
Las actas de la última reunión del Banco Central Europeo (BCE) revelan que los gobernadores de la zona euro tienen el mismo miedo que los directivos de la Reserva Federal estadounidense (Fed): que la inflación resurja con más fuerza si empiezan a bajar los tipos antes de estar seguros al 100% de que los precios se han estabilizado.
En la pasada reunión del 24 y el 25 de enero, el BCE estuvo de acuerdo en que "el riesgo de bajar los tipos antes de tiempo es mayor que el de hacerlo demasiado tarde", según se lee en el documento. Su miedo, en concreto, es que "tener que revertir el rumbo, en el caso de que la actividad económica se recuperara con más fuerza de lo esperado, el crecimiento de los salarios se acelerara o surgieran nuevas presiones inflacionarias, podría implicar un alto coste a la reputación" de la institución monetaria.
Esta preocupación es la misma que reflejaban las actas de la última reunión de la Fed, publicadas ayer, que veían la posibilidad de que la bajada de precios en los bienes, por la reordenación de las cadenas de suministro interrumpidas durante la pandemia, estuviera ocultando un nivel de inflación latente más grande de lo que parece. Y en ambos casos su temor era que tener que dar la vuelta y volver a subir tipos a finales de año sería mucho más dañino que mantenerlos altos unos cuantos meses más para asegurarse de que la desinflación es ya irreversible.
Aun así, el BCE "confía en que la política monetaria está funcionando", ya que ve que se están produciendo todas las señales esperadas. Y ya apuntan a que, con el enfriamiento de los precios de la energía, es probable que la reunión de marzo acabe con una revisión a la baja de las expectativas de inflación para este año. En este punto, los directivos de la institución europea creen que el mercado está siendo mucho más optimista que ellos respecto a la velocidad a la que esperaban que bajara la inflación.
Por último, respecto al PIB, el BCE admite que los tipos restrictivos están penalizando el crecimiento económico europeo, al contrario que en EEUU, que sigue avanzando a toda velocidad. De todas formas, celebran que todo podía haber sido peor: "La caída de la inflación se ha producido con un coste relativamente leve en términos de actividad económica", apuntan.