Economía

El número de estudiantes beneficiados por ayudas públicas aumenta solo un 7% en diez años

  • El gasto por alumno en España fue de 12.426 dólares en 2021, por debajo de la media de la OCDE (14.209 dólares) y la UE25 (13.787 dólares)
  • Comparativamente, EEUU invierte un 42% más que España por estudiante, pero no obtiene mejores resultados en matemáticas; Japón, con menor inversión, supera a EEUU
  • El gasto total en educación en España creció un promedio anual del 2,6%, mientras que el número de estudiantes aumentó un 0,8%
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La inversión en educación en España ha aumentado en la última década. En 2021, el país destinó el 4,9% de su PIB a la educación, un incremento respecto al 3,9% de 2005. Además, el porcentaje de estudiantes que recibe apoyo económico público ha crecido, beneficiando al 40% de los estudiantes en el curso 2022/2023, frente al 33% en 2012/2013.

El gasto por alumno en España es menor que la media tanto de la OCDE como de la UE25. En 2021, España destinó 12.426 dólares por estudiante, mientras que el promedio de la OCDE fue de 14.209 dólares y el de la UE25 alcanzó los 13.787 dólares, según el informe Education at a Glance de la OCDE.

Aunque la inversión por alumno en España es inferior a estas medias, no se trata solo de incrementar el gasto, sino de distribuir los recursos de manera más estratégica para mejorar la calidad educativa. Un ejemplo claro es el caso de Estados Unidos, que invierte más de 150.000 dólares por estudiante entre los 6 y 15 años, un 42% más que España, pero cuyos resultados en matemáticas no son considerablemente superiores. Por otro lado, Japón, que invierte un 30% menos que Estados Unidos, logra un rendimiento académico más alto en esta materia.

Ismael Sanz Labrador, investigador de Funcas, destaca que donde se ve más que España va rezagada es en educación terciaria (incluye Universidad y Formación Profesional Superior). Países como Luxemburgo, Dinamarca o Estados Unidos superan ampliamente los niveles de inversión españoles.

El gasto total en educación ha registrado un aumento promedio anual del 2,6%, mientras que el número de estudiantes ha crecido un 0,8% en el mismo periodo, lo que se traduce en un incremento del 1,8% en el gasto por alumno. A nivel de la OCDE, los números son similares, con un crecimiento promedio del 2,1% en el gasto total y un aumento prácticamente nulo en el número de estudiantes (0,2%).

Este aumento moderado en el número de estudiantes, acompañado por el incremento en el gasto total, ha permitido que España destine más recursos por alumno. Sin embargo, este crecimiento es más discreto en comparación con países de Europa del Este, como Bulgaria, Hungría o Polonia, donde una notable reducción en el número de estudiantes ha permitido una mayor concentración de recursos por alumno, mejorando potencialmente la calidad educativa.

Y es que, por ejemplo, un aumento del 10% en el gasto en educación puede incrementar las puntuaciones de los exámenes en 0,069 desviaciones estándar, siempre y cuando los recursos se gestionen de manera eficiente. En contraste, el informe PISA sugiere que, una vez superado un umbral de inversión por estudiante, aumentos adicionales no garantizan mejoras en el rendimiento académico, destacando la importancia de la eficiencia en la asignación de los recursos.

Las familias asumen mayores gastos

Además, las familias en España soportan casi el doble del gasto en educación primaria en comparación con la media de la OCDE. El informe también señala que la descentralización del sistema educativo español ha generado desigualdades regionales en la distribución de recursos. Más del 80% de la financiación proviene de las comunidades autónomas, mientras que el Gobierno central aporta solo el 11% en educación no universitaria y el 18% en educación superior. Esta distribución ha generado importantes disparidades entre regiones, como la diferencia de inversión por alumno entre Euskadi y la Comunidad de Madrid.

En cuanto a la educación infantil, las familias españolas cubren el 12% de los gastos, una cifra ligeramente inferior a la media de la OCDE pero superior a la de la UE. Este porcentaje es bajo en comparación con países como Portugal, Reino Unido y Estados Unidos, pero significativamente mayor que en Francia y Suecia, donde el gasto familiar es menor al 6%.

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