
Un 35,9% de los trabajadores españoles de entre 20 y 64 años con educación superior se encuentran en una situación de sobrecualificación, lo que significa que están realizando labores de baja cualificación en sus puestos de trabajo, según el informe de la Fundación CYD de 2023. Este dato contrasta drásticamente con el 22,2% de la media europea, situando a España en la cima de la tabla de sobrecualificación dentro de la UE. Este fenómeno se define como la proporción de trabajadores con formación universitaria que desempeñan funciones que no requieren dicho nivel de preparación.
En el mercado laboral, los desequilibrios entre la oferta y la demanda de competencias son evidentes, representando una verdadera barrera para el pleno aprovechamiento del talento y la promoción de la competitividad. No obstante, el informe resalta un aspecto alentador. En los últimos cinco años, la tasa de sobrecualificación en España ha experimentado una reducción notable de 1,4 puntos porcentuales. Sin embargo, desde el año 2008, con la excepción de 2009 y 2010, España ha continuado siendo consistentemente el país con la mayor incidencia de sobrecualificación entre los 27 estados miembros de la Unión Europea.

Al analizar la situación por grupos socioeconómicos, se observa que España muestra un menor porcentaje de graduados superiores empleados en campos profesionales como ciencias, ingeniería y tecnología de la información en comparación con la media europea. Similarmente, también se registra una proporción inferior de graduados superiores trabajando en sectores de comercio y administración.
Asimismo, España exhibe una cifra significativamente alta de graduados superiores en su población, alcanzando el 41,1% de la población de 25 a 64 años, en contraste con el 34,3% en la Unión Europea. Por otro lado, también se observa una proporción considerable de individuos cuya formación académica se limita a los estudios obligatorios, con un 35,8%, frente al 20,5% en la UE.
Montse Álvarez, del gabinete técnico de la Fundación CYD, señala que esta distribución no se ajusta a las necesidades de la estructura productiva española. Como resultado, una gran parte de los graduados superiores se encuentran sobrecualificados para los puestos de trabajo disponibles. Además, Álvarez resalta que una parte considerable de la sobrecualificación en España se atribuye a las características de la oferta productiva. Según sus afirmaciones, la estructura económica del país no logra generar suficientes empleos de alta cualificación para absorber a los graduados superiores que salen del sistema educativo. Para equiparar la producción de graduados superiores en España con la media europea, sería necesario incrementar al menos en 13 puntos la proporción de empleos de alto nivel, al nivel observado en Francia. Este análisis pone de relieve la importancia de adaptar la estructura productiva para satisfacer las necesidades del mercado laboral y reducir la sobrecualificación entre los trabajadores españoles.
Si un trabajador siente que se está excesivamente calificado para el puesto de trabajo actual, es esencial tomar medidas para evitar caer en la frustración laboral. Sin embargo, es fundamental entender qué implica estar "sobrecualificado". A menudo, se hace referencia a tener conocimientos y experiencia por encima de los requisitos del puesto, pero esto no considera aspectos como las habilidades de liderazgo o las "soft skills", como la comunicación efectiva, el trabajo en equipo y la capacidad de escucha activa.
Situación laboral
Los datos recopilados hasta marzo de 2020 revelan una situación alentadora para los titulados universitarios del curso 2015-2016 en España. Según el informe, un 75,4% de estos graduados se encontraba afiliado a la Seguridad Social cuatro años después de obtener su título. Además, aproximadamente el 60% de ellos disfrutaba de un contrato laboral indefinido, mientras que el 80% trabajaba a jornada completa.
En cuanto a la base de cotización media anual, para aquellos que trabajaban a tiempo completo, se situaba en torno a los 28.000 euros. Sin embargo, se observaba una variación notable del 25% entre las cifras más altas, destacando Informática con 32.655 euros, y las más bajas, registradas en Ciencias con 24.377 euros. En general, los resultados indicaban que los titulados en máster presentaban una inserción laboral más favorable que aquellos con grado, especialmente en términos de adecuación entre su nivel de estudios y el trabajo desempeñado.
