son vitales para la vida diaria y para tomar decisiones informadas en ahorro e inversión.
¿Cómo definiría usted la educación financiera en el contexto actual?
La educación financiera es fundamental para el conjunto de la sociedad. A menudo se ve como algo complejo y alejado de los ciudadanos, pero lo cierto es que todos la necesitamos en nuestro día a día. En BME entendemos la educación financiera desde una visión amplia: los conocimientos básicos que debemos tener desde la infancia, la formación de cualquier persona en su día a día, la posibilidad de ofrecer iniciativas que lleguen a la población general y la formación continua de los profesionales del sector financiero. Esta preocupación está alineada con el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 4 de la Agenda 2030 de Naciones Unidas y es un aspecto material en nuestra estrategia de sostenibilidad en BME y en el grupo SIX al que pertenecemos.
En cuanto al estado de la educación financiera hoy en día, pensamos que ha habido avances, pero sin duda queda mucho camino por recorrer. El Informe Pisa de la OCDE dedica un apartado específico a la educación financiera, y en él se indica que es importante mejorar los conocimientos de nuestros jóvenes en España y que hay desigualdades en la oferta de educación financiera en función de las comunidades autónomas, lo que agrava las brechas en el conocimiento financiero entre estudiantes. Es importante entender que una sociedad con altos niveles de educación financiera es una sociedad mejor preparada para tomar mejores decisiones de ahorro e inversión, lo que repercute favorablemente en la economía y en el bienestar de la población.
La encuesta de Salud Financiera del Banco de España señala datos preocupantes: un 37% de los hogares tiene algún tipo de deuda financiera y cerca del 30% de las personas reconoce tener dificultades para llegar a fin de mes, y el ahorro para emergencias es limitado en una parte significativa de la población.
Por eso en BME participamos en distintas iniciativas con colegios y universidades, y somos miembros de "Finanzas para Todos", que promueven la CNMV, el Banco de España y el Ministerio de Economía, Comercio y Empresa como parte del Plan de Educación Financiera. Con este enfoque celebramos el 7 de octubre un Toque de Campana por la Educación Financiera, junto con un nutrido número de Bolsas de todo el mundo. Este toque está promovido por la Federación Mundial de Bolsas e IOSCO en el marco de la campaña internacional World Investor Week.
¿Por qué considera que la educación financiera es tan importante en la vida cotidiana de las personas?
Porque está en nuestro día a día. Todos hacemos la compra, pagamos el alquiler, nos hipotecamos para la compra de una vivienda o tomamos decisiones de inversión, por pequeñas que sean. No se pueden ver las finanzas como algo propio sólo de expertos, hay que tener un mínimo de conocimientos ya que la educación financiera es necesaria en cualquier ámbito de la vida, y disponer de esta formación es la única manera de ser económicamente independientes, algo especialmente relevante en el caso de las mujeres, que siguen mostrando un gap de género en las encuestas de competencias financieras.
¿Cuál es su evaluación sobre el nivel de educación financiera en España actualmente?
Debemos mejorar, sin duda. Por ejemplo, el último informe PISA, publicado hace unos meses, concluía que los estudiantes españoles están doce puntos por debajo de la media de la OCDE en conocimientos financieros. Esto se traduce en que cuatro de cada diez no saben interpretar una factura. No hay que ser derrotistas y hay muchas iniciativas en las que colaboramos, tanto desde las instituciones públicas como desde empresas del sector, que buscan impulsar la educación financiera en todas las edades. Ha habido pasos adelante estos últimos años, pero la educación financiera debe ser una prioridad en nuestro país.
¿Cree que la población en general tiene los conocimientos necesarios para tomar decisiones financieras acertadas?
Según la última Encuesta de Competencias Financieras del Banco de España, realizada a finales de 2021, el 52,8% de los españoles es capaz de responder correctamente a tres preguntas básicas sobre inflación, el interés compuesto y la diversificación del riesgo. Es un porcentaje bajo, pero está dos puntos por encima del dato de la encuesta anterior, realizada en 2016. Es decir, se perciben mejorías, pero aún hay recorrido por delante. Por eso es tan importante comenzar a promover acciones de mejora desde las edades más tempranas, especialmente en las necesidades de ahorro.
¿Cuáles son las principales carencias que observa en la población española en cuanto a conocimientos financieros?
La citada encuesta mostraba que un 35% de los encuestados no sabía responder a una pregunta sencilla sobre la inflación, algo que no parece un concepto muy técnico ni, desde luego, que no podamos percibir al hacer la compra o salir a comer a un restaurante. Otro ejemplo, el Informe PISA muestra las dificultades de muchos jóvenes para interpretar correctamente una nómina, un documento aparentemente sencillo que recibirán cada mes cuando se incorporen al mercado laboral. Lo esencial son esos conocimientos básicos iniciales que cualquier persona necesita en su día a día. Luego, por supuesto, también es importante tomar decisiones de ahorro e inversión bien informadas, pero para ello existen profesionales que pueden ayudarnos, igual que acudimos a profesionales con cuestiones de salud, por ejemplo.
Desde el Instituto BME, ¿qué iniciativas están llevando a cabo para mejorar la educación financiera en España?
Instituto BME es el centro formativo de BME y desde su creación han pasado por nuestras aulas más de 137.500 estudiantes de todos los niveles. A través de Instituto BME y también a través de Braindex, la plataforma 100% online de educación financiera de BME, ofrecemos cursos y másteres para todos los niveles, desde cursos de conocimientos básicos hasta formaciones especializadas para profesionales del sector. Con nuestra labor buscamos contribuir a un mayor conocimiento de las finanzas.
