
Un 4,5% de las ofertas de empleo publicadas en España miran a la inteligencia artificial. Puede parecer un porcentaje pequeño, pero supera con creces el registrado en Estados Unidos (1,98%) y Alemania (1,71%), Francia (1,53%) o Reino Unido (1,87%) y la práctica totalidad de los países analizados por el metabuscador de ofertas de empleo, Indeed, con solo dos excepciones: Singapur (8,5%) y la India (6,74%). Algo sorprendente cuando nuestro país está por debajo de la media de la zona euro en peso del empleo tecnológico. Así que la pregunta es clara: ¿qué se esconde realmente tras estas cifras?
Este indicador de ofertas de trabajo vinculadas a la IA busca despejar el 'ruido' generado en el último año y medio alrededor de los avances en inteligencia artificial. La irrupción de las variedades generativas, con Chat GPT a la cabeza, no solo ha puesto a las empresas dedicadas a desarrollar esta tecnología a la cabeza de los índices bursátiles, sino que han disparado los miedos y las expectativas de millones de trabajadores y empresas por su impacto en el mercado laboral con una intensidad sin precedentes.
Una inquietud alentada por las declaraciones entre apocalípticas e integradas (parafraseando a Umberto Eco) de grandes líderes empresariales y políticos que abogan por concentrar las apuestas a esta carta. No se trata de contradecirles: nadie duda que la inteligencia artificial supone una revolución; la cuestión es si verdaderamente tenemos claro la forma y la intensidad con la que se está materializando. En este sentido, las cifras de Indeed resultan chocantes, y no solo para España.
Al analizar la evolución desde 2021 salta a la vista el reducido porcentaje de ofertas de empleo vinculadas a esta tecnología. En Singapur, el país con mayor demanda de este tipo de perfiles profesionales, llegan al 8,5% del total. Pero en Estados Unidos, se quedan en el 1,98% y en Alemania en el 1,71%. ¿Es un indicador de que dos de las mayores economías del mundo están perdiendo la carrera por la inteligencia artificial?
Un sesgo de empleo
No tan deprisa. Los datos recogen un sesgo importante, y es el peso de los puestos tecnológicos en las ofertas de empleo, que no se corresponden con el empleo que generan. El economista jefe para Europa, Pawel Adrjan, analizó esta distorsión en un estudio elaborado junto a Reamonn Lydon, economista del Banco de Irlanda.
En él comparan los datos de Indeed con los de nuevos empleos que recoge la Oficina Europea de Estadísticas (Eurostat) y detecta que ciertos sectores publican más ofertas de empleo 'on line' que otros que en el 'mundo real' lideran la contratación de profesionales. La comparativa revela que España es el país europeo que más vacantes anuncia para desarrolladores de software, en comparación con el resto de las actividades, incluyendo los profesionales de IT. Algo especialmente relevante porque son los trabajos más ligados al desarrollo de la inteligencia artificial.
Sin embargo, su peso en la creación de empleo es de los más bajos, algo coincidente con el escaso peso de los empleos tecnológicos en el mercado laboral. En comparación, los otros sectores que lideran la publicación de ofertas de empleo (el comercio y los puestos administrativos), guardan una relación mucho mayor con las contrataciones que generan.

Pero no solo eso: en países que tiene una tasa de ofertas para estos profesionales mucho menor que la española, la contratación es mucho mayor. "Esto mismo lo vemos en nuestros datos sobre el porcentaje de trabajos híbridos y en remoto: es más alto en España que en otros países por el mismo efecto composición" explica Adrjan en conversación con elEconomista.es. Aunque aporta un matiz a tener en cuenta: "Lo importante también es la tendencia".
Es decir, España no es un campeón en creación de empleo vinculado por la inteligencia artificial, pero está entre los que más ha reforzado su apuesta por ella. Eso se comprueba si se coteja la evolución desde el punto de partida (enero de 2019) a la situación actual para las grandes economías europeas y Estados Unidos.
"Lo que importa es la tendencia"
Si aplicamos una fórmula de base 100 para dibujar la tendencia sin tener en cuenta el porcentaje, se aprecia que las empresas españolas han reforzado la demanda más que el resto. Lo que apunta a que el interés por esta tecnología está claramente al alza.
Ahora bien, su evolución en España y el resto del mundo no tiene nada que ver con la IA generativa, sino que despega mucho antes del lanzamiento de Chat GPT en noviembre de 2022. De hecho, alcanzó este punto entre finales de 2021 y principios de 2022 y para cuando el software de Open AI se convirtió en una herramienta uso generalizado ya estaban en decadencia, a pesar de que desde verano del 2023 se ha vivido un repunte en ciertos países, como España.
Esta evolución coincide con la crisis que el sector tecnológico vivió en 2022 y 2023, que ha reducido la plantilla de las grandes tecnológicas y, por tanto, reducido el peso de la contratación de esos estos profesionales, especialmente entre los desarrolladores de software, los más vinculados a la inteligencia artificial y entre los que la demanda de profesionales especializados ha crecido más. Pero el freno general en el sector ha supuesto un retroceso en esas oportunidades en países como Estados Unidos, como hemos explicado en elEconomista.es
Es más, aunque la variante generativa copa los titulares, la demanda de especialistas en estas competencias en concreto tiene un peso más de diez veces inferior al de la IA en general en todos los países. España, donde suman apenas un 0,27% de las vacantes no es una excepción.
En este punto, conviene recordar que los 'chatbots' están muy lejos de agotar todas las posibilidades de la inteligencia artificial y los algoritmos, que se llevan utilizando desde décadas para la automatización de tareas. Aunque se puede considerar que el punto de eclosión fue la pandemia, cuando más empresas reforzaron su apuesta por la digitalización.
En este proceso se enmarca la irrupción de los denominados ""Large Language Models" o grandes modelos de lenguaje como Chat GPT seguramente disparará el uso de estas tecnologías gracias a una interfaz más sencilla y más posibilidades de automatización. Pero el camino para su desarrollo, por ahora, no es el eje vertebrador del futuro de las ofertas de empleo.
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