
A un ritmo constante, pero lento: resiliencia en un contexto de divergencia". Así denomina el Fondo Monetario Internacional (FMI) a las perspectivas de crecimiento que se estiman para este 2024 para el conjunto del planeta. "La actividad económica fue sorprendentemente resiliente durante la desinflación mundial de 2022-2023. Conforme la inflación descendía desde su máximo de 2022, la actividad creció de forma constante pese a los indicios de estanflación y recesión mundial. Pero se prevé un crecimiento históricamente lento, y la convergencia hacia los mayores niveles de vida de los países de ingreso mediano y bajo se ha frenado, por lo que persisten las disparidades mundiales", apuntan desde el organismo.
El año pasado, de media, las economías emergentes y en desarrollo crecieron hasta 1,1 puntos más que las avanzadas (4,3% frente a 3,2%). En 2024, según las previsiones del Fondo Monetario Internacional, el crecimiento del PIB de los países en vías de desarrollo alcanzará el 4,2%, frente al 3,2% que se proyecta para las economías avanzadas. "Los países emergentes y en desarrollo se enfrentan a un período de varios años de crecimiento lento impulsado por una pesada carga de la deuda y escasas inversiones; al mismo tiempo, el capital mundial es absorbido por las economías avanzadas que enfrentan niveles de deuda pública extremadamente altos y tasas de interés crecientes", declaraba David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial. Y, en este desarrollo, el papel del continente africano será clave.
El estrecho de Gibraltar no solo es uno de los puntos calientes más importantes del sur europeo y uno de los cuellos de botella más tensionados del mundo, también es el espacio físico que separa a Europa de África. En apenas una distancia de 14 kilómetros, el denominado mundo avanzado se distancia de un continente en vías de desarrollo que alberga todo un reguero de oportunidades.
Tras años de crecimiento más lento, el FMI comienza a arrojar una cierta luz sobre la región africana, para la que esperan el segundo mayor crecimiento de las economías mundiales, del 3,8%, solo por detrás de los países emergentes en Asia (5,2%). "La recuperación está impulsada, principalmente, por un mayor crecimiento del consumo privado, ya que la disminución de la inflación aumenta el poder adquisitivo de los ingresos familiares. El crecimiento de la inversión será moderado, ya que es probable que los tipos de interés se mantengan altos y la consolidación fiscal limite el crecimiento del consumo público. La contribución de la economía mundial al crecimiento de África seguirá siendo modesta. Las expectativas de recortes de los tipos de interés de la política monetaria en las grandes economías mundiales pueden estimular el crecimiento de la inversión en 2025", explican desde el Banco Mundial en su informe Africa's Pulse.
Entre los países que el FMI espera que más crezcan durante 2024, hasta siete países africanos se encuentran entre las primeras posiciones, aunque los mayores crecimientos los acaparan zonas de Asia y América del Sur como Macao (27%) o Guyana (26,6%). En el cuarto puesto se encuentra Níger, con un incremento esperado del PIB del 11%. Le siguen territorios como Senegal (8,8%), Libia (7,5%), Ruanda, (7%), Costa de Marfil (6,6%), Burkina Faso (6,4%) y Benín (6,3%).
El mayor consumo privado impulsará la recuperación del continente
En este crecimiento, Nigeria también representa un papel relevante. La economía del país es la más grande de todo el continente, supera a Sudráfrica en términos de PIB y de población y la ONU espera que en 2100 sea el tercer país más poblado del mundo con 545 millones de habitantes. En concreto, este año el FMI espera que la economía del país crezca un 3,3%, frente al 2,9% del año pasado y el organismo cita el repunte de los sectores servicios y consumo para explicar este aumento. "Si Nigeria crece al 3,3%, estará justo por encima de la dinámica demográfica, lo que supone un gran reto", apuntan desde el FMI.
