La prestación contributiva por desempleo, más conocida como el 'paro', es la ayuda más representativa de todas las que gestiona el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) en materia de desempleo y la perciben actualmente casi 900.000 personas, de acuerdo con los datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social.
La razón es que esta prestación es la que da más dinero a sus beneficiarios y le permite a menudo estar cubierto económicamente hablando mientras está en una situación legal de desempleo. Esto se debe a que, por su carácter contributivo y por nutrirse de las aportaciones de empresas y trabajadores por las cotizaciones, otorga una protección mayor que en el caso de los subsidios por desempleo.
Esta cobertura especial no se queda simplemente en el cobro de unas mayores cuantías económicas. El cobro del paro tiene una ventaja respecto a otros subsidios o ayudas y es francamente importante para el trabajador: el mantenimiento de las cotizaciones a la Seguridad Social.
Así lo explica el SEPE en su página web, en la que deja claro que "la prestación contributiva incluye la cotización a la Seguridad Social por jubilación, incapacidad temporal, invalidez, muerte y supervivencia, asistencia sanitaria, maternidad, paternidad y cuidado de menores afectados por cáncer u otra enfermedad grave".
La cotización, en concreto, es del 4,8% de la base reguladora del trabajador. Esta base reguladora se compone de la media de las bases de cotización por contingencias profesionales de los seis meses anteriores al cobro de la prestación.
Así realiza el SEPE tus cotizaciones a la Seguridad Social
¿Cómo funciona la cotización? El SEPE explica que descuenta ese 4,8% del importe bruto de la prestación para abonárselo a la Seguridad Social y que, además, se encarga de realizar la aportación empresarial, que es de un 24,1% de la base reguladora.
En la práctica, es un funcionamiento similar al de un trabajador que cotiza a la Seguridad Social por su actividad por cuenta ajena: la aportación del trabajador sale de su propio bolsillo y, aparte, la empresa realiza su aportación empresarial. Ambos conceptos pueden comprobarse de forma sencilla mediante un vistazo a la nómina mensual.
¿Por qué es tan importante cotizar mientras cobras el paro?
El mantenimiento de las cotizaciones a la Seguridad Social es una cobertura imprescindible para un trabajador que se ha quedado sin trabajo, ya que le evita problemas de cara a su futura pensión de jubilación al menos durante el periodo de cobro del paro, que va de los cuatro meses a los dos años. Así, el trabajador que perciba al pero durante ese tiempo de cobro de la prestación evitará interrupciones en sus cotizaciones que conllevan de forma inevitable bajones en la cuantía de la pensión de jubilación.
Esto es así porque el método de cálculo de la Seguridad Social tiene en cuenta los años cotizados durante la vida laboral para conocer el porcentaje de la base reguladora a la que se tiene derecho en la jubilación. Además, si la situación de desempleo se produce dentro de los 25 años previos a la jubilación, la cotización con el paro ayudará a no perder importe en la base reguladora, ya que se tienen en cuenta las bases de cotización de esos 25 años (300 meses).