Economía

Innovación: claves para superar barreras y saltar con éxito al mercado

  • Es un reto pendiente en las empresas, en las que solo el 0,82% de la plantilla trabaja en esta área
  • El 20,3% de las empresas espera que la innovación suponga más del 20% de su facturación
Concepto de innovación. Foto: Alamy

Innovar o morir. Esa es la realidad y una de las claves para que un negocio no desaparezca y se mantenga vivo en el largo plazo. ¿Realmente lo tienen tan claro las compañías? Todas las empresas afirman ser innovadoras, pero solo cerca del 30% se considera pionera y líder de innovación en su mercado. La innovación sigue siendo así un área de importancia secundaria en la mayor parte del tejido empresarial. Y prueba de ello es también la escasa representación que tiene el director de innovación en el seno de la organización empresarial. En redes sociales como LinkedIn, se encuentran unos 4.000 resultados frente a los 80.000 para directores comerciales o los 138.000 para directores generales, lo que viene a constatar el reducido número de compañías que cuenta con esta figura, cuya presencia es más habitual en aquellas con más recorrido en cada mercado.

Esto no queda aquí. Teniendo en cuenta los puestos de trabajo, menos del 1% se dedica al área de innovación, según el 'Estudio sobre la implantación y gestión de departamentos de innovación en España 2023', realizado por Activa Ventas. El informe refleja que del total de la plantilla de las empresas participantes, suman 94.112 empleos, sólo 776 personas trabajan en este campo, es decir, el 0,82%. "Las personas dedicadas totalmente a innovación son un porcentaje bajo", afirma Alejandro Calderón, director de Innovación de Activa Ventas.

Y, ¿qué sucede? Varios son los factores que frenan la innovación. Aunque parezca extraño, el quid está dentro de la empresa: el 64,1% de los encuestados apunta a la propia estructura y organización de la compañía, mientras que el 43,8% señala también la burocracia que se impone en los procesos. Aspectos todos ellos que, además, se observan más acentuados en las grandes empresas al registrar un mayor nivel burocrático y procesos más rígidos.

Estas no son las únicas dificultades. Los equipos apuntan, en un 45%, a que uno de los mayores problemas es generar ideas diferenciadoras, lo que responde a que esta fase del proceso es más difícil de procedimentar y se detectan mayores diferencias entre seleccionar unos equipos u otros. Esto explica su vez que otro de los principales problemas se focalice en el prototipado y testeo.

Además, se detecta la escasa vinculación del departamento de innovación con otras áreas de la organización, lo que es clave para innovar. "Es curioso lo difícil que lo tiene un director de innovación para acceder a otros perfiles de su organización", asevera Alejandro Calderón. Sorprende la baja alineación con Recursos Humanos, precisamente, por esta necesidad de recurrir a distintos trabajadores de la compañía para innovar. Pero todavía llama más la atención que sólo el 30% de los departamentos comerciales estén muy alineados con el área de innovación, puesto que hay que innovar para vender dentro de dos años. Además, el papel del área comercial es clave en la venta de esa innovación en el mercado y recoger el feedback de los clientes.

La dirección general, con el 63%, tiene la mayor alineación con la innovación. Un dato que se explica en gran parte porque son estos directivos los que suelen fijar o dar las pautas para innovar. También muy alineados están el Departamento de IT, con un porcentaje del 50%, y el de producción con el 33%.

Inversión e impacto

Pese a estas barreras, hay otros datos más esperanzadores: el 20,3% de las empresas espera que los proyectos en los que se está trabajando supongan más del 20% de su facturación dentro de cinco años. No obstaste, la mayoría, en torno al 57,8%, prevé que supongan entre el 5% y el 20% en ese mismo período. Unos porcentajes que contrastan con el hecho de que la inversión destinada a inversión es de menos del 3% de facturación anual en el 62,6% de las compañías.

Pero la visión principalmente es cortoplacista. El 67,2% de las empresas espera el retorno de la innovación en menos de 24 meses. En concreto, el 17,2% pretende obtenerlos ya en el mismo año, mientras que el 50% baraja un plazo de entre uno y dos años. Una situación que, probablemente, conduce hacia modelos de innovación en los que se priman las líneas más continuistas y orientadas hacia mejoras que, con menor riesgo, aseguren resultados en el corto plazo. Destaca a su vez que solo el 7,8% de las compañías encuestadas espera el retorno en más de cinco años.

Esta visión cortoplacista se acentúa más en las empresas de reciente creación, menos de cinco años de vida, creciendo el número de las que buscan resultados en 12 meses (el 37,5%). Por el contrario, son las compañías que facturan más de 20 millones las que están más abiertas a pensar en el largo plazo.

¿En qué se innova?

A la hora de innovar, las empresas lo tienen claro: el 81% se enfoca en la creación de productos y servicios diferenciales, así como en la satisfacción y fidelización del cliente (63%), y en la mejora de procesos internos (el 45%), siendo estas tres las prioridades más altas. No obstante, las compañías que esperan el retorno en el mismo año, se centran más en satisfacer al cliente (82%) y retener talento (55%), priorizando estos aspectos por encima de la reducción de costes y el posicionamiento económico del producto. Dos factores estos últimos que, sin embargo, sí son más importantes para las compañías que se consideran menos innovadoras.

Y, ¿qué metodología se emplea para innovar? El 59,4% opta por el Design Thinking, porcentaje que es similar para otras metodologías ágiles. Es significativo que el 40% de las compañías haya personalizado su propio método de trabajo en innovación. En relación al feedback de los clientes, el 53,1% opta por las entrevistas o llamadas uno a uno. El 12,5% no lo recoge.

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