
A 300 kilómetros al suroeste de Shanghái se encuentra Yiwu, una ciudad que alberga el mayor mercado mayorista de productos de bazar del mundo y desde donde se está dando un impulso al yuan gracias al comercio ruso, que busca una escapatoria a las sanciones de Occidente.
En Yiwu se vende de todo, desde juguetes hasta adornos navideños, paraguas o material escolar. De ahí que en China se la conozca como 'la ciudad de las baratijas', aunque lo que mueve es un negocio multimillonario que en los últimos meses ha experimentado un notable crecimiento de comerciantes rusos. Este punto es importante por dos motivos: uno, porque demuestra la necesidad de Rusia de buscar alternativas al comercio en dólares, y dos, porque esta situación da un espaldarazo a la internacionalización del renminbi, la moneda de curso legal de la República Popular China que generalmente se denomina con el nombre de su unidad básica, el yuan.
La ruptura de Rusia con Occidente por la guerra en Ucrania ha llevado al país a buscar alternativas para mantener su economía a flote y las cifras de Yiwu indican que cada vez más comerciantes rusos están dispuestos a pagar sus facturas en yuanes.
El marco a la situación lo ha establecido el exportador de calcetines John Zhu en declaraciones al Financial Times. "Somos beneficiarios de la tendencia", ha indicado para señalar que se multiplican los pagos de clientes de Moscú en la moneda china a través de WeChat.
Una misión que lleva más de 15 años en marcha
La pretensión de internacionalizar la moneda no es nueva, de hecho, Yiwu se encuentra en el corazón de un experimento que Pekín puso en marcha hace 15 años para fortalecer el papel de la segunda economía más grande del mundo en el sistema financiero mundial. El lento proceso se ha visto impulsado en los últimos años, especialmente desde que Rusia iniciara la guerra debido al aumento de los contratos en renminbi ante la expulsión de Moscú de la financiación en dólares.
Hay cifras oficiales de esta evolución. Desde 2019 ha aumentado cinco veces la liquidación comercial anual en yuanes contabilizada en Yiwu hasta suponer 8.000 millones de dólares en 2022. Según apunta Dan Wang, economista jefe de Hang Seng Bank China, "Yiwu está a la cabeza en los esfuerzos de China por hacer del renminbi una moneda internacional", con un crecimiento del comercio en moneda local muy superior a la media nacional.
La estadísticas oficiales señalan que poco más de una décima parte del comercio en el centro de exportación el año pasado se liquidó en la moneda china mientras el dólar representó más del 80% del comercio. Las exportaciones comerciales en yuanes representan menos del 7% de las exportaciones totales frente al casi el 12% en Yiwu.
En su plan de impulso de la moneda china, Pekín había firmado a finales del año pasado acuerdos de intercambio de divisas con 40 países entre los que se encuentran Argentina y Brasil. Estos acuerdos permiten a los bancos centrales proporcionar liquidez en yuanes a los bancos comerciales en caso de escasez, lo que ayuda a reforzar la confianza entre las empresas que aún dudan de las operaciones comerciales en la moneda china.
Que China haya elegido a Yiwu como motor del impulso a su moneda tiene explicación. La ciudad-bazar fue una de las primeras en el país en permitir que los comerciantes individuales liquidaran acuerdos transfronterizos más grandes en renminbi mientras la mayoría tiene un tope anual de 50.000 dólares. Esto se debe a la flexibilidad que otorga el mercadeo de productos baratos y a que los mayoristas no pagan impuestos corporativos ni rentas de mercado: la situación da a los exportadores el suficiente poder de negociación para solicitar la liquidación en dicha moneda. O explicado de otra manera, en palabras de un exportador de muebles de Yiwu, "cuando solo tienes un lugar a donde ir para comprar algo, el vendedor establece los términos sobre cómo se liquidan las transacciones".
La ventaja de Yiwu para internacionalizar el yuan también se entiende si se estudian sus conexiones comerciales, que durante mucho tiempo las ha mantenido con economías emergentes, en general más abiertas a negociar en yuanes y no en dólares.
Muchos controles y pocas reservas, los puntos flacos del plan de Pekín
¿Hasta dónde podrá llegar el plan de expansión de la moneda china? Los analistas creen que la adopción del renminbi se verá limitada por dos cuestiones: los estrictos controles de capital de China y las escasas reservas extraterritoriales.
Por un lado, para estimular un mayor uso global, China necesitaría renunciar al control sobre el tipo de cambio del yuan y eliminar los controles de capital, permitiendo que la moneda circule libremente. Es decir, seguir el esquema del dólar. Pero este escenario parece lejano. Por otro, muchos bancos centrales extranjeros han acumulado sus reservas de yuanes para emergencias como el pago de la deuda externa pero un uso completo de la moneda también queda lejano desde este flanco.
La falta de reservas de yuanes en el extranjero en muchas ocasiones lleva a los comerciantes de Yiwu a renunciar a cobrar en su moneda por no esperar o retrasar el pago, o a operar en tiendas clandestinas donde cambian a bajo coste monedas como el franco CFA de África Occidental por yuanes para facilitar el comercio. Ante esta situación, las autoridades han congelado decenas de miles de cuentas bancarias pertenecientes a comerciantes de Yiwu en los últimos años por riesgos de lavado de dinero.
Además, los negocios con Rusia pueden salir caros también a China si EEUU considera que está infringiendo la sanción internacional. Este punto lo tienen claro las autoridades. Según un funcionario, "si el gobierno de EEUU nos atrapa por un acuerdo comercial de 200.000 yuanes con Rusia que infringe las normas de sanción, podemos recibir una multa de 2.000 millones de yuanes".