Economía

El SMI alcanza el 70% de la retribución promedio de la pequeña empresa

  • En las sociedades medianas supone el 56,3% y en las grandes el 50,8%
  • El salario medio en España equivale al 37,2% de la productividad, el puesto 11 en la UE
  • El SMI supera el 60% del salario medio en 13 autonomías
La subida del SMI tiene mayor incidencia en la pequeña empresa

El Salario Mínimo Interprofesional (SMI) de 2023 se ha incrementado en España hasta 1.260 euros mensuales (1.080 euros en 14 pagas). Esto supone un aumento del 8% con respecto a 2022, cuando este era de 1.167 euros, lo que se traduce 93 euros más con respecto a 2022.

No obstante, esta subida no afecta a todas las empresas por igual, ya que, como advierte el último estudio sobre salarios de la compañía de recursos humanos Adecco, es una variable que depende de cuál sea el tamaño de la sociedad.

Así, el salario mínimo en 2023 alcanza el 69,7% de la remuneración promedio si son pequeñas (aquellas con menos de 50 trabajadores); el 56,3% del salario de las de tamaño medio (entre 50 y menos de 200) y el 50,8% en el caso de las grandes (más de 200 empleados) Asimismo, la mayor parte del SMI se concentra en los sectores de la construcción (61,7%) y servicios (60,3%).

Por otra parte, el informe de Adecco refiere que existe una gran disparidad en el coste real que supone un mismo salario mínimo para las empresas en cada autonomía. Como la estructura económica es diferente en cada región, también difieren sus respectivos niveles de productividad. A su vez, en cada autonomía el salario medio está, en mayor o menor medida, vinculado con el nivel de productividad regional.

Como consecuencia de lo anterior, por un lado se aprecia que en la Comunidad de Madrid y el País Vasco el salario mínimo de 1.080 euros equivale a un 50,5% y 51,4% de sus respectivas remuneraciones medias. En el extremo contrario, para Extremadura y Canarias, esa relación es del 72,6% y el 68,9% respectivamente. Solo hay cuatro comunidades autónomas donde el salario mínimo equivale a menos del 60% de la remuneración promedio (Madrid, País Vasco, Navarra y Cataluña).

El estudio de Adecco, que sostiene que "en última instancia, los salarios deben guardar una cierta correspondencia con el valor de la producción que este trabajo contribuye a realizar", llama la atención sobre el hecho de que el salario medio español, como proporción de la productividad media, ocupa el undécimo puesto en la UE (un año atrás estaba en sexta posición).

De este modo, en nuestro país el salario medio equivale al 37,2% de la productividad (entendida como PIB real por persona ocupada). A la cabeza se sitúa Alemania (50,2%), seguida de Bulgaria (48%) y Austria (43,2%). En cambio, Irlanda (21,7%) y Luxemburgo (24,4%) cuentan con los porcentajes más bajos.

"En general, los países con las proporciones más reducidas tienden a a ser aquellos donde la productividad aumenta más rápido. Así, aunque los salarios crezcan, al hacerlo la producción por ocupado mucho más deprisa, la relación analizada cae", apunta el monitor de Adecco sobre salarios.

Salarios y productividad

Para la compañía de recursos humanos la productividad es lo que permite generar dudas acerca de la sostenibilidad de los actuales niveles salariales en España, ya que entre 2017 y 2022 nuestro país es el que exhibe la peor dinámica de esta variable, con un caída del 4,3%, seguido por Luxemburgo con una bajada del 4%, Malta (2,9%), Grecia (1,7%), Finlandia (0,5%) y Alemania (0%).

En cambio, Irlanda es el país cuya productividad presenta el mayor aumento para este periodo, con un 35,6%, seguido de Polonia (18,6%) y Hungría (16%).

En relación a esto último, el estudio señala que en los últimos diez años se observa una brecha entre el alza de los salarios y el crecimiento de los países de la Unión Europea. Explica que el crecimiento salarial sostenible durante largos periodos de tiempo solo es posible cuando hay un crecimiento significativo de la productividad.

