El Índice de Precios de Consumo (IPC) avanzó tres décimas en agosto para situarse en el 2,6% interanual, su segunda subida consecutiva que deja atrás la racha de descensos que firmaba desde junio. La estadística refleja un leve respiro en los alimentos que, si bien acumulan 17 meses a doble dígito, el mes pasado se encarecieron un 10,5%, tres décimas menos que en julio; el precio del aceite de oliva eclipsa esta leve moderación en la cesta de la compra.
El dato definitivo publicado este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE) confirma el dato adelantado a finales de mes tanto para el índice general como para el subyacente, que retrocedió una decima hasta el 6,1%.
El avance del IPC se debió el mes pasado a la subida de los precios de los carburantes y lubricantes para vehículos personales y de los combustibles líquidos. Al contrario se comportaron los precios de la electricidad y de los servicios de alojamiento, que repuntaron en agosto menos de lo que lo hicieron hace un año.
El aceite de oliva se dispara un 52,5% en el año y se encarece casi un 9% entre julio y agosto
Los alimentos tampoco han colaborado este mes en la subida del IPC. Se encarecieron tres décimas menos que el mes anterior, sin embargo, se mantienen en un nivel muy elevado pese a la moderación. En agosto se encarecieron un 10,5% ante la estabilidad en los precios de la leche, queso y huevos frente a la subida que experimentaron el año anterior. La fruta se pudo comprar más barata que en agosto de 2022 y la carne, el pan y los cereales rebotaron menos que hace un año.
Sin embargo, hay un elemento de la cesta de la compra que llama la atención: el aceite de oliva. El oro líquido se erige como el producto que más se ha encarecido en el año, un 52,5%, superando al azúcar (+42,5%), que lleva meses liderando los avances. Si se retrotrae la comparativa hasta marzo de 2021, más que duplica el precio con una subida del 114%. La evolución mensual también dibuja un pico: entre julio y agosto el producto se encareció un 8,7%.
Todo ello pese a ser uno de los productos incluidos en la rebaja del IVA aplicada del 10% al 5% que el Gobierno aplicó desde enero para contener los precios en los bolsillos de los ciudadanos. Además de la inflación, en el precio del aceite están influyendo factores climáticos externos como la sequía, que están complicando las cosechas. Si se compara su comportamiento con el de las pastas alimenticias, también beneficiadas de esa rebaja impositiva, la evolución es contraria. En el caso de las pastas sí se refleja una caída en los precios desde el pico que alcanzaron en julio, cuando se encarecieron más de un 31%; en agosto de este año, el avance fue del 2,9%.
El contrapeso al avance interanual del IPC lo hacen la electricidad, que firma la mayor caída del precio interanual (-49,6%), el transporte combinado pasajeros (-47,7%), otros aceites (-33,9%), transporte de pasajeros en metro (-27%) y en bus (25,7%).
Si se obvia la rebaja del impuesto especial sobre la electricidad y las variaciones sobre otros impuestos que tienen efecto sobre la inflación, el IPC a impuestos constantes interanual alcanzó en agosto el 3%, cuatro décimas por encima de la tasa general del 3,2%.
En variación mensual, el índice registró un aumento del 0,5%, tres décimas más de lo que subió entre junio y julio. Así, encadena tres meses consecutivos de alzas mensuales, esta última debida especialmente al incremento del precio de los carburantes, de los paquetes turísticos y de la restauración, propio de la época estival. Los alimentos también avanzaron en tasa mensual, un 0,2%, además de por el encarecimiento del aceite, por la subida en los precios de las legumbres y hortalizas y del pescado y el marisco y la carne, aunque estos últimos contribuyeron al alza en menor medida.
Desde el Ministerio de Asuntos Económicos el mensaje sigue siendo optimista. Insisten en que la inflación se ha reducido ocho puntos en el año debido a las medidas aplicadas por el Gobierno y que se mantiene por debajo del 3%, con moderación incluida en los alimentos: "España se consolida como la economía europea con mayor crecimiento y menor inflación, lo cual beneficia a la competitividad de nuestras empresas y también el poder adquisitivo de los salarios", apunta la vicepresidenta en funciones Nadia Calviño.