Si atendemos a cuestiones como el género se observa que la brecha por esta condición es existente. Los indicadores de inserción laboral para mujeres tituladas en grado eran menos favorables que los de los hombres en varios aspectos. Por ejemplo, el porcentaje de mujeres contratadas indefinidamente era 13 puntos porcentuales más bajo que el de los hombres. Asimismo, las mujeres tenían menos probabilidades de trabajar a tiempo completo, con una diferencia de 11 puntos porcentuales, y sus ingresos eran en promedio un 8% inferiores a los de los hombres.
En cuanto al tipo de universidad, los egresados de universidades públicas tenían indicadores menos favorables en comparación con los de universidades privadas. Por ejemplo, el porcentaje de egresados inscritos en grupos de cotización universitarios era 13 puntos porcentuales más bajo en las universidades públicas que en las privadas. Además, la base media de cotización anual de los egresados de universidades públicas era un 10% inferior a la de los egresados de universidades privadas.
Áreas de estudio
"Un año más se evidencia la disparidad de los resultados según el ámbito de estudio", señala Álvarez y cree que estas cifras revelan que en el proceso de selección de estudios no se están considerando adecuadamente los resultados de inserción laboral.
Por ámbitos de estudio, los mejores resultados en términos globales, por lo que se refiere a los indicadores de inserción laboral, se observan entre los egresados en informática, ingenierías y salud, mientras que en el extremo opuesto se sitúan los egresados en artes y humanidades, ciencias sociales, periodismo y documentación, y educación.
El informe también nos ofrece una visión cuatro años tras finalizar los estudios. Las tasas de afiliación a la Seguridad Social muestran cifras más favorables en campos como informática, con un 87,1%, y salud, con un 84%. En contraste, las áreas de ciencias sociales, periodismo y documentación tienen tasas menos favorables, alcanzando solo un 69,5%, mientras que en artes y humanidades la tasa es aún más baja, con un 62.3%.
En cuanto a la contratación indefinida en trabajos por cuenta ajena, más del 75% de los egresados tienen contrato indefinido en áreas como informática, negocios, administración, derecho e ingeniería, industria y construcción. Sin embargo, este porcentaje disminuye a menos del 51% en campos como artes y humanidades, ciencias, educación y salud, este último influenciado por el peso relativo de los médicos internos residentes (MIR).
En relación con el tipo de jornada laboral, los mayores porcentajes de trabajo a tiempo completo se encuentran en informática, negocios, administración, derecho, ingeniería, industria y construcción, con cifras que oscilan entre el 89% y el 97%. Por otro lado, los valores más bajos se registran en educación y artes y humanidades, con porcentajes por debajo del 64%.
El encaje entre el nivel universitario y el grupo de cotización muestra que cerca del 90% de los egresados en salud están clasificados en grupos de titulados, seguidos por los de sector primario y veterinaria e ingeniería, industria y construcción, con cifras por encima del 70%. Por otro lado, más de la mitad de los titulados en negocios, administración y derecho, servicios, ciencias sociales, periodismo y documentación, así como en artes y humanidades, trabajan en grupos de cualificación inferiores.
¿Cómo son los salarios?
En cuanto a la base media de cotización salarial, los titulados de grado en informática, salud e ingenierías superan los 30.000 euros. Por el contrario, los titulados en ciencias sociales, periodismo y documentación tienen una base media de cotización de alrededor de 25.100 euros, mientras que los egresados en artes y humanidades y ciencias perciben menos de 25.000 euros en promedio.
Por campo de estudio, las tasas de afiliación más altas dentro de salud se registran en medicina, óptica y optometría, y enfermería. En informática, las tasas más altas se encuentran en desarrollo de software y aplicaciones. Los ingresos máximos, superando los 33,000 euros anuales de base media de cotización, se observan en medicina, ingeniería de organización industrial, ingeniería de computadores, ingeniería electrónica, desarrollo de software y aplicaciones, e ingeniería de telecomunicación.
En cuanto a la brecha salarial de género, las mujeres perciben un salario más de un 10% inferior que los hombres en servicios, ciencias sociales, periodismo y documentación, sector primario y veterinaria, y negocios, administración y derecho. En ingeniería, industria y construcción, las mujeres tienen ingresos un 8% inferiores, mientras que en informática y salud perciben un 4.8% menos.