
El panorama laboral está experimentando una transformación notable con la integración creciente de la inteligencia artificial (IA) en los procesos de selección de personal. Según datos de Infojobs, el uso de la IA en este ámbito ha experimentado un aumento significativo en los últimos meses, pasando de un modesto 5% el pasado agosto a un notable 15% en la actualidad.
Este incremento evidencia la creciente confianza de las empresas en las capacidades de la IA para optimizar y agilizar sus procesos de contratación. Desde filtrar bases de datos hasta analizar y escanear currículums, las aplicaciones de esta tecnología están siendo cada vez más utilizadas en el ámbito laboral.
En España el 8,3% de las empresas ya utiliza algún tipo de robot, cifra que asciende hasta el 26,3% entre las grandes compañías, según datos del informe "La inteligencia del talento", publicado por OBS Business School y dirigido por Lorenzo Muriel. Además, el número de empresas que emplean tecnologías de IA en nuestro país asciende al 9,6%, y alcanza el 40,7% entre las grandes compañías. Esto da una idea de la oportunidad de desarrollo que existe, así como las posibilidades de formarse. Las estrategias que seguirán las empresas para obtener las competencias necesarias en la implementación de soluciones de IA pasan más por la formación que por proveedores externos o la contratación de talento. Un ejemplo lo constituye el 64% de las empresas del sector financiero y el 71% de la industria manufacturera que han adoptado soluciones de IA y han proporcionado formación a su plantilla.
Sin embargo, este avance no está exento de riesgos. Uno de los principales temores radica en la posibilidad de que la IA atente contra la intimidad y la protección de datos de los candidatos, así como en la discriminación que podría surgir debido a sesgos algorítmicos.
Conscientes de estas amenazas, la Comisión Europea ha tomado cartas en el asunto y ha llegado a un acuerdo para establecer una normativa que regule el uso de la IA en los procesos de selección. Esta normativa, basada en propuestas anteriores, tiene como objetivo garantizar la seguridad y el respeto de los derechos de los candidatos.
Dentro de esta normativa, se han identificado tres categorías de prácticas de riesgo: las inadmisibles, aquellas que violan los derechos fundamentales; las de alto riesgo, destinadas a la contratación y que podrían conllevar sesgos discriminatorios; y las de riesgo limitado, como el uso de chatbots sin avisar a los candidatos.
Las sanciones por incumplir esta normativa son severas, pudiendo alcanzar multas de hasta 35 millones de euros o un porcentaje del volumen de negocios anual de la empresa. Es fundamental que las compañías sean conscientes de estos riesgos y comiencen a tomar medidas para garantizar que sus prácticas de selección sean éticas, transparentes y respetuosas con los derechos de los candidatos.
En este contexto, Marcelo Dos Reis, CEO del Grupo SPEC, destaca la importancia de apostar por herramientas inteligentes que velen por la protección de datos personales y la no discriminación de los trabajadores. La implementación responsable de la IA en los procesos de selección no solo es una cuestión de cumplimiento normativo, sino también de ética empresarial y respeto hacia los individuos que forman parte del proceso de contratación.
Todo el empleo expuesto a la IA
De acuerdo con las previsiones realizadas por el FMI, prácticamente el 40% del empleo mundial está expuesto a la inteligencia artificial. El mayor riesgo se da en las economías avanzadas —por la prevalencia de empleos orientados a tareas cognitivas—, aunque, al mismo tiempo, la integración de la IA ayudará a mejorar la productividad y será un complemento al trabajo humano. En esta materia, además, el Informe económico y financiero: El momento de la inteligencia artificial, elaborado por Esade, asegura que el desafío crucial de la IA no es técnico, sino humano, y depende de la calidad humana de las personas y de la capacidad individual y colectiva para diseñar futuros prósperos. Pero, ¿cuál es la percepción de los trabajadores al respecto?
Según una reciente encuesta de Infojobs, el 37% de los trabajadores expresaron su preocupación por el posible impacto de la inteligencia artificial en sus empleos. Este dato es significativamente mayor que el 19% registrado en marzo de 2023, cuando la IA aún estaba en sus primeras etapas de implementación.
Además, el 30% de los encuestados manifestaron tener una preocupación media, un aumento con respecto al 26% registrado hace unos meses. Esto refleja una creciente inquietud entre los trabajadores sobre el futuro de sus puestos de trabajo en un entorno cada vez más automatizado.
Entre las ventajas más destacadas de la IA en el ámbito laboral se encuentran la automatización de tareas repetitivas, citada por el 34% de los encuestados, y la reducción de costes, mencionada por el 29%. Estos beneficios sugieren una eficiencia y optimización del trabajo gracias a la implementación de tecnologías de inteligencia artificial.
