
La Comisión Europea mostró ayer su preocupación por los altos niveles de deuda pública y privada que registra España. Concretamente, la deuda pública es la que más intranquiliza a Bruselas, que subrayó que continúa siendo elevada y entraña riesgos para la sostenibilidad fiscal a medio plazo.
El Ejecutivo comunitario ha avisado de que "los riesgos para la sostenibilidad fiscal son elevados a medio plazo, debido principalmente al elevado nivel de deuda pública, a la posición presupuestaria inicial desfavorable y los efectos el envejecimiento poblacional". En su informe de desequilibrios macroeconómicos ha reconocido también que la ratio de deuda pública ha disminuido en los últimos años, "hasta alcanzar el 111,6% del PIB en 2022" y la perspectiva de que caiga al 106,5% en 2024.
De hecho, según las previsiones económicas de otoño presentadas la semana pasada, a Comisión Europea pronostica que la ratio de deuda sobre el PIB dibuje una senda descendente en 2023 impulsada por el crecimiento del PIB nominal para situarse en el 107,5% este año y estabilizarse en el 106,5% en 2024 y 2025. Es así como el Ejecutivo comunitario mejoró sus perspectivas para la deuda española desde el 110,6% para 2023 que auguraba en mayo, y el 109,1% que estimaba para 2024.
"En España, persiste la preocupación por la deuda de los hogares y las empresas no financieras, la deuda pública y la deuda externa, pero las ratios de deuda han seguido descendiendo", ha indicado el Ejecutivo comunitario en el informe hecho público este martes como parte del paquete de otoño. Además, ha incidido en que "el fuerte crecimiento del PIB nominal ha contribuido a la reanudación del amplio proceso de desapalancamiento del sector privado y, en menor medida, del sector público".
El análisis de la Comisión Europea advierte de desequilibrios macroeconómicos en doce Estados miembro, entre los que se encuentra España. Se realizarán revisiones en profundidad también en Alemania, Francia, Grecia, Italia, Países Bajos, Portugal, Chipre, Hungría, Rumanía y Suecia, para determinar si los desequilibrios detectados hace un año se están agravando, se están corrigiendo o se han subsanado.
Entre los riesgos que subraya Bruselas para España figura la elevada deuda de las empresas no financieras, cuyos niveles continúan siendo altos aunque estén en senda descendente. Se moderó al 71% en 2022 y continúo en tal cadencia durante los dos primeros trimestres de 2023. Por otro lado, la tasa de morosidad empresarial siguió en descenso en 2022 y en el primer semestre de 2023. No obstante, las quiebras aumentaron durante la primera mitad del año, aunque continúan en niveles bajos.
En lo que respecta a la deuda de los hogares españoles, Bruselas resalta la tendencia a la baja desde el 52% de 2022, cuando la subida de tipos de interés emprendida por el Banco Central Europeo duplicó el coste de nuevos préstamos hipotecarios, concretamente en la segunda mitad del año pasado y el primer semestre de 2023.
El impacto de la subida del coste de endeudamiento, analiza la Comisión Europea, se ve "parcialmente mitigado por la poca incidencia de hipotecas a tipo variable en los nuevos préstamos". Por otro lado, el alza del precio de la vivienda se aceleró al 7,4% en 2022, y contribuyó a que los precios estén sobrevalorados en torno al 15%, si bien la escalada de los tipos de interés ha contribuido a que se suavicen.