Economía

La guerra en Gaza congela el IMEC, el corredor de EEUU para contrarrestar a China en Oriente Medio

  • Se trata de un proyecto que busca hacer frente a la Iniciativa de la Franja y la Ruta china.
  • El control chino del puerto de El Pireo supone otro obstáculo para el corredor.
Un buque carguero navegando. iStock
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Las consecuencias de la tensión en Oriente Medio son diversas. En el ámbito diplomático, la guerra entre Israel y Hamás aleja las posibilidades, tan añoradas por EEUU, de una normalización de las relaciones entre el estado hebreo y Arabia Saudí. Por otro lado, en el ámbito económico, el conflicto en el Mar Rojo ha encarecido los precios del transporte. Además, este nuevo escenario ha congelado el desarrollo del IMEC, un proyecto comercial ideado por la Casa Blanca como forma de detener el avance de la Iniciativa de la Franja y de la Ruta, también conocida como Nueva Ruta de la Seda china.

El IMEC (Corredor Económico de India-Oriente Medio-Europa, en sus siglas en inglés) consta de dos principales conexiones: una que liga India con el Golfo Arábigo y otra que que conecta dicho golfo con Europa. Así, el proyecto se divide en tres rutas: dos marítimas y una terrestre. La primera ruta marítima conectará el puerto indio de Mumbai con el puerto emiratí de Jabel Ali. A partir de aquí discurre la ruta terrestre, que cruzará Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí y Jordania hasta alcanzar la ciudad portuaria de Haifa, en Israel. Aquí comienza la segunda ruta marítima, que ligará el puerto de Haifa con el de El Pireo en Grecia, punto desde el cual se distribuirán los productos al resto de Europa.

Además de constituir una ruta comercial, el IMEC opera como conexión energética y digital. A lo largo de la vía férrea ubicada en el Golfo Arábigo, la cual no está completada todavía, discurrirá de forma paralela un tubo para el transporte de hidrógeno limpio, el cual incluye el hidrógeno generado por electrolisis (verde) y el producido por el reformado de metano con vapor (azul). Además, se desplegará otro cable paralelo que servirá para conducir electricidad y optimizar la conectividad digital. Es decir, que el IMEC incrementará el flujo energético y de datos digitales entre los países participantes.

El objetivo: atar en corto a China

Este proyecto, considerado por Biden como el verdadero "big deal" en contraposición a la Iniciativa de la Franja y de la Ruta china, fue presentado en septiembre de 2023 durante el transcurso del G20 celebrado en India. El anuncio fue realizado por los representantes de EEUU, India, Unión Europea y Arabia Saudí, que son algunos de los firmantes del memorando de entendimiento del proyecto que incluye, asimismo, a Emiratos Árabes Unidos, Italia, Alemania y Francia. Según dicho documento, los participantes consideran que el IMEC "reducirá los costes, potenciará la unidad económica, generará puestos de trabajo y disminuirá las emisiones de gases de efecto invernadero, resultando en una integración transformadora de Asia, Europa y Oriente Medio".

Sin embargo, el verdadero objetivo es contrarrestar la Iniciativa de la Franja y de la Ruta ideada por China. Este plan económico fue presentado por Xi Jinping en 2013, y según señaló en diciembre de 2023, "más de 150 países y 30 organizaciones internacionales han firmado documentos de cooperación de este proyecto". Pivota sobre el desarrollo de rutas terrestres y marítimas, constituyendo un plan fundamental en la agenda de Pekín: en 2017, el Partido Comunista de China incorporó el avance de esta nueva ruta de la seda a su constitución.

El Pireo, la encrucijada marítima

De hecho, China ya ha invertido más de 1.000 millones de dólares en el desarrollo de este proyecto, dinero que el país asiático tiene previsto recuperar mediante planes de amortización de deuda. Así, China se ha convertido en el mayor cobrador de deudas del globo gracias a los préstamos ligados a la Iniciativa. Va con todo, y parece que le saca mucha ventaja a Washington. En 2016, Cosco, firma naval propiedad del Estado chino, se hizo con el control del puerto de El Pireo mediante una operación cifrada en 368 millones de euros, comprometiéndose a invertir 350 millones más a lo largo de 36 años.

Aquella privatización helénica, circunscrita en el marco del tercer rescate económico a Grecia, permitió que China se convirtiera en la dueña de un puerto clave en el comercio marítimo internacional. El control de esta encrucijada naval que liga África, Oriente Medio, Asia -mediante el Canal de Suez- y Europa, facilita los planes chinos, sin embargo, Atenas quiere jugar sus propias cartas. En este sentido, en agosto de 2023, el primer ministro indio, Narendra Modi, se reunió con el director de la Cámara de Comercio e Industria de El Pireo, Vassilis Korkidis.

Según el economista griego, Grecia "se adecúa en términos geopolíticos para poder convertirse en la puerta de entrada de India en Europa", indicando que ello le proporcionaría a Nueva Delhi una ruta segura a Europa, de la misma forma que lo consiguió Pekín con la adquisición del puerto de El Pireo. Las dudas respecto a la posición del país helénico son numerosas ya que no firmó el Memorando de Entendimiento del IMEC, a pesar de que este proyecto cuenta con extenderse hasta territorio griego.

El efecto dominó de la Guerra en Gaza

Por otro lado, otros obstáculos dificultan el desarrollo de este nuevo proyecto. El principal e inmediato es la guerra entre Israel y Hamás, la cual se está desarrollando mayoritariamente en la Franja de Gaza, territorio que se encuentra a más de 150 km de Haifa, donde se encuentra el puerto que actúa de enlace con El Pireo en la segunda ruta marítima del IMEC. Además, los ataques de los hutíes, apoyados por Irán, a barcos israelíes que cruzan el Mar Rojo en apoyo a Palestina han provocado una disrupción en el transporte internacional que ha empujado a EEUU y Reino Unido a bombardear posiciones del grupo chií en Yemen.

En relación a este conflicto, Arabia Saudí se niega a realizar cualquier aproximación a Israel si no hay garantías para el establecimiento de un Estado palestino. Evidentemente, en estas condiciones no es posible desarrollar una conexión ferroviaria que atraviese territorio saudí hasta Israel. Sin embargo, es preciso señalar que tanto la monarquía de los Saúd, como Emiratos Árabes Unidos, dieron su aprobación al IMEC, ya que constituye una vía para diversificar su economía, tan dependiente del petróleo y el gas.

Y por si fuera poco, el IMEC, tal y como está concebido, atraviesa aguas turcas. Sin embargo, Turquía no está incluida en el proyecto, algo que Erdogán no está dispuesto a aceptar. "No habrá corredor sin Turquía", señaló el presidente turco durante la reunión del G20 en Nueva Delhi. Claramente, el mandatario se opone a la exclusión de Turquía de los beneficios que el IMEC puede proporcionar, por lo que ya ha pensado una alternativa: un corredor que unirá el puerto iraquí de Grand Faw Port -actualmente en construcción- con Turquía, pasando por Baghdad y Mosul. El proyecto, diseñado por la empresa italiana Progetti Europa & Global, cuenta, al igual que el IMEC, con rutas marítimas y terrestres.

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