
El acuerdo de Gobierno firmado ayer por Yolanda Díaz y Pedro Sánchez dejó en vía muerta varias de las medidas estrella del programa de Sumar. El documento aparta la "herencia universal" de 20.000 euros propuesta para jóvenes, que no convenció desde el inicio en Ferraz. También queda fuera la permanencia del impuesto a las Grandes Fortunas -llamado a financiar la ayuda directa a los que cumplieran 23 años- o la acelerada subida del IRPF al 52% para rentas de más de 300.000 euros que planteaba la vicepresidenta segunda en funciones, que durante los meses de negociaciones ha mantenido varios pulsos con María Jesús Montero. En materia fiscal, la tesis de la ministra de Hacienda en funciones se impuso en cuanto a la 'tasa a los ricos', cuyo futuro quedará en manos del debate que se abra en el marco del modelo de financiación autonómica.
La otra gran derrota del grupo negociador de Sumar llegó desde el ámbito de la vivienda. La formación presionó para establecer unos precios de referencia del alquiler para las zonas tensionadas equivalentes al 30% de la renta de los hogares arrendadores. No obstante, el texto final es muy ambiguo y se limita a plantear el desarrollo de la Ley de Vivienda, paralizada por el precipitado final de la legislatura con la convocatoria del 23-J. "Queríamos que estuviera blanco y en botella la regulación de los alquileres o la limitación del precio de las hipotecas y no está", ha dicho esta mañana Gerardo Pisarello, diputado de Sumar y secretario primero de la Mesa del Congreso. El partido si consiguió sacar adelante su intención de imponer a la banca la obligación de facilitar a los clientes la portabilidad de de las hipotecas de tipo variable a tipo fijo.
Reducción de jornada diluida
"Llegar a acuerdos es muy difícil", reconoció ayer Díaz en la rueda de prensa de la presentación del pacto ante Pedro Sánchez. Lo cierto, es que mucho tuvo que pelear su equipo de negociación para introducir la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas. La medida hizo que el camino de las conversaciones encallara en más de una ocasión antes de que -finalmente- el documento incluyera una versión que descafeinaba la posición inicial en la que se movía Sumar. En su programa, el partido apostaba por fijar el recorte de la media hora diaria en 2024, y avanzar hacia la jornada de 32 horas. El texto firmado retrasa la meta a 2025 y deja una rebaja más ambiciosa en manos de la mesa del diálogo social sin cifrar objetivos ni fechas.
Más fiel a su programa es la otra gran medida del acuerdo que se apunta Sumar. El documento promete impulsar la "reducción de los vuelos domésticos en aquellas rutas en las que exista una alternativa ferroviaria con una duración menor de 2 horas y media". En campaña, Díaz dio pistas de como podría desplegarse la medida, "reduciendo las tarifas de los billetes de AVE y larga distancia para mejorar la conectividad territorial". Lo cierto, es que -según fuentes del sector aéreo- la redacción de este punto en el pacto de Gobierno limita el rango de acción de la norma a la línea ferroviaria que une Madrid y Valencia. El resto de grandes conexiones ferroviarias -recuerdan- mantienen una duración superior a las dos horas y media. Incluida la línea de AVE entre Madrid y Barcelona, que en la mayoría de los viajes diarios ofertados supera el límite establecido.
Victorias en materia laboral
La mano de Sumar se aprecia también en el pacto de rentas que promete el acuerdo. En concreto, el texto promete garantizar "la recuperación del poder adquisitivo de los salarios". La formación fue más precisa en campaña electoral y explicó que lo lograría "acordando un reparto adecuado de las implicaciones del encarecimiento de los precios de importación". También se anota el tanto del endurecimiento del despido. La norma refuerza la causalidad en los supuestos de extinción de la relación laboral, tal y como se comprometió a hacer Díaz en campaña y seguía en La Moncloa.
En materia fiscal, se adivina la mano de Sumar en la vuelta de tuerca que el documento hace sobre la reforma del tipo mínimo del 15% sobre el impuesto de Sociedades, que comenzará a aplicarse sobre el resultado contable de las compañías y no sobre la base imponible con el objetivo de recaudar 10.000 millones de euros.
Lejos de ahí, Díaz no consiguió apuntarse el tanto de la subida del SMI que "aumentará acompasado al 60% del salario medio". La norma es un calco de la propuesta del programa socialista. Sumar demandaba un incremento mayor, aunque no precisaba una cifra concreta.
No obstante, desde Sumar no consideran lo pactado como un acuerdo de máximos y confían en desarrollar parte de las demandas que han quedado fuera de la hoja de ruta de la coalición.