Economía

La deuda universitaria, el 'golpe de gracia' inesperado que puede llevar a EEUU a la recesión

  • Morgan Stanley cree que costará cerca de un 0,1% del PIB
  • La Fed teme que los impagos crezcan y afecten a otros préstamos
Foto: Dreamstime

Una de las cargas más pesadas de la economía de EEUU es la deuda universitaria: casi 50 millones de personas, un 15% de la población del país, debe dinero por sus estudios superiores. Desde que se desató la pandemia de covid, los sucesivos gobiernos de Donald Trump y Joe Biden detuvieron el pago de las cuotas, y el actual presidente había intentado acabar de un plumazo con la gran mayoría de esa deuda. Pero el viernes pasado, el Tribunal Supremo de EEUU ordenó poner fin a la moratoria y reiniciar la devolución de esos préstamos. Y los analistas temen que el regreso de una carga billonaria a los bolsillos de la población sea el 'golpe de gracia' que lleve a la economía de EEUU a una recesión plena en los próximos meses.

Los datos de la deuda universitaria son gigantescos. Los préstamos totales ascienden a 1,75 billones de dólares, de los cuales un 92% provienen del Estado y solo un 8% de bancos e instituciones privadas, según datos de Forbes. Desde 2008, la montaña de créditos educativos se ha triplicado, dejando a años luz a las hipotecas (que solo han crecido un 40%) o a las tarjetas de crédito (un 30% más desde entonces). Y, al contrario de lo que puede parecer, las principales 'víctimas' no son solo los jóvenes recién graduados: las personas de entre 35 y 49 deben la mayor cantidad de dinero total, y los mayores de 61 años son los que más dólares deben de media.

El año pasado, Biden aprobó un decreto que eliminaría entre 10.000 y 20.000 dólares de deuda para todos los préstamos estatales. Dado que el préstamo medio ronda los 29.000 dólares, ese movimiento habría supuesto reducir más o menos a la mitad la deuda pendiente de todos esos estudiantes. Un estímulo adicional de unos 15.000 dólares de media para más de 40 millones de personas. Pero el Supremo tumbó ese plan y, además, dio carpetazo a la moratoria que había en vigor desde 2020. Los universitarios no solo no sea ahorrarán nada, sino que tendrán que volver a rascarse los bolsillos para pagar sus cuotas mensuales en cuanto acabe el verano.

Este giro ha preocupado especialmente a los analistas del banco de inversión Jefferies. El economista Thomas Simons teme "un impacto bastante significativo en el gasto del consumidor" en cuanto se reinicien los pagos. "Mi sospecha es que la mayoría de las personas que tendrán que volver a pagar tienen una capacidad limitada para soportar el aumento de los gastos", lo que les llevará a tener que recortar de otras partidas y enfriar su consumo. "Cada mes que la gente no ha tenido que pagar sus préstamos universitarios, ha habido un dinero extra que ha estado flotando en la economía como consecuencia", explica Simons. "Temo que este sea el punto de inflexión que lleve a la economía a una recesión".

En su última reunión, la Reserva Federal calculó que había "un 50%" de probabilidades de que EEUU entrara en recesión o de que se mantuviera con un minúsculo crecimiento positivo, según las actas publicadas esta semana. Este inesperado golpe puede ser el que desequilibre la balanza a favor de la recesión.

Morgan Stanley ha cuantificado el efecto de este golpe en unos 200 a 300 dólares por persona, y, en su conjunto, de "6 a 9 puntos básicos" del PIB nacional (es decir, entre un 0,06% y un 0,09%). En este sentido, no cree que el recorte de gasto vaya a ser lo suficientemente grande como para arrastrar al país a la recesión por sí solo, pero sí será "tangible" y contribuirá al enfriamiento de la economía que se espera para otoño.

Deudas acumuladas

La Fed de Nueva York está especialmente preocupada por cerca de un 9% de los prestamistas, que se encontraban en impago antes de que se pusiera en marcha la moratoria en 2020. El temor del banco central es que ese porcentaje de personas se vean obligadas a vender bienes o declararse en bancarrota para cubrir esas deudas. A eso se suman todos aquellos que dieran por hecho la cancelación de sus deudas estudiantiles y decidieran meterse en otros préstamos, como una hipoteca o un coche, y ahora sean incapaces de asumir las dos cuotas a la vez.

Pero quizá el mayor problema a largo plazo es la sensación de que la deuda universitaria es poco menos que una obligación para un porcentaje cada vez creciente de la población. Todos los que quieran ser profesores, científicos, médicos, arquitectos y una larga lista de profesiones, están obligados a 'pasar por caja' y asumir préstamos de decenas de miles de dólares que arrastrarán a lo largo de su vida adulta. Sumado a la obligación de comprarse un coche para la inmensa mayoría de la población, y la dificultad para comprarse una casa, para muchas personas la vida es solo una sucesión de deudas.

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