
El nuevo equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Valencia tras el triunfo electoral de María José Catalá ha iniciado los trámites en la Junta de Gobierno Local para hacer efectiva una de sus grandes promesas electorales, la rebaja de la carga fisca. De esta forma se pretende que esta reducción entre en vigor el 1 de enero de 2024.
El principal compromiso durante la campaña de Catalá en materia fiscal era la reducción del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI). los responsables municipales consideran que la rebaja de impuestos planteada supondrá un ahorro de 71 millones de euros para la ciudadanía, 4 millones más de lo que se anunció en la campaña según los populares.
Según explicó el concejal y portavoz del gobierno local, Juan Carlos Caballero, las medidas que afectan a los tributos municipales incluyen una rebaja de un 20% del tipo de gravamen aplicable a los inmuebles de naturaleza urbana; ampliarán las bonificaciones aplicables a las familias numerosas, con una bonificación del 60% para las familias de carácter general y una bonificación del 90% a las familias de categoría especial.
Además, entre las medidas incluidas se incluye también que se rebajará en un 8% el impuesto sobre los Vehículos de Tracción Mecánica, según recoge la moción impulsada por la concejala de Hacienda y primera tenienta de alcaldía, María José Ferrer.
También se ampliará la bonificación para casos de herencias y transmisión "inter vivos" de negocios o comercios entre familiares hasta un 95 %, independientemente del valor catastral y se rebajará la tasa por los servicios de alcantarillado, colectores y estaciones de bombeo, tanto en la tarifa de consumo como en la tarifa de servicio, "con el objetivo de volver recaudar un importe similar a los ingresos percibidos en 2019, que suponen aproximadamente, una disminución del 50 % en la recaudación por esa tasa", ha indicado el concejal.
Críticas socialistas
El portavoz adjunto del Grupo Municipal Socialista, Borja Sanjuán, se mostró muy crítico con el anuncio y pidió que se anunciase donde se va a recortar en gasto por la falta de esos ingresos. "Una familia corriente solo se ahorrará sólo 40 o 50 euros al año", aseguró el que era el anterior responsable de Hacienda.
"A cambio esas familias contarán con 70 millones de euros menos en el presupuesto del Ayuntamiento para ayudas como las becas de comedor y todas aquellas que se despliegan a través de las políticas sociales, sin las cuales acabarán perdiendo poder adquisitivo", apuntó.