La quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) resucitó el pasado 10 de marzo el fantasma de la crisis financiera que desbarató en 2008 las economías europea y estadounidense. A ello se sumó la catarsis de la dirección de Credit Suisse, que pocos días después de lo ocurrido al otro lado del Atlántico, reconoció una "debilidad material" en el control de su información financiera. Las bolsas abrieron la puerta al pánico, y la volatilidad se apoderó de las principales plazas europeas. No obstante, el dique levantado tras lo ocurrido hace quince años ha conseguido evitar el contagio a la economía real, según la mayor parte de los expertos consultados por elEconomista.es.
Gregorio Izquierdo, director general del IEE
"El sector financiero en España es de los más sólidos del mundo y la regulación y supervisión existente en la UE impide que se puedan producir en España los problemas acontecidos en entidades puntuales fuera del euro, por ello el castigo en bolsa sufrido por el sector en bolsa resulta una sobrerreacción injustificada y excesiva, con lo que lo más probable es que esta desconfianza sufrida se revierta de forma relativamente rápida".
Javier Santacruz, economista miembro del 'think tank' Civismo
"No creo que haya impacto macroeconómico, es más una cuestión pura y dura de estabilidad financiera, salir a garantizar la liquidez de los bancos y poco más".
Juan Ángel Lafuente, catedrático de la Universitat Jaume I
"Tenemos una falta total de confianza en el sistema, ¿cómo es posible que después de toda la normativa, controles, test de estrés a la banca y requerimientos de capital a nivel europeo e internacional, los bancos sean tan sensibles a cualquier shock externo? Es alarmante la rapidez en la que la incertidumbre se ha contagiado. El nivel de incertidumbre es tan alto que es tan probable que esto termine bajo control, como que acabe derivando en una crisis a nivel mundial similar a la de Lehman Brothers".
Antonio Pedraza, presidente de la Comisión Financiera del CGE
"El problema de los bancos americanos rescatados es que centran su inversión en el sector tecnológico y en capital semilla, un negocio de escasísimo peso en la banca europea y española. Por otro lado, el problema del Credit Suisse no es extrapolable al resto del Continente, ya que arrastraba problemas serios de líquidez y pérdidas recurrentes en los últimos años. Parece que la banca europea y española debieran estar a salvo de un contagio".
Olga Isabel Cerqueira, de BBVA Research
"No podemos hablar de una crisis bancaria. Las entidades que quebraron en EEUU tenían un modelo de negocio único e hicieron una pésima gestión de los riesgos estructurales. En cuanto a los europeos, es natural que sufran el contagio del sentimiento de mercado, exacerbado por la crisis de larga duración de Credit Suisse, pero los fundamentales permanecen sólidos. Este episodio es una llamada de atención sobre la importancia de una gestión adecuada de los riesgos y de la vulnerabilidad de los bancos a salidas de depósitos".
Raúl Mínguez, director de estudios de la Cámara de España
"Esto ha sido una concatenación de hechos y pequeñas circunstancias, pero no ha sido algo coyuntural como sucedió en 2008. No creo que estos hechos socaven el sistema financiero, porque no hay ninguna vinculación con la Unión Monetaria y las entidades españolas no están expuestas. Ha habido una mejora en los mecanismos de supervisión y solvencia por parte del BCE y no creemos que esto vaya a ser una incidencia evidente en el sistema financiero y en la economía".
Pedro Serrano, profesor de Economía Financiera de la Carlos III
"Esto es fruto de un fallo total, tanto por parte del supervisor como del propio banco que concentró su cartera de activos en torno al riesgo de unos tipos de interés que no han dejado de crecer. Aun así, creo que el impacto va a ser mínimo tanto en EEUU como en la eurozona, porque el tipo de crisis que se está planteando aprendimos a evitarla tras lo ocurrido en 2008. Sin embargo, ha aumentado la sensibilidad de los inversores a las tensiones bancarias, y esto ha terminado por coincidir con la pérdida de confianza en Credit Suisse, que estaba en el momento y lugar equivocados".
Pablo López Gil, director del Foro de Marcas Renombradas
"Es importante que los bancos centrales paren la hemorragia para evitar un impacto sobre la economía real y sobre decisiones de consumo e inversión de las empresas. Dicho esto, la incertidumbre no es positiva y es fundamental que se genere confianza en la solvencia y solidez de las entidades y del sistema financiero, por eso es importante que las autoridades y las instituciones competentes garanticen y generen esa confianza. Aunque el contexto es difícil, por suerte estamos mucho mejor preparados gracias a las medidas adoptadas tras la crisis financiera de 2008".
Ángel Muñiz, profesor de Economía de la Universidad Europea
"La evolución de la crisis bancaria y sus consecuencias dependerán de la capacidad y voluntad de los bancos centrales para dotar de liquidez a las entidades financieras con problemas. El hecho de garantizar esa liquidez para pagar depósitos tendría una repercusión opuesta a la política monetaria restrictiva de subida de tipos de interés y tendría un efecto positivo en la demanda, contribuyendo a la subida del nivel general de precios. De llevarse a cabo una inyección de liquidez, podríamos entrar en una espiral inflacionista que, acompañada de una recesión, reduciría los niveles de riqueza en una magnitud muy elevada".
Sergio Pesquera, economista de OVB España
"El origen de la quiebra de la entidad comienza con el auge de las tecnológicas y la atractiva captación de activos dirigido a este tipo de inversiones. Lo localizamos en las subidas de tipos aplicados por el BCE y la Fed, con el objetivo principal de poder frenar el constante crecimiento de la inflación. Aun así, no deberíamos esperar un efecto contagio a otras entidades o economías, la rápida actuación de las autoridades americanas y la confianza en la recuperación del dinero invertido por los clientes debe ser suficiente para estabilizar la situación".