
Ya entrado septiembre, mes de la vuelta al trabajo para muchos tras, presumiblemente, una largas semanas de vacaciones, llega la parte más difícil: adaptarse a la vuelta a la rutina.
Madrugar, las prisas por no llegar tarde, el volver a ver a personas que no deseas... todo ello conlleva situaciones de estrés. Si además sumamos a que los adultos no son los únicos que vuelven a la rutina, sino que también lo hacen los hijos, el cóctel es, cuanto menos completo. Porque cuadrar horarios e intentar pasar el mayor tiempo posible con la familia es un problema que afecta al 64% de los trabajadores en España, que encuentran problemas de conciliación.
Volver cuesta, y más, después de un verano típico, como los de antes de la pandemia. A pesar de que la "normalidad" ya estuvo en nuestras vidas en el verano pasado, hasta este no se han llegado a cifras precovid. De hecho, en este se han superado ya algunas. Tan solo en julio hubo en España 10,1 millones de turistas internacionales, un 11,4% más que en 2022.
Pero los extranjeros no son los únicos que se han ido de viaje. A falta de cifras oficiales del tercer trimestre, sí que sabemos que el turismo nacional ya batió récords en el primero. Además, estudios como el de Jetcost tenían previsiones de que hasta el 83% de los españoles viajaría en sus vacaciones de verano, aunque estas cifras pudieron verse alteradas por la convocatoria de elecciones de Pedro Sánchez, ya que el estudio se publicó el 24 de mayo, cinco días antes.
Con todo esto, la vuelta al trabajo se les hace difícil al 40% de los españoles, llegando incluso al punto de padecer el conocido síndrome postvacacional. El otro 60% restante, a pesar de que no llegan a niveles de estrés tan elevados, también destacan dificultades para volver al trabajo.
¿Cómo identificarlo?
El síndrome postvacacional es un fenómeno que afecta no solo a nivel físico, con insomnio o problemas gastrointestinales, sino también a la salud mental de los empleados, con ansiedad, estrés, irritabilidad e incluso depresión.
Para reducir los efectos de estos síntomas, muchos psicólogos ya han dado varios consejos con tal de que los propios trabajadores aprendan a controlar la situación. Pero, "es importante tener presente que las empresas también tienen una parte de responsabilidad y pueden contribuir a la mejora del bienestar de sus empleados", aclara Marcelo Dos Reis, CEO del Grupo SPEC, empresa experta en soluciones de software y hardware.
Las firmas son cada vez más conscientes de que la salud mental de los trabajadores es clave en su rendimiento. Por ello, todas se están aplicando en políticas para tener a unos trabajadores contentos y que estén cómodos en su puesto. Esto implica invertir en medidas para situaciones como la vuelta a la rutina tras las vacaciones.
Carga de trabajo y comunicación
Marcelo Dos Reis cree que el empezar con buen pue es fundamental. Para ello, dar tiempo a los trabajadores para que se pongan al día es fundamental: "como jefe, debes intentar que no haya una carga de trabajo de golpe y que las tareas vayan de forma progresiva", apunta. Incluso piensa en que el teletrabajo puede ser una opción para los primeros días, ya que la incorporación desde casa puede suponer una entrada no tan brusca en la rutina.
Pero sin comunicación no se puede entender por lo que está pasando el trabajador, su estrés, su volumen de trabajo... de esta forma, el apoyo se basa simplemente en información bidireccional, y transmitir lo que se quiere del empleado, así como que él también explique sus preocupaciones y expectativas.
Además, Adecco recomienda que las empresas tengan en cuenta programas de formación para los trabajadores, como programas de apoyo al bienestar (mindfulness) y para que los trabajadores aprendan a gestionar el tiempo y el estrés, habilidades que "les ayudarán a lidiar de manera efectiva con las demandas laborales".
El 75% de los trabajadores no desconecta en vacaciones
En muchas ocasiones sucede que, a pesar de estar en el periodo de descanso, somos incapaces de mantenernos al margen de lo que sucede en el trabajo. Esto les pasa a 3 de cada 4 españoles, según el estudio de Top Doctors.
Y es que según el estudio What Workers Want de 2020 realizado por Hays, lo que nos sucede es la necesidad creada de atender el móvil y los correos electrónicos.
Cuando llegan las vacaciones, se pasa de una actividad del 100% a un 0% en cuestión de un día. Esto hace que nuestro cerebro "cortocircuite", puesto que se produce una especie de efecto "embudo" a través del cual es muy complicado canalizar o gestionar todo el exceso de activación previo, según recoge el Observatorio de RR.HH.
Además, si durante todo el año, adquirimos una serie de costumbres, el cerebro se acostumbra a ese mecanismo, y cuando en vacaciones ese estímulo desaparece, lo necesita, a pesar de que pueda incluso ser perjudicial para sí mismo.
¿Es por tanto el estrés el único culpable de que no desconectemos en vacaciones? No. Es común en estas personas el sentir que no han disfrutado del todo sus vacaciones, ya que han pasado la mayor parte del tiempo pensando en lo que puede estar pasando en el trabajo o en lo que tendrán pendiente a la vuelta. Pero los expertos determinan que ese sentimiento de flagelación no tiene porqué ser solo fruto de la mente, sino también de los agentes externos.
La alta carga de trabajo a la que algunos empleados se ven sometidos es el otro motivo por el que no se consigue descansar en vacaciones.
Ante esta situación, desde TherapyChat recomiendan un trabajo dividido en dos partes: antes y durante las vacaciones. Primero, es fundamental organizar todo antes de irse al descanso laboralmente y también en nuestro ocio. De esta manera se evitará esa sensación de descontrol que puede llegar a atormentar en el periodo de descanso y obligarnos a mantenernos conectados. Durante las vacaciones, sobre todo se recomienda silenciar notificaciones y alejar el pensamiento del trabajo y centrarlo en qué hacer en nuestro tiempo libre.