
La cena de los ministros de Economía y Finanzas de la UE para intentar llegar a un acuerdo sobre la reforma de las reglas fiscales prometía ser larga. Lo avisó la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, antes de afrontar uno de los platos fuertes de la presidencia rotatoria española al frente del Consejo de la UE. Por lo pronto, parece que el acuerdo tendrá que esperar, según ha asegurado Calviño este viernes aunque la intención es cerrarlo antes de que termine el año.
"Ayer por la noche no fue posible finalizar todas las consultas pendientes de naturaleza técnica, política y legal, pero esperamos finalizarlo en los próximos días", ha asegurado la titular de Economía, que ha puesto como plazo final de año, antes de terminar la presidencia española del Consejo de la UE.
Las conversaciones de los titulares de Economía de la UE para llegar a un acuerdo durante la noche fueron "intensas" y continuará las próximas semanas con "un proceso de consulta", ha aclarado la ministra de Asuntos Económicos. La idea es terminar este proceso de consulta "en los próximos días" y, si es necesario, se convocará "un Ecofin extraordinario para llegar a un acuerdo antes de que termine el año", posiblemente en la semana del 18 de diciembre.
Las conversaciones en los últimos días reflejan que hay acuerdo en la propuesta de aterrizaje pero no en los últimos flecos de la reforma. Preguntada por una nueva propuesta de texto legislativo formulada entre Francia, Alemania, Italia y España, Calviño ha puesto de relieve los trabajos realizados "no solo con los cuatro Estados miembro más grandes, sino con todos los Estados miembro para tejer una propuesta compromiso". Ayer se puso un nuevo texto sobre la mesa, según confirmó vicepresidenta primera, que trata de acercar posturas sobre ciertos elementos en la discusión.
Calviño ha evitado dar detalles sobre los elementos que han distanciado las posturas y propiciado una falta de acuerdo. Las discrepancias, al inicio de la cena que se ha extendido 8 horas, han radicado entre una Francia pedía más flexibilidad para el ritmo de reducción del déficit e Italia rechazaba que se consideren los intereses de la deuda para calcular el ajuste del déficit estructural y pedía un trato especial para las inversiones en defensa.
La propuesta de compromiso dispuesta por España busca la reducción de la deuda y al mismo tiempo preservar el impulso a las inversiones, ha explicado Calviño. Incluye cuatro tipos de salvaguardias, para asegurar que hay espacio "para la reducción sostenida de la deuda, para asegurar que hay espacio fiscal por debajo de ese límite del 3% para que los países puedan tomar políticas contracíclicas, para asegurar la protección de las inversiones y reformas para impulsar las prioridades de la transición verde, digital y defensa".