Desde que Bola Tinubu (70 años) ganó las últimas elecciones en febrero del año pasado y asumió la presidencia del país, está desarrollando reformas radicales que abarcan desde la abrupta reducción de las subvenciones para los fuertes precios de la gasolina y la electricidad hasta la propia devaluación de la moneda oficial del país, la naira, dos veces incluso en un mismo año para tratar de reducir la diferencia entre los tipos de cambio oficiales y los del mercado.
Desde el FMI señalan que el crecimiento de la región subsahariana podría verse dañado por una mayor división del mundo en dos bloques: Estados Unidos junto a la Unión Europea y China. "Las economías del África subsahariana podrían experimentar una disminución permanente de hasta el 4% del producto interno bruto real durante 10 años, según nuestras estimaciones, pérdidas mayores que las que experimentaron muchos países durante la crisis financiera mundial", señalaban desde el organismo y añadían que "a la región le iría mejor si EEUU y la UE cortaran los lazos con Rusia y los países del África subsahariana siguieran comerciando libremente. En este escenario, denominado desacoplamiento estratégico, los flujos comerciales se desviarían hacia el resto del mundo, creando oportunidades para nuevas asociaciones y posiblemente impulsando el comercio intrarregional". "Debido a que algunos países africanos se benefician del acceso a nuevos mercados de exportación e importaciones más baratas, la región en su conjunto no sufriría una pérdida de PIB. Los exportadores de petróleo que suministran energía a Europa podrían incluso ganar", terminaban. Para ello, desde el FMI apuntan que es necesario un fortalecimiento del Área de Libre Comercio Continental Africana.
Otro de los países más importantes de la zona subsahariana, Sudáfrica, no corre, sin embargo, la misma suerte en sus proyecciones. Para él, el FMI apenas estima un incremento del 0,9% de su producto interior bruto este 2024. "La actividad económica en Sudáfrica se ve frenada por las consecuencias de la guerra en Ucrania, los fenómenos meteorológicos extremos y la crisis energética. En la parte posterior de los peores cortes de energía en récord, la debilidad se está extendiendo a sectores más allá de la fabricación, en particular, el comercio minorista", explican desde Africa's Pulse.
Países vecinos
El desierto del Sáhara supone una barrera natural dentro del propio continente. Más allá del África subsahariana, antes de encontrarse con la barrera de dunas, hay países que se hallan casi más cerca de nuestro país que las propias islas canarias y que juegan un papel fundamental en la geopolítica española.
Marruecos ha conseguido doblegar la inflación que sitúa por debajo del 1%
No solo a nivel energético, el nexo entre España y Marruecos toma cada día más relevancia a través de la agricultura y el territorio africano se coloca ya como el principal exportador hortofrutícola de nuestro país, según Asociaciones de Productores-Exportadores de Frutas y Hortalizas (FEPEX). A diferencia de la extrema situación que vivía en 2023, el país ha doblegado la inflación y en marzo se situó en el 0,6%. Para Marruecos, el FMI estima un crecimiento del PIB del 3,1% este 2024, frente al 2,3% que registró en 2023.
Las tensiones entre Argelia y Marruecos son ya más la regla que la excepción y, desde el acercamiento de España a Marruecos, las relaciones con Argelia, de la que se independizó energéticamente en 2022, están "congeladas, pero no canceladas", según declaraba el presidente argelino, Abdelmayid Tebún. Para esta región en 2024, el FMI estima un crecimiento del producto interior bruto del 1%, frente al casi 3% que creció en 2023.
La inflación que vive Egipto es más que desbocada. Solo el pasado abril, el dato de IPC se situó en el 31,8% y los precios de los alimentos continúa tensionado, especialmente de la carne. El Gobierno se vio incluso a obligado el año pasado a pedir a los ciudadanos que comiesen patas de pollo u otras carnes más exóticas como la del burro. Pese a todo ello, el fondo monetario sigue estimando crecimiento para su PIB en 2024, del 4,4%.