
Pablo Hernández de Cos se ha despedido hoy del Banco de España demandando "ambición y grandes acuerdos políticos" para revertir la pérdida de convergencia en renta per cápita de España con respecto al resto de socios europeos. El gobernador pone hoy fin a su mandato al frente del regulador bancario. Seis años en los que ha logrado recuperar la confianza en la institución, tras los años de la crisis financiera de 2007. "Estas crisis tuvieron un fuerte impacto en nuestra economía y en nuestro sistema financiero. Y también, hay que reconocerlo, sobre la reputación y la confianza depositada en él", ha reconocido en un artículo firmado en el blog del Banco de España.
Su labor al frente del regulador no ha sido sencilla. Desde su llegada -en 2018- De Cos ha tenido que lidiar con una "sucesión de acontecimientos inauditos". Durante sus primeros meses, su papel fue determinante para recuperar la reputación y la confianza en un sector financiero -todavía- tocado por los efectos de la crisis bancaria. A ello, se añaden el estallido de la pandemia, la crisis energética y de la inflación. Un vaivén económico que "cortó de cuajo" la recuperación económica. En 2020, la irrupción de la Covid -recuerda a través de un gráfico- tumbó el PIB español hasta contraerse más de un 11%. Un año después- recuerda- con la reactivación económica, la inflación "despertó con fuerza", provocando una severa respuesta por parte del Banco Central Europeo que "va por buen camino". Cabe recordar que el BCE bajó la pasada semana los tipos de interés por primera vez en cinco años.
En sus despedida, el gobernador recuerda la llegada de la invasión rusa de Ucrania, que avivó la inflación y complicó la recuperación económica, y ya en 2023 una crisis bancaria en Estados Unidos y Suiza que "amenazó" al sistema financiero global, aunque finalmente el impacto fue limitado. Y, más recientemente, Gaza ha añadido un nuevo foco de incertidumbre.
Los retos para su sucesor
Estos acontecimientos, explica Hernández de Cos, han reforzado otras dinámicas, como los cambios en la regulación financiera y la gestión de crisis, un mundo cada vez más globalizado, la emergencia climática, la aceleración del cambio tecnológico, las consecuencias de una sociedad más envejecida o el incremento de la desconfianza en las instituciones y la polarización política. Todo ello, reconoce, ha configurado un entorno de mayor incertidumbre y complejidad que, en clave nacional, se refleja en "múltiples retos para la economía española, viejos y nuevos".
El Gobierno sigue sin resolver su relevo. Moncloa seguirá retrasando el nombramiento de su sucesor, por lo que será la subgobernadora, Margarita Delgado, quien cubra su vacante de manera interina. De Cos pone de deberes a su sustituto, recuerda que la prioridad del Banco de España es cumplir con la estabilidad de precios y la estabilidad financiera, además de contribuir a una mejor política económica con su análisis de la economía española e internacional. "Nuestra tarea es compleja de por sí, pero estos seis años han sido un período particularmente complicado", ha apuntado.