
Desde 2016, el salario mínimo en España ha experimentado un aumento del 65%, a pesar de que esta subida no guarda relación ni con la productividad (el PIB por ocupado ha disminuido un 2,9% desde entonces) ni con la inflación (el incremento acumulado del IPC desde 2016 ronda el 20%). En este contexto, y a partir de 2020, las empresas comenzaron a sufrir grandes reveses en su actividad a raíz de los sucesivos problemas sanitarios, de producción y geopolíticos que afectan a los países de todo el mundo. Desde 2019, las empresas españolas han soportado un aumento en la cantidad a aportar para las cotizaciones sociales mínimas de un 20% por asalariado, 275 euros al mes más.
En una jornada estándar de 40 horas semanales, los 1.080 euros mensuales equivalen a 6,75 euros por hora. Sin embargo, al analizar los datos promedio del año 2022, la jornada anual pactada fue de 1.819 horas, de las cuales se deben restar 282 horas no trabajadas, distribuidas entre vacaciones y festivos, incapacidad temporal y por otros motivos. Como resultado, las horas trabajadas efectivas totalizan 1.537. Si el coste mínimo mensual es de 1.654,38 euros (o 19.852,56 euros anuales), se deduce que el coste mínimo por hora efectiva de trabajo es de 12,92 euros. Esto representa un incremento del 91% con respecto a los 6,75 euros iniciales.
Este aumento salarial ha afectado de manera más significativa a las pequeñas empresas, ya que estas suelen tener una productividad promedio relativamente baja, lo que resulta en salarios más bajos. Esta situación se ha agravado en los últimos dos años, en los cuales el salario medio en las empresas pequeñas ha aumentado un 12,6%, en contraste con el 9,5% en el caso de las medianas y el 6,6% en el de las grandes empresas, explica Cepyme en su último informe Crecimiento empresarial, elaborado por Cepyme.
El alza de costes también se traduce en mayores dificultades para acudir al mercado de trabajo en busqueda de talento. La dificultad para cubrir las vacantes de empleo se ha agravado progresivamente, especialmente después de la pandemia. Aunque afecta a toda la economía española, impacta de manera más significativa en las pymes por las diferencias salariales; dado que el salario medio en las empresas pequeñas es más bajo en comparación con las grandes empresas, las pymes se encuentran en desventaja a la hora de competir por los perfiles laborales escasos. Los candidatos a menudo optan por las ofertas de empleo en empresas más grandes que ofrecen salarios más atractivos.
Grecia y España a la cabeza
Analizando los datos de 2022 en el espectro de pequeñas empresas (10 a 49 asalariados), se observa que solo en España y Grecia, los dos países con las tasas de desempleo más altas de Europa, el salario mínimo representa el 70% del salario medio de este grupo de empresas. En nueve países, incluyendo a Holanda, Luxemburgo y Polonia, la relación entre el salario mínimo y el salario medio es inferior al 55%. Además, hay seis países que no tienen un salario mínimo establecido. En Alemania, Francia y otros cinco países, la relación entre el salario mínimo y el salario medio se encuentra en el rango del 55% al 60%. Estos datos reflejan las diferencias significativas en las políticas salariales y las condiciones económicas entre los países europeos en el contexto de las pequeñas empresas.
En 21 provincias de España, el salario mínimo de 1.080 euros representa el 65% o más del salario medio respectivo, llegando en dos casos extremos (Ávila y Zamora) a superar el 75%. Aquí tienes la lista de las provincias y el porcentaje que representa el salario mínimo en relación con el salario medio en el segundo trimestre de 2023. Si restringimos el análisis a las pequeñas empresas, encontramos que en 23 provincias, el salario mínimo supera actualmente el 75% de su salario medio. Nuevamente, las pequeñas empresas de Ávila y Zamora son las más afectadas, ya que en su caso esta relación supera el 90%.
Desde la patronal advierten de que, si el propósito era equiparar el salario mínimo al 60% del salario medio, para las empresas pequeñas esta proporción superó el 68% a principios de 2023, lo que la deja en una situación complicada para competir en el mercado. Y es que en el contexto de las empresas españolas, la productividad media de las grandes empresas, medida como las ventas por ocupado, supera a la de sus contrapartes en Portugal, Rumanía, Austria y el Reino Unido. Esto sugiere que las grandes empresas en España son más productivas en comparación con empresas similares en esos países.
Vacantes en las pymes
Desde la patronal advierten de que, si el propósito era equiparar el salario mínimo al 60% del salario medio, para las empresas pequeñas esta proporción superó el 68% a principios de 2023, lo que la deja en una situación complicada para competir en el mercado. Y es que en el contexto de las empresas españolas, la productividad media de las grandes empresas, medida como las ventas por ocupado, supera a la de sus contrapartes en Portugal, Rumanía, Austria y el Reino Unido. Esto sugiere que las grandes empresas en España son más productivas en comparación con empresas similares en esos países.
La baja efectividad del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) es uno de los motivos, a pesar de que podría ser una solución eficaz para que las pymes cubran sus vacantes, este no cumple ese papel. La colocación de parados registrados por parte del servicio público es ineficiente. La calificación de la Red Europea de Servicios Públicos de Empleo define al SEPE español como "mejorable", la categoría más distante del nivel considerado de excelencia, resalta las deficiencias y áreas de mejora en el desempeño del SEPE. De las ocho áreas comparadas, en siete de ellas, este se encuentra en el nivel más bajo entre los cuatro disponibles.