
El Consejo General de Economistas (CGE) ha revisado al alza su previsión de crecimiento del PIB español para este año, del 2,2% al 2,4%, y ha mejorado las proyecciones para el déficit y la deuda pública. Este ajuste se debe al crecimiento del primer trimestre (0,8%), impulsado por el consumo privado, la inversión y las exportaciones, especialmente el turismo. Sin embargo, advierten de factores que podrían afectar negativamente, como tensiones geopolíticas y problemas internos como el alto endeudamiento, la tasa de paro y la dependencia del turismo.
Este incremento se debe al buen comportamiento del consumo privado, la recuperación de la inversión tras dos trimestres negativos y la mejora en las exportaciones, que aumentaron un 3,3% en el trimestre frente al 2,8% del trimestre anterior. La demanda externa aportó 0,5 décimas al crecimiento trimestral, mientras que la demanda nacional contribuyó con 0,3 décimas.
Con el crecimiento económico mayor de lo esperado y la mejora de las previsiones para el segundo y tercer trimestre, el CGE anticipa un aumento de los ingresos fiscales. De enero a mayo, los ingresos fiscales han ascendido a 109.000 millones de euros, un 8,2% más que en el mismo periodo del año anterior, según la Agencia Tributaria. La recuperación de las reglas fiscales y el compromiso de España de mantener un déficit del 3% hacen que el control del déficit sea crucial. Sin embargo, factores como los compromisos para compensar la inflación, el incremento del coste de la deuda y el déficit de la Seguridad Social podrían dificultar este objetivo, estimando un déficit del 3,2% para fin de año.
A 31 de marzo, la deuda pública representaba el 109% del PIB con 1.614 mil millones de euros. En abril, se redujo a 1.604.000 millones de euros, un incremento interanual del 5,1%. Se espera que con un crecimiento del PIB del 2,4% en 2024, la deuda pública se sitúe en torno al 106% del PIB, seis décimas menos que la previsión anterior.
¿Cómo están los países de la zona euro?
Respecto a los países de nuestro entorno, España ha tenido un crecimiento superior, con 5 décimas más que la zona euro en tasa intertrimestral y 2,1 puntos en tasa interanual. A pesar de que en todos estos países, excepto Alemania, el crecimiento interanual ha sido positivo, lo cual beneficia nuestras exportaciones, especialmente en el sector turístico.
Sin embargo, el Flash de los Índices HCOB PMI® de la zona euro en junio muestra una desaceleración: el Índice Compuesto de la Actividad Total bajó a 50,8 (frente a 52,2 en mayo), el Índice de Actividad Comercial del Sector Servicios a 52,6 (frente a 53,2 en mayo) y el Índice de Producción del Sector Manufacturero a 46,0 (frente a 49,3 en mayo). En contraste, en España, el Índice de Actividad Comercial del Sector Servicios aumentó a 56,9 en mayo (desde 56,2 en abril) y el Índice del Sector Manufacturero subió a 54,0 en mayo (desde 52,2 en abril), señalando una mejora en las condiciones operativas por cuarto mes consecutivo.
Además, de acuerdo con los datos adelantados por el INE, los precios en junio han crecido un 3%, igual que el mes anterior, mientras que en tasa interanual el incremento ha sido del 3,4%, dos décimas inferior al registrado en mayo. La inflación subyacente aumentó una décima hasta el 0,4%, aunque se mantiene en un 3% interanual. Con la prórroga de ciertas medidas adoptada por el gobierno el 26 de junio (Real Decreto-ley 4/2024), se espera mantener o reducir el índice general y la inflación subyacente por debajo de los niveles actuales, manteniendo la previsión de IPC medio en 3,2% para 2024. En cuanto al IPC armonizado en mayo de 2024, el diferencial de España respecto a la media de la zona euro es de 1,2 puntos, lo que podría afectar la competitividad de nuestras exportaciones. Con Italia, cuyo IPC armonizado es del 0,8%, el diferencial es de 3 puntos.
Mejora el empleo
En cuanto al empleo, el CGE prevé una reducción de la tasa de paro al 11,2%, dos décimas menos que la estimación anterior. También se espera un aumento de los ingresos fiscales debido al mayor crecimiento económico y la mejora de previsiones para el resto del año. Aunque se busca mantener un déficit del 3%, factores como el coste de la deuda y el déficit de la Seguridad Social podrían dificultar este objetivo, situando el déficit en torno al 3,2%. Finalmente, se estima que la deuda pública alcanzará el 106% del PIB a final de año, seis décimas menos que la previsión anterior.