Sin embargo, no todas las percepciones son positivas. El 50% de los encuestados identificaron la sustitución de empleados como la principal desventaja de utilizar IA en el trabajo, seguido de cerca por la falta de empatía o inteligencia emocional, con un 39%. Estas preocupaciones subrayan los temores sobre la pérdida de empleo y la posible deshumanización de las relaciones laborales con la introducción de tecnologías avanzadas.
José Jesús García, vicedecano del área STEM en The Core Entertainment Science School, señala que, si bien la IA podría reducir la necesidad de ciertas habilidades creativas, surgirá una demanda creciente de una visión holística y una comprensión integral del conocimiento por parte de los trabajadores. Esto sugiere un cambio en la naturaleza del trabajo, donde la capacidad para concebir soluciones y comprender profundamente las profesiones será más valiosa que nunca.
Por su parte, Miriam Martínez, directora de Calidad y directora del máster en Propiedad Intelectual de UNIE Universidad, destaca la importancia de una colaboración armoniosa entre la IA y el trabajo humano. Aunque la IA puede facilitar tareas como la redacción de documentos legales, subraya que el papel del profesional humano sigue siendo indispensable para garantizar la calidad y la ética en el trabajo realizado.
En esta línea, Alejandro Briceño, profesor de Innovación y Transformación Digital en EAE Business School, aboga por una relación simbiótica entre la IA y los seres humanos. Señala la necesidad de un cambio cultural que permita a las personas comprender y aprovechar al máximo el potencial de la IA, sin permitir que esta tecnología suplante por completo la labor humana.
Sin embargo, uno de los desafíos más urgentes que plantea la IA es el impacto en el empleo. Briceño advierte que, si bien la IA puede generar nuevos empleos, su ritmo de creación es menor que el destruido. Esto podría resultar en una transición difícil para ciertas generaciones, especialmente en sectores como el transporte, donde la automatización podría afectar significativamente la demanda de trabajo.
En este contexto, la formación y la capacitación juegan un papel crucial en la preparación para el mercado laboral del futuro. Kaouther Boubaya, Profesora de Estrategia en EDC Paris Business School, destaca la importancia de apostar por una educación que promueva habilidades relevantes para la era de la IA, como la adaptabilidad, el pensamiento crítico y la resolución de problemas.
El informe de OBS Business School también desvela que España se sitúa en el puesto 29 a nivel mundial y en el 20 en Europa en cuanto a talento se refiere, según el estudio. Para mejorar esta posición, se sugiere abrir la entrada de talento exterior a universidades y centros de investigación, mejorar la relación entre administración y empresas, aumentar el uso de tecnología, vincular productividad con salarios, invertir más en educación superior, desarrollar empleados y redes sociales, fortalecer la calidad de las escuelas de negocios, favorecer rankings universitarios y matriculación, prevenir la fuga de cerebros y ajustar niveles educativos con la demanda laboral.
La formación de nuevos profesionales en campos tecnológicos como la IA, la robótica, la realidad inmersiva o los empleos verdes, y también de especialistas híbridos como expertos en finanzas o derecho e inteligencia artificial se hace cada vez más necesaria. El informe considera imprescindible también la formación de los departamentos de recursos humanos para que tengan una mayor sensibilidad y eficacia al crear y apoyar a equipos de trabajo más diversos e intergeneracionales, para incrementar la presencia del teletrabajo y para crear contextos donde destaque el bienestar del empleado y la innovación y el aprendizaje continuos.
El avance en otros sectores
Los avances en IA han abierto un abanico de posibilidades en la personalización de servicios, especialmente en el sector farmacéutico. Oscar Generoso, Director de IT & Sales Excellence en HEEL ESPAÑA, destaca cómo el modelo Farma 5.0 está redefiniendo la fabricación de medicamentos, priorizando la personalización para atender las necesidades específicas de cada paciente. Esta evolución promete no solo mejorar la producción y distribución, sino también reducir costos y minimizar errores, gracias a la implementación de procesos robotizados en almacenes y la optimización de las operaciones en farmacias.
Además, en el ámbito asegurador, la IA predictiva (se basa en datos históricos para identificar patrones) y generativa (utiliza modelos preentrenados), enfrenta desafíos específicos en la personalización para este sector.
Este crecimiento exponencial de la IA no solo ha sido impulsado por la demanda empresarial, sino también por el respaldo legal y normativo. La reciente aprobación de la nueva Ley de Inteligencia Artificial proporciona un marco que garantiza la seguridad de uso de estas herramientas, alineándolas con los valores tradicionales y eliminando ciertos riesgos asociados.
Así, en un contexto donde el 89% de las empresas reconocen la necesidad de implementar herramientas de IA, la industria se encuentra en un punto crucial de su evolución. La clave reside en aprovechar el potencial de esta tecnología para ofrecer servicios personalizados y eficientes, al tiempo que se garantiza la transparencia, ética y cumplimiento normativo en su aplicación.