Precisa, igualmente, que si se toman los índices de salarios reales medios y la productividad laboral en los países de la UE-27 entre 2009 y 2019, en general puede verse que la productividad laboral, con un incremento del 12,3%, aumentó más rápidamente que los salarios reales, que lo hicieron un 8,4%.

"La desvinculación de los salarios de la productividad laboral explica porqué la participación del trabajo en la renta (la participación de la compensación laboral en el PIB) en muchos países sigue siendo sustancialmente inferior a la de la década de 1990", comenta el informe con datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Sobre el indicador de la productividad, Javier Blasco, director del The Adecco Group Institute, alerta de que "es importante tenerlo en cuenta, ya que un incremento de los salarios, para ser sostenible, debe estar acompañado por un incremento de la producción".

Y añade: "Un descenso de la productividad significa que, para alcanzar un mismo nivel de producción, hacen falta más ocupados. O, de forma alternativa, que una misma plantilla produce menos que antes. Aumentar los salarios sin que estos estén respaldados por una mayor producción se debe hacer a costa de reducir los márgenes comerciales".

Blasco matiza que "esto último, a su vez, implica menor capacidad de inversión, lo que dificulta la recuperación de la productividad, configurándose de esa forma una suerte de círculo vicioso. En términos más simples: sin un incremento de la productividad, los aumentos de salarios son insostenibles".

Tomando con referencia el salario medio en España, que es de 1.822 euros mensuales, los responsables del informe subrayan que, "poniéndolo en contexto, esta remuneración se encuentra acorde al nivel de riqueza de nuestra economía".

Así, España obtiene un 78,5%, situándose como el país con la cuarta relación más alta entre salario y PIB por habitante (un año atrás tenía la tercera relación más alta). Esta cifra solo es superada por Alemania (81,8), seguida de Italia (80,5%) y Francia (80%).

Por tanto, la posición del salario medio español con relación al PIB per cápita es superior, por ejemplo, a la de Bélgica (76,8%), Austria (71,9%), Dinamarca (67,3%), Holanda (66,9%), Polonia (65%) y Portugal (59,5%), además de otros 18 países. Las dos relaciones más bajas corresponden a Luxemburgo (37,4%) e Irlanda (37,3%).

Subidas generalizadas

En todos los países de la UE ha habido una subida generalizada del salario mínimo para 2023. El más alto corresponde a Luxemburgo, que se sitúa en 2.387 euros, mientras que Bulgaria contaría con el más bajo, con 399 euros. En relación al año pasado, Letonia es el país que más ha incrementado su salario mínimo (24%), seguido de Rumanía (17,6%), Polonia (16,2%) y Lituania (15,1%).

Si se comparan los actuales salarios mínimos para los diferentes países con el año 2017, se constata que estos han aumentado en todos los estados de la Unión Europea, pero no en la misma medida.

Entre los estados cuyo SIM ha crecido más en este periodo se encuentran Lituania (121%) y Rumanía (90,3%), mientras que Malta (13,5%) y Francia (15,5%) son los que menos lo ha hecho en comparación con otros países. En cuanto a España, la variación en el periodo comprendido entre 2017-2023 es de un 52,6%, que se traduce en 434 euros más.

SMI vs salario medio

Según Eurostat, la oficina estadística Europea, solamente en seis países de la UE el salario mínimo supera el 50% del salario medio: Eslovenia, Polonia, Croacia, Eslovaquia, Rumanía y Grecia. España, con el 49,4%, es el octavo país en el que el salario mínimo es mayor en proporción al salario medio, siendo Eslovenia (61,9%) el que obtiene la relación más alta. En cambio Holanda (40,4%) y Luxemburgo (40,8%) son los países cuya relación entre salario mínimo y medio es más bajo.

El director de Adecco Group Institute, Javier Blasco, dice que "es relevante que el SMI ya supera el 60% del salario medio en 13 comunidades autónomas. Solo la Comunidad de Madrid, Cataluña, País Vasco y Navarra se sitúan por debajo de ese nivel".

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