
Como presidente del Tribunal de Cuentas de la UE, Tony Murphy, se apresura a resaltar la independencia de la institución. El suyo, según asegura, no es un perfil político. La función de los auditores es más bien la de analizar la aplicación correcta de los programas europeos, examinar a la Comisión Europea y sugerir mejoras. Opina el irlandés que los problemas de capacidad administrativa de los fondos Next Generation serán comunes a todos los países de la UE y considera que hay espacio para ampliar el programa más allá de 2026.
¿En qué se diferencia el presupuesto de la UE y el Plan de Recuperación en relación al gasto?
Son dos especies distintas. El período es mucho más corto en el caso del Plan de Recuperación. 2026 es el límite. El presupuesto de la UE son siete años. La gestión es diferente. La mayoría del presupuesto se ejecuta en régimen de gestión compartida, la responsabilidad se reparte entre Estados miembro y Comisión Europea. El Plan de Recuperación es financiación directa. La Comisión evalúa si se han cumplido los objetivos y efectúa los pagos a los países. No hay un vínculo directo a los costes.
Bruselas pidió a los países más contribuciones al presupuesto de la UE. Con el alza de los tipos, ¿Cómo puede evolucionar el proceso?
Los intereses suponen la gran diferencia entre el presupuesto y el Plan de Recuperación. Los fondos para el Plan de Recuperación son prestados del mercado, es algo nuevo frente al presupuesto de la UE, que está financiado con contribuciones de los Estados miembro, recursos propios, etc... Unos 340.000 millones del Plan son subvenciones y tendrá que pagarlo la propia UE, no los Estados miembros. El cargo por intereses es un cargo al presupuesto. Ahí están los costes extra. Durante la elaboración de los planes, no era un problema tan grande porque los tipos de interés eran bajos. Pero eso ha cambiado y tendrá un impacto.
¿Hay un problema de credibilidad de la deuda de la UE?
La UE es Triple A. Cuenta con el respaldo de todos los Estados miembro. En términos de riesgo, se percibe como bastante bajo. Creo que es uno de los mayores actores en el mercado de bonos en este momento. Eso en términos de credibilidad. La cuestión radica en cómo se devolverá la subvención de los Next Generation. Aún debe decidirse si crear nuevos recursos propios: los impuestos sobre las emisiones o impuestos de sociedades o lo que sea para financiar el futuro reembolso de los préstamos, que debe comenzar en 2028. Hay un par de años para organizarlo. A menos que haya nuevas fuentes de ingresos, los Estados miembro tendrán que contribuir a los reembolsos, lo que resultaría o bien en un aumento de la contribución de cada Estado miembro o en la misma contribución pero gastando menos en diferentes áreas políticas. Es una cosa o la otra.
¿Hacia dónde ve que se inclinará?
Durante años hubo reticencias a emitir deuda para financiar los gastos de la UE. Eso ha cambiado. Creo que ahora la pregunta es: ¿a dónde vamos en el futuro? Si hay otros recursos que permitan pagar los préstamos, entonces está bien. Pero no de forma ilimitada. Next Generation ha sido muy bien bautizado porque es la próxima generación la que tendrá que pagar esta deuda, de 2028 a 2058. En el clima actual, pedir a los países que aumenten su contribución a la UE no es ideal. Creo que el endeudamiento fue la forma de reaccionar rápidamente en circunstancias difíciles. La exposición de la UE a la deuda aumentará exponencialmente hasta 2026.
La Comisión Europea presentó un método para calcular los pagos parciales de los fondos. A la vista de los retrasos en muchos países, ¿son los pagos parciales la solución?
Pedimos esta metodología el año pasado porque si un Estado miembro no alcanza un hito, tiene que haber alguna base para reducir el pago. ¿A dónde nos dirigimos ¿Un Estado miembro que tenga sólo la mitad de los hitos u objetivos de un tramo y presentarlo para obtener algo de financiación? No creo que estemos en esa fase todavía. Ahora el pago parcial se utiliza cuando la Comisión considere que los hitos no han sido cumplidos. La metodología no es extremadamente precisa. Hay mucho margen para que la Comisión haga ajustes de pagos.
El Gobierno español quiere alargar los Next Generation más allá del 2026. ¿Hay algún mecanismo o excepción en la legislación?
Muchos Estados miembro se enfrentan a este problema de plazos. No hay ninguna disposición en el reglamento en su forma actual para una prórroga como tal. Pero estoy seguro de se podría proponer si fuera necesario. La cuestión es que, si se presiona a los Estados miembro para que cumplan el plazo de 2026, se corre el riesgo de que el dinero se malgaste o se cometan errores, porque hay presión para cumplir. Es mejor ampliar el plazo y obtener mejores resultados que simplemente gastar el dinero para cumplir un plazo con proyectos menos óptimos.
¿Podría producirse esta extensión?
Si los Estados miembro están de acuerdo, se puede hacer una enmienda a la regulación. Parece lógico. Entiendo también que la Comisión, no quiera anunciarlo ahora porque entonces todo el mundo se relajaría y pensaría que puede esperar. Es una cuestión de equilibrio y de mantener la presión. Si el último año la presión es demasiado grande, puede que tengamos que considerar su modificación.
España presentó la adenda al Plan de Recuperación antes de las elecciones del 23J ¿Cómo puede afectar la situación al proceso?
No es sólo un problema de España, lo hemos visto en otros Estados miembro que lo han modificado. Estaba previsto en el reglamento que podría haber una revisión del plan siempre que hubiera razones objetivas para ello. Uno de los aspectos positivos que la Comisión ve en ello es introducir reformas, que tal vez han estado intentando durante años en el proceso del Semestre Europeo y no se han producido. Las cosas han cambiado mucho desde febrero de 2020.
La Comisión recomendó a España que reforzar su capacidad administrativa para absorber los fondos. ¿Ve usted un problema de gestión?
Creo que no se trata sólo de Italia y España. Italia y España se destacan porque son los dos mayores beneficiarios y porque son los más avanzados en la utilización del dinero. Creo que es un problema de toda la UE. Si tienes una estructura administrativa que gestiona 100 millones al día, y al día siguiente gestiona 200 millones, se debe a ampliar. Es una progresión natural. Hay elemento de competición entre los fondos. Todavía tenemos algunos fondos de 2014-2020 que en muchos países deben ser absorbidos. Los de 2021-2027 evolucionan despacio.
Pero, ¿no era previsible?
Es una combinación de varios elementos. Se necesita tiempo para crear esa capacidad y formar a gente. Es algo que se prevé que pase en casi todos los Estados miembro.
Existe cierta preocupación sobre si España está gastando efectivamente los fondos Next Generation. ¿Por qué tales dificultades?
Yo diría que es demasiado pronto La efectividad lleva tiempo evaluarla. Hasta ahora se ha distribuido el 20% de la financiación a los Estados miembro. Todavía no se sabe dónde está este dinero en el sistema. Muchos países han adelantado reformas que no implican, necesariamente, gastos de inversión. Respecto al rendimiento, la auditoría se publicará en unos meses. Evaluará si el sistema medición de rendimiento es bueno. Primero hay que ver si hay un sistema capaz de medir y, posteriormente, centrarse en la eficacia. Leva tiempo.