Tecnología

La UE se queda rezagada en inteligencia artificial respecto a EEUU y China, según el Tribunal de Cuentas

  • La brecha de inversión respecto a EEUU se duplicó entre 2018 y 2020, hasta los 10.000 millones
  • La falta de coordinación entre Bruselas y los países ha repercutido negativamente
La sede del Tribunal de Cuentas de la UE en Luxemburgo
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Los auditores de la UE advierten de que el bloque comunitario se está quedando rezagado en el desarrollo de inteligencia artificial respecto a otras potencias mundiales, especialmente en lo que respecta a la inversión en esta tecnología. Por ello recomiendan implementar una gobernanza "más sólida" con más "inversión pública y privada".

En un informe hecho público este miércoles, el Tribunal de Cuentas ha indicado que, si bien Bruselas ha puesto en marcha medidas para impulsar el ecosistema empresarial para desarrollar la inteligencia artificial, entre ellas regulación, infraestructuras, investigación o inversión, la UE no ha conseguido alcanzar el desarrollo de otros actores como Estados Unidos o China.

En su análisis, los auditores evidencian que, pese a los esfuerzos dispuestos desde 2015, las inversiones de capital riesgo en este sector han sido inferiores a las de las regiones líderes en inteligencia artificial. De hecho, advierten de que la brecha de inversión con Estados Unidos se duplicó entre 2018 y 2020, superando los 10.000 millones de euros. La inversión al otro lado del charco se elevó a 21.200 millones de euros mientras que en la UE se quedó en unos 10.700 millones de euros.

Estados Unidos lidera la carrera de la IA desde hace tiempo, y Silicon Valley se posiciona como epicentro mundial de innovación. Gigantes tecnológicos estadounidenses, como Google, Microsoft e IBM, están a la vanguardia de I+d en este ámbito, invirtiendo en empresas emergentes y cofinanciando programas públicos de investigación. A ello se suma que el Ejecutivo de Joe Biden ha reconocido la importancia estratégica de la inteligencia artificial, con financiación a través de diversas agencias federales y tres planes de investigación. En 2022, el gasto público ascendió a 3.300 millones de dólares

Por su parte, China elaboró en 2017 un plan de desarrollo de la inteligencia artificial para invertir fondos públicos y convertirse en líder mundial en 2030. China también se apoya en la inversión privada de gigantes tecnológicos como Alibaba, Baidu y Tencent.

En la UE, los Estados miembros son responsables de fomentar la innovación en esta tecnología. Las mayores dotaciones en inversión corresponden a Francia y Alemania. París adoptó en 2018 una estrategia de IA en la que se esbozaba una inversión de 1.500 millones de euros para 2018-2022, y la actualizó en 2021 con 1.500 millones de euros adicionales para el período 2022-2025. Alemania destinó inicialmente 3.000 millones de euros para el período 2019-2025 y aumentó el importe en 2.000 millones de euros en 2020.

"La velocidad del crecimiento económico de la UE en los próximos años vendrá determinada por una inversión en IA cuantiosa y bien orientada", ha indicado el miembro del Tribunal de Cuentas de la UE y director del informe Mihails Kozlovs.

El experto ha explicado que "existe un riesgo de que el ganador se quede con todo". Por tanto, "si la UE desea alcanzar su ambición, la Comisión Europea y los Estados miembro deben aunar las fuerzas de manera más eficaz, acelerar el ritmo y liberar el potencial de la UE".

Dado que los objetivos de inversión no se han modificado desde 2018, se han quedado "obsoletos", juzga el organismo con sede en Luxemburgo. "Su falta de ambición contrasta con el objetivo de construir un ecosistema de inteligencia artificial competitivo a escala mundial", analizan los auditores.

Es cierto que la partida destinada a este segmento en el presupuesto comunitario ha aumentado, sin embargo, apuntan a una falta de estimulación de la inversión privada. A ello se suma que la Comisión Europea debe aumentar sus esfuerzos para garantizar que los resultados de los proyectos de investigación sobre inteligencia artificial para que se comercialicen o se exploten plenamente.

Las infraestructuras financiadas por la UE, como instalaciones de ensayo, espacios de datos o la plataforma a la carta de UE se desplegaron con lentitud. Por otra parte, los auditores consideran que los planes de inteligencia artificial solo han dado lugar a un modesto apoyo de capital de la UE a las empresas innovadoras y la falta de un mercado único dificulta la inversión inmediata en esta tecnología.

Pese a que la UE ha puesto en marcha la primera normativa del mundo sobre inteligencia artificial, los auditores consideran que las medidas no han tenido una buena coordinación con los países, lo que ha propiciado que el seguimiento de la inversión no fuera "sistemático. Además, indican que la tarea se encuentra "inconclusa" y critican la falta de coordinación entre autoridades europeas y nacionales.

El Tribunal de Cuentas ha advertido también del impacto en la credibilidad de la UE, ya que Bruselas no fijó un sistema adecuado de supervisión de las inversiones en inteligencia artificial, ni tampoco dejó claro cómo contribuirían los países del club comunitario a los objetivos generales de inversión. Es decir, ha faltado "una visión general".

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