
En el marco de las protestas del campo que en las últimas semanas han protagonizado movilizaciones en las capitales europeas Bruselas eleva la presión económica sobre Moscú. Lo hace con la aplicación de aranceles adicionales. La Comisión Europea ha propuesto este viernes que se eleven al 50% los aranceles que se aplican a la exportación de cereales, oleaginosas y productos derivados procedentes de Rusia y Bielorrusia a la UE.
Este incremento de la imposición arancelaria afectará a productos como trigo, maíz y la harina de cereales. Los aranceles aumentarían, en casi todos los casos, a 95 euros por tonelada o a un porcentaje del 50% sobre el valor del producto. Y es que las importaciones de estos productos desde Moscú no solo no habían sido inscritas en ningún paquete de sanciones, sino que su tarifa arancelaria era del 0%.
Explicó la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, en rueda de prensa tras la primera jornada de la Cumbre de líderes de la UE que la intención tras esta medida es evitar que Moscú "pueda desestabilizar el mercado único con sus productos, también evitar que pueda utilizar los beneficios de las exportaciones de estos bienes y evitar que el grano ucraniano robado no entre a la UE".
Según los datos de la Comisión Europea, las exportaciones de cereales de Rusia a la UE se elevaron a 4,2 millones de toneladas en 2023, con un valor de 1.300 millones de euros. En el caso de Bielorrusia, incluida en la medida para evitar que el Kremlin pueda esquivar la imposición arancelaria, las exportaciones a la UE se elevaron a 610.000 toneladas, con un valor de 246 millones de euros. Fuentes comunitarias han explicado que el cereal ruso representa tan solo el 1% del total de importaciones de cereal del bloque.
La medida llega en un momento en el que las protestas del campo han sacudido la política en Bruselas en las últimas semanas. La crisis energética y el aumento de los costes de producción no han sido los únicos catalizadores de las protestas. La liberalización de las exportaciones de cereal ucraniano a la UE ha generado malestar entre los agricultores, especialmente de los países fronterizos, que han visto depreciada su producción local ante el excedente en el mercado derivado de la llegada de productos de Kiev.
Tras la amenaza de veto a las exportaciones de cereal ucraniano esgrimida por Hungría, Polonia, Bulgaria, Eslovaquia y Rumanía, esta misma semana Bruselas daba un paso atrás sobre el levantamiento arancelario al grano ucraniano, vigente hasta 2025, y fijaba ciertas líneas rojas a modo de salvaguardia para los casos en los que el mercado comunitario se viera perjudicado.