
La autonomía estratégica se ha convertido en uno de los ejes principales de la política europea. La idea es reducir las dependencias de terceros países que puedan entrañar amenazas para la seguridad de suministro comunitaria. Es así que la Comisión Europea ha presentado este martes una propuesta para mejorar la seguridad económica estratégica que contempla controles a las exportaciones, especialmente en tecnologías avanzadas.
De la mano del Alto Representante de la UE, Bruselas ha propuesto reforzar los controles comunitarios en tres áreas específicas. Por un lado, en las compañías extranjeras que invierten en Europa. También sobre las exportaciones, especialmente la venta de tecnologías críticas como armas a países no aliados. Y, por último, pondrá el foco sobre las inversiones del bloque en países terceros.
La idea del Ejecutivo comunitario es reforzar el control sobre la exportación de tecnologías avanzadas, como tecnologías cuánticas, semiconductores o inteligencia artificial. Un intento por proteger la propiedad intelectual desarrollada en el bloque. Cabe recordar que la Comisión Europea denunció, el pasado año, a China ante la Organización Mundial del Comercio por las trabas que impone Pekín a las compañías que denuncian ante los tribunales chinos apropiación ilegal de su tecnología.
La propuesta de este martes plantea reforzar el control de las inversiones que se ejecutan fuera de las fronteras comunitarias. Lo que se busca es evitar que el control de la propiedad intelectual desarrollada en la UE quede en manos de países terceros por la deslocalización de la cadena de suministro. La propuesta legislativa permitiría directamente vetar ciertas inversiones si se considera que presentan un riesgo para la seguridad.
El vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, ha descartado que la normativa abra la puerta a plantear desinversiones en proyectos existentes. Sería bajo un supuesto muy extremo, que afecte la seguridad nacional, que se podría realizar tal petición, ha detallado Dombrovskis, que ha añadido que para tal situación se hará un análisis caso por caso.
La lección viene extraída de la guerra de Rusia contra Ucrania que dejó expuesta la seguridad energética de la UE por la elevada dependencia de los combustibles fósiles del Kremlin. Pero China también ha venido planteando cada vez más incógnitas como socio de la UE. No en vano, si hace poco más de un año Bruselas le tildaba de rival sistémico, ahora llama a reducir riesgos con Pekín.
Tanto es así que la vicepresidenta de la Comisión Europea, responsable de Competencia, Margrethe Vestager, ha indicado que "no podemos tratar la dependencia de un rival sistémico como la de un aliado", en relación a China. Además, ha apuntado que la propuesta llama "reducir el riesgo -en lugar de desconectar- nuestras interdependencias económicas en las tecnologías que más necesitamos".
Es así que la estrategia presentada este martes se apoya en tres pilares: impulsar la competitividad de la industria europea, proteger la economía comunitaria contra los riesgos y asociarse con el mayor número posible de países que con intereses y preocupaciones comunes. El texto presentado por Bruselas, que tendrá que ser debatido entre los Estados miembro y el Parlamento Europeo, se abordará también durante la Cumbre de líderes de la UE de finales de junio.
El planteamiento de Bruselas de este martes llama a tomar acción en diferentes segmentos. Por un lado, insta a desarrollar un marco para evaluar los riesgos que afectan a la seguridad económica de la UE de la mano de los Estados miembro, incluyendo una lista de tecnologías críticas.
"La guerra de Rusia contra Ucrania demuestra el creciente potencial militar de una serie de tecnologías estratégicas", ha contextualizado el vicepresidente económico de la Comisión Europea, que ha concretado que algunos Estados miembros de la UE y terceros países han intensificado los controles nacionales para limitar la exportación de tecnologías críticas.
El comisario letón ha justificado que los "cambios geopolíticos y el rápido desarrollo de tecnologías sensibles nos obligan a buscar un equilibrio: debemos mantener nuestra económica, al tiempo que garantizamos que seguimos beneficiándonos de una economía abierta".
También busca fomentar el diálogo con el sector privado para que sus actuaciones se alineen con los riesgos para la seguridad económica. El texto propone impulsar la soberanía tecnológica comunitaria a lo largo de su cadena de suministro, revisar la regulación de Revisión de Inversiones Extranjeras Directas e implementar completamente la regulación de control de exportaciones. En esta línea, la propuesta contempla un análisis, de la mano de los Estados miembro, los riesgos para la seguridad que pueden emerger de las inversiones extranjeras.
Además, propone explorar el uso de los instrumentos de la Política Exterior y de Seguridad Común para reforzar la seguridad económica de la UE, incluidas las herramientas de diplomacia híbrida y cibernética y la manipulación de la información y la injerencia extranjeras, o intensificar la cooperación con terceros países en materia de seguridad económica.