
España ha registrado en los últimos ejercicios un importante incremento de los puestos de trabajo sin cubrir. Este desajuste del mercado laboral ha dado lugar a un aumento del número de vacantes hasta 148.000 trabajos sin cubrir, un 44% respecto a 2019. Esta cifra es 2,3 veces superior a los datos registrados en 2013, cuando había unas 63.000 vacantes. Pese al notable problema de los puestos sin cubrir, España registra una de las menores tasas de vacantes del continente europeo.
Una vacante se define como un puesto de trabajo que o bien ha sido creado recientemente, o no está ocupado, o está a punto de quedar libre y para el cual el empleador está tomando medidas activas para encontrar un candidato adecuado fuera de la empresa. El doble efecto de reducción del número de parados e incremento del número de afiliados que ha vivido España en la recuperación económica se está saldando también con un mayor número de vacantes, según los expertos.
"Aunque el problema es menos grave que en la mayoría de países europeos, supone un cambio inesperado para muchas empresas que va a intensificarse en el futuro por la reducción del desempleo, el menor tamaño de las cohortes de jóvenes, la jubilación de la generación del baby boom, la emigración de talento al exterior y los desajustes formativos", explican los expertos del Instituto Valenciano de Investigación Económica (IVIE) y la Fundación BBVA.
Los puestos sin cubrir determinan en una mayor dificultad para que las empresas produzcan, menos salarios e impuestos pagados y, en definitiva, una pérdida de dinamismo para la actividad. Según aproximan en el trabajo dedicado al capital humano, el coste estimado de los empleos que no se pudieron cubrir, en términos de menor PIB para el país, se sitúa en torno a los 8.150 millones de euros. En la actualidad, esto supondría el 0,55% del PIB. La economía podría haber crecido por encima del 3% el año pasado en el escenario ideal de un mercado de empleo sin vacantes.
Esta cifra "podría triplicarse en el futuro si el mercado laboral español sigue convergiendo al patrón europeo". En España, la tasa de vacantes es del 0,9%, una de las más bajas, y en Europa el problema ya escala al 2,9% de los puestos. "Se trata de una situación especialmente preocupante si se considera el intenso proceso de envejecimiento demográfico que afecta a España", advierten desde el IVIE y la Fundación BBVA.
¿Por qué se producen? Los expertos apuntan a la diversidad de causas que dan lugar a puestos sin cubrir. En ocasiones, puede ser síntoma de la buena salud que goza una empresa o un sector que se acerca al pleno empleo, con vacantes de forma residual. Este es el escenario ideal, sin apenas desempleo, pero no siempre se cumple.
En otras ocasiones "responde a problemas de naturaleza más estructural, debido a un deficiente funcionamiento de las instituciones laborales o el sistema formativo". El problema reside en la falta de correspondencia entre el perfil de los parados y las necesidades productivas. "Este segundo tipo de problema se agrava, lógicamente, en la medida que el cambio tecnológico es más intenso, rápido y disruptivo y las políticas activas de empleo y el sistema de formación son menos eficientes y ágiles en responder a los cambios".
Las estadísticas no dejan lugar a dudas, pese a que en la comparativa europea salgamos 'bien parados': a lo largo de 2023 el número medio de vacantes fue de 148.212, multiplicando por 2,3 veces el dato de hace una década y aumentando un 44% respecto a 2019, el año previo a la pandemia, tomando como referencia los datos del INE. En el primer trimestre de 2024 ha vuelto a aumentar hasta rozar las 150.000.
Un problema creciente
"Las señales de alarma por las dificultades para encontrar trabajadores son cada vez más frecuentes y generales. Los últimos resultados de la Encuesta del Banco de España sobre la Actividad Empresarial (EBAE), referidos al segundo trimestre de este año, indican que el 41,1% de las compañías declararon un impacto negativo sobre su actividad derivado de la falta de disponibilidad de mano de obra, un condicionante mucho más relevante que la falta de demanda o los problemas de suministros, semejante en importancia a los costes energéticos y solo algo por detrás de la incertidumbre política", indican.
No obstante, la magnitud del problema es, en varios sentidos, un fenómeno nuevo en el caso español, caracterizado desde hace décadas por niveles muy elevados de paro, a diferencia de otros países más acostumbrados a situaciones próximas al pleno empleo y que cuentan con potentes políticas activas de empleo y sistemas de formación e inserción laboral contrastados, como es el caso de los países escandinavos y centroeuropeos.
Los problemas para encontrar trabajadores, aunque revisten naturalmente diferente intensidad según la ocupación, el sector o la región de que se trate, presentan cada vez un carácter más general, afectando tanto al sector privado como al público, explican en el informe. De hecho, los últimos datos sobre vacantes del INE muestran que entre los principales sectores afectados se encuentran la Administración Pública (36,6% del total de vacantes), la Educación y las Actividades Sanitarias. Juntas suman prácticamente la mitad, 69.000 vacantes.
Dentro del sector privado las vacantes afectan a todo tipo de sectores, algunos que requieren trabajadores relativamente más cualificados, como las actividades profesionales, científicas y técnicas (8,1% del total), y otros más tradicionales, como el comercio (10,9%) y la hostelería (3,8%).
No hay una formula secreta para paliar el problema y aplacar los efectos negativos, aunque el IVIE y la Fundación BBVA exponen varias vías: el aumento de la tasa de actividad, el incentivo a la prolongación de la vida laboral, la potenciación de políticas activas de empleo que primen la cualificación y activación más que el subsidio a los parados, la mejora de la formación, la atracción de talento foráneo o la retención del nacional.
"El sector público y el sistema educativo tienen un papel importante en esta tarea, pero también las empresas tendrán que replantearse sus estrategias de reclutamiento y de formación interna y reconfigurar el conjunto de características, salariales y no salariales, de los puestos de trabajo que ofrecen para aumentar su atractivo y atraer más y mejores candidatos", cierran.