Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), ha confirmado que las subidas de tipos ya podrían ser cosa del pasado y que ahora los movimientos del banco central se guiarán por los datos económicos que vayan apareciendo. El último movimiento del banco central fue de 50 puntos básicos, lo que dejó el precio del dinero en el 3% (tasa de depósito). Este nivel podría ser la tan debatida tasa terminal del BCE en este ciclo de subidas.
Durante un discurso que ha tenido lugar en Frankfurt, donde el BCE tiene su sede, Lagarde ha recalcado que "Con una alta incertidumbre, es aún más importante que la trayectoria de los tipos dependa de los datos. Esto significa, ex ante, que ni estamos comprometidos a subir más ni hemos terminado con las subidas de tipos". Es decir, Lagarde no dice ni sí ni no ni todo lo contrario.
Hasta la fecha, el mensaje era un tanto diferente. El BCE se comprometía a seguir subiendo, lo que no siempre estuvo claro era el tamaño de las subidas de tipos. Ahora, Lagarde ha dejado claro que ni siquiera nuevos movimientos de 25 puntos básicos están sobre la mesa. La incertidumbre que ha generado el pánico bancario en EEUU y Europa en las últimas semanas están modificando la hoja de ruta del BCE. Una crisis podría hacer parte del trabajo al banco central con la inflación, lo que permitiría a Lagarde ser menos 'restrictiva' con la política monetaria.
No obstante, al igual que la presidenta del BCE ha abierto la puerta a no tocar los tipos, la francesa también ha admitido que si las turbulencias financieras se calman y las previsiones 'macro' del BCE se cumplen, serán necesarias más subidas de tipos de interés. El banco central prevé que la tasa de inflación media en la zona euro en 2023 será del 5,3%, un punto porcentual menos que la estimación dada en diciembre. Para 2024 y 2025 anticipa una inflación del 2,9% y 2,1%, respectivamente. La proyección anterior era igualmente más pesimista (del 3,4% el año que viene y del 2,3% al siguiente).
"Como expliqué la semana pasada, si se confirma el escenario base de nuestras proyecciones más recientes, todavía tendremos terreno que recorrer para asegurarnos de que se eliminen las presiones inflacionarias", sentenciaba la francesa. No obstante, esas proyecciones incluían todavía un crecimiento del PIB al alza.
¿Y si hay tensiones bancarias?
"En segundo lugar, aunque el sector bancario europeo es resistente, con fuertes posiciones de capital y liquidez, en vista de la reciente volatilidad de los mercados financieros, estamos listos para actuar y brindar apoyo de liquidez al sistema financiero si es necesario y para preservar la transmisión fluida de la política monetaria", según ha señalado la francesa.
Estabilidad e inflación no son excluyentes
En los últimos días se ha señalado en varias ocasiones que los bancos centrales iban a verse obligados a elegir entre contener la inflación (seguir subiendo tipos) o mantener la estabilidad financiera (dejar de subir tipos e inyectar liquidez al mercado). Sin embargo, Lagarde ha querido dejar claro que se pueden alcanzar ambos objetivos a la vez, no existe un trade-off entre ambos.
"Debe quedar claro que no existe una compensación entre la estabilidad de precios y la estabilidad financiera. Como hemos demostrado muchas veces, podemos establecer la postura de política adecuada para controlar la inflación y, al mismo tiempo, utilizar otros instrumentos para abordar los riesgos para la transmisión de la política monetaria", ha asegurado Lagarde.
Hicimos esto cuando decidimos usar las reinversiones bajo el programa de compras de emergencia por la pandemia de manera más flexible, y cuando acordamos el instrumento de protección de transmisión. Estos programas aseguraron que la normalización de los tipos de interés se llevara a cabo sin contratiempos", ha sentenciado la presidenta del BCE.