
Peppa Pig cumple 20 años y lo hace entre críticas y éxito. Los nuevos modelos educativos que apuestan por el respeto y la inclusión han encontrado en la cerdita un enemigo al que batir para evitar que los niños asimilen un comportamiento que consideran inadecuado. Sin embargo, el imperio generado durante estas dos décadas diluye cualquier tipo de oposición tras un merchandising mil millonario y un plan de negocio que no encuentra techo, al menos de momento.
La famosa cerdita en edad preescolar acompaña a millones de niños de todo el mundo desde mayo de 2004. A través del relato del día a día con su familia (madre, padre y hermano) la serie británica se ha erigido como uno de los mayores éxitos infantiles de la historia. Pequeños de hasta 180 países la conocen. Sin embargo, el paso del tiempo y los cambios de los modelos de aprendizaje llevan un tiempo poniendo en cuestión si es una buena compañía para los más pequeños.
Si algo define a Peppa es la sinceridad. Le basta un capítulo de escasos minutos para expresar ideas que no encajan en todos los modelos de aprendizaje. En lo que unos ven la capacidad de tener -y expresar- las ideas claras, otros encuentran mensajes nocivos que llegan incluso a 'blanquear' el bodyshamming (las burlas a su padre por la barriga sería uno de los ejemplos más criticados sobre esto).
Las críticas se agolpan desde hace unos años en webs cómo Common Sense Media, donde diferentes tipos de contenidos audiovisuales son puntuados por el público. Al entrar en el perfil de Peppa Pig, se agolpan los mensajes de padres que califican la serie como contenido inadecuado para los niños porque intimida y avergüenza al padre, manipula a la familia para salirse con la suya o nunca paga las consecuencias de sus malos comportamientos.
Un imperio difícil de derrocar
Sin embargo, no parece que las nuevas técnicas de crianza vayan a hacer caer al imperio que ha forjado durante estos 20 años de fenómeno. El negocio de Peppa Pig generó 1.700 millones de dólares en ventas en 2022 y la expansión continúa tras la nueva etapa que abrió en 2019, cuando Hasbro adquirió la franquicia por casi 4.000 millones de dólares.
El último gran salto viene de la mano de Lego, que llevará a la famosa cerdita no solo a sus juguetes sino también a los parques temáticos de Merlin, el segundo mayor operador de parques temáticos del mundo después de Disney.
Uno de los baches más grandes que ha tenido que afrontar Peppa Pig fue la censura impuesta en China, uno de sus principales mercados donde en 2018 facturó más de 1.300 millones de euros. Pero en 2018 el Partido Comunista denunció que la serie difundía una ideología contraria a su líder, Xi Jinping, y la serie fue vetada en redes sociales.
El susto duró algo menos de un año y la vuelta en 2019 se celebró por todo lo alto, con un aumento de los ingresos solo en ese país del 50%.