Además de nuestra labor formativa diaria, participamos en toda clase de iniciativas. Como decíamos, BME es miembro de la iniciativa Finanzas para Todos, con la que participa cada año en el Día de la Educación Financiera. Junto con el mencionado Toque de Campana, el 7 de octubre celebramos webinars sobre cuestiones relacionadas con la educación financiera, desde distintos prismas. Este año el lema es "Finanzas digitales: aprende, innova, avanza".
También colaboramos regularmente con iniciativas destinadas a inversores minoristas como el Concurso de Bolsa, en el que se busca familiarizar a los participantes con el funcionamiento de los mercados financieros, que organiza cada año El Inversor Inquieto, Andbank, MyInvestor y la Fundación María Jesús Soto.
Hace unos meses lanzamos el audiolibro "El Bosque de la economía", dirigido a niños de 6 a 10 años, que está compuesto por un conjunto de cuentos infantiles que enseña conceptos y valores esenciales ligados a la economía. El audiolibro, que está disponible de forma gratuita en la web de Braindex, se elaboró con la ayuda del equipo de la biblioteca de BME y el de Instituto BME, a partir del libro de Esther del Brío.
Esta iniciativa divulgativa completa la apuesta de BME con la educación financiera en las edades más tempranas, y se suma la participación de BME con el Ayuntamiento de Madrid, a través del programa "Madrid, un libro abierto", abierto a alumnos de Bachillerato, Formación profesional Básica y FP de Grado Medio. BME desarrolla el módulo "El Mundo Bursátil", que con el que los jóvenes adquieren los fundamentos de los mercados financieros, enfocándose en el mercado de renta variable. De enero a junio de 2024, se han realizado 22 sesiones para 19 colegios con un total de 379 alumnos.
En resumen, participamos activamente en toda clase de actividades que buscan promover la educación financiera en todos los grupos de población. Creemos en ello y es algo que está en el ADN de BME. Entendemos que como gestora de las infraestructuras de mercado es nuestro deber y también nuestro compromiso, desde la certeza de que impulsar la educación financiera es positivo para toda la sociedad.
El Servicio de Estudios de BME y su servicio de Biblioteca también promueven la educación financiera a través de diferentes acuerdos con Universidades y su participación en las Olimpiadas de la Economía.
¿Cree que las nuevas generaciones están más preparadas financieramente debido a un acceso más fácil a la información, o persisten las mismas lagunas que en generaciones anteriores?
No está tan claro, a pesar de que ahora hay mucha más información disponible para todos en nuestros móviles. Según la última Encuesta de Competencias Financieras del Banco de España, las personas entre 45 a 65 años son las que demuestran tener un mayor grado de conocimientos financieros. Según la encuesta, los peores resultados se dan en los dos extremos de la pirámide poblacional, es decir, en los más jóvenes y los más mayores.
Creo que nuestros abuelos, aunque no tenían conocimientos financieros, eran mucho más prudentes con sus economías familiares, quizá porque a lo largo de su vida pasaron por momentos difíciles y ahorrar no era un lujo sino una necesidad. No había las posibilidades de financiación que hay hoy en día. Si no se tenía el dinero, no se podía comprar. Esto contrasta enormemente con la sociedad actual, consumista, que apenas ahorra y que financia todo con tal de acceder al bien que desea. Se percibe la inmediatez, el deseo de poseer. Muchos jóvenes creen que el ahorro es lo que queda después de gastar todo lo que uno quiera, y que su problema es que no ganan lo suficiente. Y esto en sí en un problema grave, decisiones financieras que condicionan su futuro y que los expone más a riesgos en el caso de que vengan malos tiempos.
En cuanto a las generaciones más jóvenes, es relevante también destacar que a menudo son las que más expuestas se encuentran a posibles fraudes o engaños con supuestas rentabilidades disparadas con productos de riesgo en mercados no regulados. Su mayor acceso a las redes sociales hace también más necesaria una formación para saber detectar las fuentes fiables y ser conscientes de las consecuencias de sus decisiones de inversión.
¿Cómo cree que la tecnología está transformando la educación financiera?
La tecnología es la mejor aliada que podamos imaginar para la educación financiera. La pandemia dejó clara la importancia de contar con la posibilidad de mantener la formación online, algo que en Instituto BME ya hacíamos y que, desde luego, desarrollamos plenamente con Braindex. Nuestra plataforma de educación financiera 100% online cuenta con más de 1.300 alumnos y ofrece 90 cursos orientados a todos los niveles, desde quien quiere adquirir nociones básicas sobre los mercados financieros hasta profesionales del sector.
La tecnología ayudan a eliminar las distancias, lo que, por ejemplo, también permite compartir formación con centros en América Latina. Recientemente, Instituto BME ha firmado sendos acuerdos de colaboración con la Bolsa de Valores de la República Dominicana (BVRD) y con la Universidad Católica Boliviana "San Pablo".
Además de contribuir a facilitar la educación financiera, la tecnología también es en sí misma un campo de creciente interés y que requiere a su vez una formación constante. Uno los de los másteres que más estudiantes atraen en Instituto BME es de Inteligencia Artificial y recientemente nos unimos a la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y a Ironia para crear un Aula de Finanzas Cuantitativas, un campo clave en el desarrollo del talento en la era de la digitalización financiera. En nuestra oferta formativa prestamos cada vez más atención a la tecnología y los avances digitales, porque es una parte relevante de la educación financiera y de las competencias básicas de cualquier ciudadano.
